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LA HIPOCRITA RELACION ENTRE SANTOS Y URIBE

Semana
17 de abril de 2011

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La diplomacia es el arte de mentir, el protocolo al servicio de las hipócritas pero necesarias relaciones entre pares. La política se reviste por excelencia de estas maneras, pues la mentira es el instrumento más utilizado como estrategia por aquellos, que suelen tenerla como profesión. La relación entre el presidente Santos y el Doctor Álvaro Uribe ha llegado a un grado de deterioro tan grave, que ahora solo le quedan los artificios de la hipocresía profesional, para sostener un distanciamiento que no tiene reversa.

Pero como la letra de la salsa: “Todo tiene su final”.  El Precandidato Santos, Uribista al 100 %, una figura casi calcada de Uribe en otroras épocas, quien obtuvo esta candidatura simulando que sería la copia que exigía el Doctor Uribe, el personaje de confianza. Desde que ganó la candidatura,  ya no fue Uribe y desde este día  demostró que pese al cordón umbilical, a la deuda que tenía con el presidente, gobernaría con absoluta independencia, no traicionaría una vida preparada, no para ser presidente, sino para ser ex presidente.

El itinerario de esta traición, se puede seguir en el Twiter, descontamos que nunca será perdonada por el Uribismo de pura sangre, menos por el doctor Uribe, que en materia de arrogancia y terquedad no hay quien le gane.  El interrogante que queda, es saber sí  los consejeros cercanos, no sospecharon está traición, menos que este caballero de la más rancia burguesía Santafereña, no se prestaría para ser un testaferro del poder.

El último comentario del presidente Santos cuando expreso y se “comprometió a que cuando él sea ex presidente se dedicará a la academia y no a “molestar” al jefe de Estado de turno”,  constituye un rompimiento total con el doctor Uribe, más no con el Uribismo.  Lo seguro es que las relaciones entre el presidente Santos y el Doctor Uribe terminarán  muy mal.

La lección para los politólogos, es reconstruir el histórico recorrido del Doctor para llegar a la presidencia: el manejo calculado de sus pasos, ese momento en que decidió no ser un opositor del Uribismo y se camuflo entre sus pares, pues entendió que la única forma de llegar a la presidencia, era de la mano del presidente Uribe. El primer sacrificio: nunca contradecir al mandatario, colindar con un parentesco ideológico que contradecía su estirpe liberal.    Adelante cada paso fue calculado, perfecto, digno de un lector de Churchill, de Lincoln,  el producto de un estadista que sabe, que las mentiras muchas veces son necesarias para obtener la independencia que después le permitiría llegar al poder.  En adelante, el distanciamiento será inevitable. Esperamos con impaciencia, como  termina esta novela. De hecho sabemos que muy mal, pero esperaremos pues conocemos perfectamente las formas como actúan estos dos colosos. Está como para alquilar balcón: Amanecerá y veremos.