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LO QUE DEJÓ LA CUMBRE DE LAS AMÉRICAS ADEMÁS DE UN INTERROGANTE.

Semana
23 de abril de 2012

El espectáculo de la semana pasada, en  nuestro país, fue el que se derivó de la realización de la VI Cumbre de las Américas en la colonial Cartagena. Los resultados para el presidente Santos han sido localizados más en la agenda interna, de la política y del proyecto económico del gobierno, que en lo tocante a su política exterior.

 

En materia diplomática, la coyuntura se vislumbraba como muy difícil para que se  alcanzaran  consensos frente a los temas claves como: la inclusión de  Cuba en las cumbres, un viraje en la política anti narcóticos en la región y la adopción de una postura de respaldo a la Argentina en su pretensión de tener soberanía y posesión sobre las islas Malvinas. El consenso no se logró por la posición del presidente de los EE.UU., y su aliado de primer orden en el continente, el gobierno canadiense, quien llegó a la Cumbre en plena campaña por su reelección, con elecciones en noviembre próximo, en donde la ventaja que lleva frente al más seguro rival, Mitt Romney, candidato del Partido Republicano, no es mucha; situación que le obligaba a maniobrar políticamente en un campo estrecho de opciones, cuidando al máximo su potencial electoral. Entonces, lo que buscaban la inmensa mayoría de países de América encontró un veto en el gobierno estadunidense; los temas de Cuba y la política anti drogas son sensibles electoralmente en la dinámica política del presidente Obama,  razón  que llevaba a mantener sus posiciones inamovibles  y en relación con las islas Malvinas pesa más para el norteamericano la alianza NATO que los aplausos que se puedan producir en el resto del continente por una postura a favor de Argentina. Adicionalmente, la presidenta de Brasil, la Sra. Rousseff, en el conversatorio desarrollado con el presidente Obama y con la moderación del presiente Santos, en el marco de la cumbre de empresarios, planteó que la política monetaria expansiva, con la que en general en los países desarrollados buscan salir de la crisis, está generando procesos de revaluación en los demás países del continente que amenazan su productividad en el comercio internacional y puntualizó, entonces, que las políticas económicas norteamericanas no se encuentran en sintonía para sacar a la región, en su conjunto, adelante en esta delicada coyuntura.    La conclusión: EE.UU. nos sigue mirando como su patio trasero y existe un divorcio de visiones del futuro del continente entre los países situados al norte del rio Grande y los situados al sur, y a su vez entre estos últimos. En este contexto, el presidente Santos tenía difícil el papel de emerger como un nuevo líder regional; es más, la sensación que deja es que Colombia puede tener dificultades, nuevamente, a corto y mediano plazo en los marcos institucionales del ALBA y MERCOSUR. Se puede destacar como aspecto positivo el viraje que ha dado recientemente el gobierno estadunidense, en materia de control de estupefacientes, al considerar el consumo más como un problema de salud que como uno criminal; que no puede atribuirse exclusivamente a la Cumbre sino al proceso de debate que se agitó en los meses previos, haciendo que los EE.UU. buscasen una mayor convergencia de ideas, en esa materia, en el continente, sobre todo por el problema grave que tiene con su vecino en la frontera sur.

 

La agenda interna, en cambio, recibió  premios importantes. La cumbre de empresarios reafirmó a Colombia como un país en el cual los extranjeros pueden invertir con seguridad. La convergencia de intereses de los presidentes Santos y Obama – el segundo en un afán por mostrar una gestión  que busca crear empleo en su economía  y el primero en lograr la entrada en vigencia del TLC con EE.UU. en un plazo muy corto– llevó a Obama a la decisión de anunciar la fecha para que el tratado, negociado hace seis años, entrase en vigencia en el próximo mes de mayo. El hecho que el presidente Obama hiciera la entrega de unos títulos de tierras a una comunidad de afro precedentes, que llevaban siglos esperando justicia, simbólicamente significa un espaldarazo, por parte de la potencia del norte, a una política y un proceso de restitución de tierras a comunidades despojadas de ellas en nuestro país y que tanto apoyo necesita ante la embestida que sectores de derecha pretenden emprender en su contra. Adicionalmente, el marco de la Cumbre le permitió a Santos a hablar más alto en el pulso político que libra contra el ex presidente Uribe, mostrando una mayor contundencia y cimentando más su posición en la clase empresarial que no pocas críticas le ha hecho a su gestión.

 

Sin embargo, en el frente interno, un lunar debe ser esclarecido: la autoría de las explosiones de  los tres petardos, de bajo poder, que ocurrieron en Bogotá y Cartagena, en la noche del viernes, horas después de la llegada del presidente Obama. Nadie ha reclamado ser su autor. Inicialmente, pensé que podían haber sido las FARC, entregando un mensaje como este: aquí seguimos; no quisimos hacer daño pero, gobierno, recuerde nuestra presencia y la necesidad de salir de este conflicto. Hasta el momento no se lo han atribuido. Por lo tanto sigue el interrogante: ¿Quién pudo ser? ¿Las FARC o la organización terrorista de la “Mano Negra”? ¿Sí fue esta última, Cuál es su propósito?