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LA GENERACION DE LA ESPERANZA EN COLOMBIA

Semana
23 de julio de 2011

En pleno auge de escándalos por corrupción a granel, de todo tipo, en todas las esferas, con decisiones judiciales de la rama, por tomarse, como agro ingreso seguro, Dian, para solo citar algunos, todos de suma importancia, que buscan evitar la impunidad de delitos que afectan en materia grave el erario, Colombia asiste a la consolidación de una generación de jóvenes, que nos permiten tener esperanzas.

No es casual la presidencia de Simón Gaviria en la cámara de representantes. Menos el éxito de la pasada legislatura en manos de Benedetti. El hijo del ex presidente Gaviria, es un ejemplo de político decente, capaz, responsable, honesto y diligente.  De igual manera podríamos hablar de: Juan Manuel Galán, David Luna, Gina Parody, Alfonso Prada, El doctor Petro, Sergio Fajardo, para solo citar algunos.

Los valores de esta generación son la antípoda de lo acostumbrado: No son clientelistas profesionales, responden más a ideas que a maquinarias, todas han estudiado en excelentes universidades y lo hicieron con plena conciencia frente a las responsabilidades que les esperaban,  son más técnicos que otra cosa, es una generación que está preparada por especialidades, asumen ser anti-políticos, refiriéndose a que detestan todo los vicios de la vieja política, no tienen compromisos con los grupos por fuera de la ley,  asumen los debates públicos con entereza y responsabilidad, estudian mucho y siempre están rodeados por grupos de asesores  muy capacitados, que son verdaderos soporte a sus propósitos.

Esta generación es otra cosa. En cada ciudad de Colombia hay representantes que han asumido en sus regiones este relevo, conscientes del momento político que vive Colombia. La actitud de los electores de igual manera está cambiando. La política ha dejado la lenteja y se hace con ideas.  Qué bueno por nuestro país.  Esperamos, que el destape de tantos escándalos, termine por hacernos conscientes, llegó la hora de asumir otro papel y ser protagonistas cabales del momento. Parece de Perogrullo la frase, pero está claro que el futuro está en nuestras manos.