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LA JUSTICIA Y LOS MEDIOS

Semana
26 de mayo de 2012

Darío Echandia un gran jurista y pensador Colombiano dijo con profunda sabiduría que los jueces solo se pronuncian a través de sus sentencias. Esto no se aplica para nada hoy, menos en medio de la revolución de las comunicaciones y la trascendencia de las redes sociales. En Colombia perdimos la proporción. Hay dos casos que son el pan de cada día y sobra decir que los medios tienen infiltrado  la fiscalía y  los despachos judiciales, pues conocen datos mucho antes que las partes procesales.  Es imposible evitar estas filtraciones, lo que no deberían hacer jueces ni abogados es prestarse para el manoseo de los periodistas quienes no les importa perjudicar el debido proceso, presumiblemente en aras de buscar la verdad, pero   la sintonía es la que les preocupa en  el fondo.

En dos casos específicos la prensa ha adquirido una incidencia que sobrepasó la justa media. Se trata de la muerte o posible asesinato del estudiante de la Universidad de los Andes de Bogotá, Luis Andrés Colmenares en extrañas circunstancias  y el caso Sigifredo López el diputado del Valle secuestrado por la Farc. Sobra advertirlo, preferimos unos medios desbocados a cualquier limitación a la libertad de prensa.

En estos dos casos específicos,  la prensa ha adquirido un peso inusitado y por fuera del canon. Lleva sus propias investigaciones, tiene contratado expertos y realiza programas periodísticos, que son verdaderos platos periciales, que tarde o temprano terminarán incidiendo sobre la decisión de los jueces.

Lo peor es que los abogados han tenido batallas verbales de un calibre muy alto por la radio y la televisión. No solo presentando argumentos, que ni siquiera conocen los jueces extrañamente, sino que viven ofendiéndose mutuamente. Los periodistas están encantados con el espectaculo grotesco para su publico goloso de este tipo de noticias.

En el caso de Sigifredo, es peor. Los enfrentamientos ideológicos salieron a flor de piel y parece que hubiese dos tendencias enfrentadas descaradamente: la derecha fundamentalista y una izquierda mamerta irritante. Este caso amerita el respeto a la reserva sumarial, pues se lleva bajo el viejo sistema.

Sería justo reflexionar sobre este tema. Lo mismo ha pasado en el caso de los Nules, el juicio al exalcalde Moreno para solo citar los más connotados. Recordar al maestro Echandía cae como anillo al dedo.