LOS DARDOS CONTRA EL ALCALDE PETRO

Es innegable la actitud revanchista y la crítica injustificada a tan solo dos semanas de su mandato, de algunos sectores de la prensa y de la propia clase política contra el alcalde Petro.  Esperábamos que esta fuera la actitud  de la izquierda y del propio polo, pues es costumbre en Colombia que la izquierda no necesite enemigos, porque tienen la facultad histórica de parirlos desde su propia militancia. El partido comunista y la izquierda colombiana, nunca tendrán armonía en sus cuadros, sus miembros son como perros y gatos, por lo menos hasta ahora y se caracterizan por mantener  luchas internas irreconciliables a granel.

Curiosamente al doctor Petro la prensa que lo acompañó en su campaña hoy lo ataca implacablemente.  Sus declaraciones son tomadas fuera de contexto, casi todo les parece una brutalidad, nadie se preocupa por escrutar la visión que tiene de ciudad y menos se analiza con ponderación cada decisión. Para esta crítica, parece que Bogotá esta en las peores manos. La actitud de la periodista María Isabel Rueda, quien goza de una credibilidad justificada por una trayectoria sin tacha y una ética a toda prueba, es parcializada en el caso del alcalde, así insista en dar justificaciones ponderadas de sus críticas.

Hasta hoy nadie habla de  las políticas sociales implementadas, la actitud del alcalde frente al desarme, la posición enfática en materia educativa para mantener los logros de sus antecesores, ósea los aspectos positivos no cuentan para estos críticos. El alcalde está respetando su agenda y las propuestas hechas en campaña. Todo lo que hace se le tilda de populista y se señala de estar haciendo campaña desde ya para la presidencia.  Este es un país de godos.  Desde Gaitán está demostrado que la izquierda nunca llegará al poder. La clase elitista de este país no necesita conspiraciones, ni golpes de estado, ni recurrir al asesinato como es nuestra costumbre. No, la sociedad Colombiana es conservadora por naturaleza. Sino miremos la actitud que se tiene contra el doctor Petro. Falta ver, que hará el polo, que alguna sorpresa debe guardar en este país del sagrado corazón.