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LO PERVERSO DE LA REELECCION DEL PROCURADOR

Semana
2 de septiembre de 2012

Nunca estaré de acuerdo con la reelección de funcionarios de los organismos de control. No es conveniente por la suma de intereses que se entrecruzan en una elección que compromete la ética de quien debe velar por que la misma prevalezca, pues en esencia este es su máximo deber constitucional. En este cargo nunca debería haber reelección.

Los problemas que se puedan generar en el caso concreto del Procurador Ordoñez empiezan con la propia postulación.  Hagamos primero un poco de pedagogía, El 276 de la CN dice: “ El Procurador General de la Nación será elegido por el Senado, para un período de cuatro años, de terna integrada por candidatos del Presidente de la República, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado.” Como evitaría en estos momentos que el procurador no ponga al servicio de su reelección la transparencia del cargo en el laberinto de interés que está en juego.

La campaña de reelección emprendida por el Doctor Ordoñez compromete de alguna manera sus responsabilidades y la transparencia en el ejercicio de sus funciones. Lo digo en principio ni siquiera atendiendo a la persona sino al cargo. En el llamado de los apoyos que solicite el procurador para que la misma tenga éxito  se dan situaciones que atentan con la necesaria neutralidad que le exige la constitucion nacional. En este momento la procuraduría tiene en la nevera decisiones que comprometen a funcionarios que tienen alguna incidencia en este proceso de reelección.  Aquí empieza a vislumbrarse lo perverso de la reelección por la multiplicidad de interés en juego y por la propia transparencia del ejercicio.

La corte acaba de escogerlo como su candidato.  Hay magistrados que tienen familiares muy cercanos trabajando en altos cargos en la procuraduría.  La misma corte es la que tiene la responsabilidad de vigilarlo constitucionalmente, lo que en este caso hace la reelección  perversa e inviable desde una perspectiva ética. Analicemos otros tópicos.

 Como la corte evitaría afectar las investigaciones en curso por paramilitarismo de algunos funcionarios, sí como lo dice María Jimena Duzan y la silla vacía, el procurador necesita de los votos de estos honorables padres de la patria para ser elegido, ósea de aquellos que el mismo está investigando. Anótese que nunca me he referido sí el procurador ha sido bueno o malo en estos cuatro años de funciones. Simplemente estoy hablando de los vicios que trae repetir. Es a la inversa, si el procurador ha hecho un ejercicio  responsableen estos cuatro años, con la reelección se vería afectado inevitablemente.

No comparto  muchas de las posiciones ideológicas del procurador, son segadas en temas como el aborto y los homosexuales, las respeto incluso, pero no debe propugnear el desconocimiento de derechos constitucionales que prevalecen por encima de sus convicciones. En  este cuatrienio quedó claro que la procuraduría tiene todas las herramientas para cumplir con sus responsabilidades constitucionales. El doctor Ordoñez no dudó cuando tuvo que destituir o inhabilitar. La procuraduría dejó de ser un organismo de lujo, el acostumbrado organismo que servía  solo para cumplir con las cuotas políticas.  En algunas investigaciones su independencia está en cuestión, pero he llegado a la conclusión que es imposible evitar estos riesgos partiendo del hecho que pese a sus funciones este también es un cargo político.  En estos pocos aspectos sale a flote que la reelección es perversa, ojala así lo entienda el honorable Senado y la clase política.