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LA FARSA DE LA DEMOVILIZACION PARAMILITAR

Semana
13 de febrero de 2012

 

UNA VERDAD A CUENTA GOTAS QUE VA COMPLETANDO EL CUADRO

 

Lo que pasa en este país frente a nuestras propias narices, sin que ni siquiera nos demos cuenta, es indicativo del nivel de embrutecimiento al que hemos llegado; somos victimas permanentes de manipulación y para ello nos vienen preparando desde hace tiempos: creemos todo lo que quieren, aún en contra de toda evidencia y de nosotros mismos.

 

La violencia paramilitar fue un proyecto creado y promovido por la extrema derecha con la participación, el apoyo o la complicidad de amplios sectores del estado y de la sociedad. Fue propuesta como una cruzada para el aniquilamiento de la guerrilla, cuando su objetivo central era crear las condiciones para el desarrollo de los grandes proyectos de la agenda neoliberal en Colombia. 

 

Fue una alianza macabra que además de sectores del estado contaba con políticos corruptos, empresas multinacionales y locales, ganaderos y latifundistas y con el narcotráfico y las bandas de criminales organizadas como principales operadores.

 

El proyecto paramilitar se fue construyendo paso a paso y tiene sus antecedentes desde los inicios de la década de los 80!; primero fue la creación de los ejércitos de narcotraficantes del cartel de Medellín y ganaderos del Magdalena Medio con la asesora de militares mercenarios israelíes, que se aliaron en la recuperación de los territorios controlados por la guerrilla .Este fue un primer actor.

 

Un segundo actor aparece en escena con ocasión de la guerra entre el cartel de Medellín y el estado a partir de 1984 que da origen a una alianza entre el gobierno, un sector del narcotráfico, los Pepes y el Cartel de Cali, la DEA  Norteamericanas, y  es este sector el que después de la muerte de Pablo Escobar, aliado a lo que quedo del cartel de Medellín quienes se van a convertir en la base y en los lideres el proyecto paramilitar propiamente dicho para la “refundación de la republica. Fueron pues la extrema derecha y el narcotráfico los principales promotores de la violencia paramilitar que azoto el país. La extrema derecha que hace parte constitutiva históricamente del estado y la sociedad colombiana, con presencia permanente unas veces como participe, otras como actor principal desde el gobierno, es un factor transversal  y determinante en el rumbo de este proceso.

 

Hay que repetir hasta el cansancio hasta que se entienda; sin la anuencia de importantes sectores del estado y sin la complicidad de los demás, la violencia paramilitar no se habría podido dar y su presencia en centro de gran presencia militar y policiva hubiese sido imposible.

 

La violencia paramilitar impuso un régimen de terror en todo el país,  para el control de la  población, la desvertebración del movimiento social, de los movimientos cívicos y además un control territorial en zonas de grandes proyectos estratégicos, agroindustriales energéticos y mineros, o donde se iban a implementar otros nuevos  que hoy hacen parte de las locomotoras y del Plan de Desarrollo del actual gobierno. El combate paramilitar a la guerrilla fue puro cuento, mas allá de la participación conjunta con el ejercito en algunas operaciones como lo han evidenciado las declaraciones de los jefes militares del paramilitarismo. Su objetivo principal siempre fue la población civil, así fuera bajo el mote de guerrilleros, o colaboradores de esta y por estas acciones de terror todavía siguen posando de héroes para algunos sectores del país.

 

Después de mas de 10 años y cumplidos los objetivos estratégicos planteados, incluidos la toma del gobierno desde las regiones hasta el centro, pues quien no fue participe termino involucrado o fue cómplice, se toma la decisión de legalizar el aparato paramilitar sobre el cual se venia perdiendo  control y empezaba a actuar por cuenta propia.

 

No se trataba de una negociación entre oponentes políticos y militares, sino entre compadres, y es esta su característica principal que no solo  hace diferente a otros procesos de desmovilización con la guerrilla sino que explica la complacencia del gobierno con todas las exigencias del narcotráfico y los paramilitares, únicos sectores que se desmovilizaron. Pues ni los empresarios, ni los altos funcionarios del gobierno, se han desmovilizado y a los políticos los ha ido desmovilizando es la corte suprema.

 

La primera propuesta fue la de su simple desmovilización y organización en cooperativas de seguridad, volviendo a la idea inicial de las Convivir, para darle legalidad; pero nuevamente las cortes se convirtieron en el obstáculo insalvable y desde entonces, el conflicto del gobierno con las cortes.

 

De la completa impunidad inicialmente pactada por el gobierno, se paso a la ley de Verdad, justicia y Reparación; de los 10 a 12.000 paramilitares reconocidos, se paso a mas de 36.000 desmovilizados, pues narcotraficantes y pandilleros vieron una oportunidad, para camuflar a una parte importante de paramilitares, especialmente mandos medios que no se desmovilizaron, y siguen desde entonces administrando el terror paramilitar que persiste con el nombre de “Bacrim”, según el mismo gobierno, en mas de 250 municipios del país; pero además para ganar réditos y ampliar su  influencia, inscribiendo como beneficiarios de los subsidios del estado por desmovilización a otros, que nada o muy poco tenían que ver, y el gobierno lo supo, porque además se le advirtió y nunca dijo nada.

 

El narcotráfico siempre estuvo articulado como otros sectores al paramilitarismo, pero otros narcotraficantes, no. Estos últimos quisieron aprovechar de los beneficios concedidos a los primeros y empezaron a negociar con ellos franquicias como paramilitares y a inscribirse en el programa de reinserción, lo cual no se pudo hacer a espaldas del gobierno por obvias razones, eran narcotraficantes reconocidos y de vieja data.

 

Después las relaciones con los narcotraficantes y jefes paramilitares se deterioraron a tal punto que estos querían contarle la verdad al país y para tratar de impedirlo, el gobierno los extradito para que fueran a contarla a los EEUU, cuyo gobierno maneja muy bien los secretos de nuestra elite y solo los utiliza cuando necesita presionarlos en su beneficio, de allí una sumisión total que raya en la desvergüenza.

 

Como el gobierno no quería aparecer, sobre todo ante la opinión publica internacional, negociando y desmovilizando solo con paramilitares,  decidió montar una desmovilización con un comando guerrillero inexistente, que hoy tiene al excomisionado de Paz Luís Carlos Restrepo como prófugo de la justicia en algún país cómplice y al propio expresidente Uribe Vélez cada vez mas  enredado protegiendo y tratando de evitar que sus hombres de confianza y colaboradores inmediatos respondan ante la justicia, y se vayan a ver obligados a colaborar con ella, rompiendo el espíritu de cuerpo,  involucrando de paso judicialmente a quien a no dudarlo esta involucrado, porque nada sucede a las espaldas de un presidente en Colombia en Colombia, ni que fuera imbécil y Uribe menos que nadie lo es!.

 

La estrategia de desaparecer para la justicia a quienes pueden involucrarlo judicialmente, hasta ahora le ha funcionado al expresiddente, porque además se lo han permitido; ya se tenia la experiencia de la exdirectora del DAS y "al perro no lo deberían de……….."