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LECTURAS SOBRE EL PODER

Semana
21 de junio de 2012

Por: Bernardo Romero Parra

Ostentar el poder político siempre ha sido un interés humano,  por lo que muchos  han dedicado sus vidas a estudiar las estrategias que permitan mantener y aumentar su influencia sobre los demás, uno de esos investigadores  es  Robert Greene, autor del libro  las 48 Leyes del poder cuyo contenido según comentarios recogidos en la web apuntan  a satisfacer dos deseos humanos: la ambición y la libertad. A Greene le importa poco lo que usted se proponga; lo importante es que lo consiga, y para eso es el libro.

Al realizar un  análisis profundo desde nuestra percepción política de libre pensador popular, encontramos que esa clase de estrategias como las que plantea Greene, no pueden ni deben ser aplicadas en un estado social de derecho, sencillamente porque contradicen la ideología democrática que reconoce  al ser humano como protagonista esencial de las acciones del estado.

Consideramos que el Gobernante Popular debe ejercer su mandato, conservando las virtudes y cualidades que le permitieron acceder al poder, no hay explicación alguna para dejar de lado las ideas, ilusiones, anhelos, sueños  que fueron alicientes en la batalla proselitista, ni a las personas que los concibieron o ayudaron a concebirlos, porque en la realidad esas son las metas que le marcan los objetivos al gobernante a través del sentido común y la humildad. Nuestra regla es el gobernante no puede perder su originalidad.

Greene aconseja  trabajar rodeado de los enemigos, para nosotros  es  inaudito que se degrade a los cogestores de la conquista del poder y se les condene al ostracismo.  En plena contradicción al reconocimiento de excelsas cualidades profesionales y personales que se hacían públicamente en épocas anteriores a los verdaderos amigos,  ayer eras valioso, hoy no lo eres, lo que le resta credibilidad en el pueblo a las acciones del mandatario. El gobernante demócrata jamás puede dar la sensación de utilizar a la gente como a un producto desechable, que después de usado se arroja a la basura. Nuestra regla es  gobierna con tus amigos, ellos son los que estarán siempre contigo y defenderán los ideales conjuntos, cuando los viudos y huérfanos del poder quieran arrebatarlo.

El poder político conlleva a la persona que lo ejerce a ser rodeado por círculos influyentes en lo económico o social, que en la mayoría de las veces pretenden “secuestrarlo” y ponerlo al servicio de sus intereses particulares. El gobernante debe estar vigilante ante esta situación impidiendo obnubilarse descuidando los intereses superiores de la comunidad, esto se puede combatir con una fluida comunicación con las organizaciones populares y sus líderes, considerando a estos como unos verdaderos polos a tierra, ya que conservan el sentido común y valores humanos que en otros sectores se han perdido. Nuestra regla es el gobernante debe tener excelentes relaciones con todos los sectores de la sociedad, sin perder de vista que el origen de su poder es popular