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LA TRAGICA ENCRUCIJADA DEL CAUCA

Semana
22 de julio de 2012

El conflicto del Departamento del Cauca no es nuevo y  se remontan a muchos años, producto de la exclusión, falta de presencia del estado en todos los ámbitos y un saqueo ancestral a las poblaciones indígenas. En este región se asienta una de las comunidades indígenas más grandes del país, las relaciones con el estado Colombiano han sido muy difíciles por razones diversas, más cuando en sus territorios se producen crudos combates con la FARC, pues este territorio es un corredor estratégico, no solo para su supervivencia militar, sino que es la salida natural a Buenaventura, el puerto usado por el narcotráfico para sacar sus productos ilegales.

Los indígenas esta semana, en uno de los peores errores cometidos, decidieron desconocer las tensiones propias del conflicto y sacar con palos al ejército Colombiano de uno de los puntos más importantes de la región. Su lema fue, fuera el ejército y la guerrilla de nuestro territorio, no queremos ser carne de cañón de los enfrentamientos entre estas partes.  Resulta ilusa su actitud, sería muy fácil para medio país asumir que se pueden crear paraísos territoriales por arte de Magia.  El acto presenciado esta semana fue penoso, la actitud caballerosa de la unidad militar no fue correspondida y solo vimos actos violentos de una comunidad enloquecida que desconoció la majestad del estado en cabeza de una unidad militar.

Nadie desconoce la trágica historia de una comunidad absolutamente abandonada por los gobiernos tanto nacionales como regionales, maltratada históricamente, excluida. Cauca fue tierra de terratenientes y fue esclavista de oficio, la concentración de la propiedad es de las más altas del país,  allí se vive un conflicto ancestral por el robo de  territorios extensos a las comunidades indígenas. Esto nadie lo desconoce. Pero sobra decir que ha sido un sitio estratégico de la guerrilla, que desafortunamente actúa más como cartel de la droga, en este punto está el corredor para la salida al mar, además  en los últimos meses ha decidido recuperar estas zonas, que fueron de absoluto dominio. Sobra decir que los indígenas no escapan a la manipulación de estos grupos guerrilleros, que ganarían mucho con su favorecimiento, estos son gajes del oficio en una zona en constante tensión.

La constituyente del 91 hizo justos reconocimientos a las comunidades indígenas, incorporó en la carta sus derechos, le otorgo la autonomía que desde la conquista había perdido, pero nunca rompió la unidad nacional. Esto debe quedar muy claro. El estado no tiene territorios vedados.

El gobierno en estos hechos no puede actuar con ambivalencia, requiere  carácter y sentar posiciones claras al respecto. Lo sucedido no admite medias tintas. Confiamos en que el presidente sepa manejar la situación y sobra recordarles que las universidades y muchos historiadores han realizados trabajos muy valiosos con la radiografía del conflicto del Cauca, que es ancestral. Nunca recurrimos a la academia, este conflicto no solo se resuelve con un manejo integral, reconociendo sus territorios, devolviendo sus tierras, sino que debe ser acompañado por aquellos que conocen todas las variables históricas que lo han alimentado y recrudecido.