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NEGOCIAR EL MODELO ECONOMICO

Semana
1 de noviembre de 2012

Ahora que está de moda hablar sobre el proceso de paz, no podemos quedarnos atrás. Han aparecido expertos y sabios de todo tipo, que pontifican sobre el tema, muchos de ellos con dotes de clarividente, asegurando resultados futuros a partir de sus disquisiciones teóricas. No vamos por supuesto, a realizar el papel de mago para asegurar que sí o que no tendrá éxito; pero sí es necesario retomar las palabra de Humberto de la Calle, el líder del equipo del gobierno, quien dijo el día de la instalación del proceso, que el gobierno no va a negociar sobre el modelo económico que impera en el país.

 

Ahora no se sabe qué se negocia: sí la oligarquía va a ceder y soltar los cargos de manejo del Estado o si la guerrilla va a soltar los miles de millones de dólares que maneja con el narcotráfico. En ambos casos, a cambio de qué?

 

Se sabe que la violencia en Colombia tiene causas objetivas y subjetivas, que se alimentan con factores estructurales y coyunturales y en unas y otros, el modelo económico tiene un papel. Se suponía que el anacrónico discurso de la guerrilla se sustentaba en la pobreza y la desigualdad que en este país es una de las más fuertes de América Latina y también se creía que el propósito del gobierno no era simplemente el de acabar con los actuales grupos armados, sino el de sembrar las bases de una paz duradera. Pero, cómo se van a acabar los grupos armados en la zona rural, si los muchachos del campo no tienen alternativa de empleo distinto a las opciones que brindan los grupos armados de todo tipo?; desempleo que tanto en el campo como en la ciudad, es ocasionado por las políticas macroeconómicas que se derivan del modelo económico impuesto por el capitalismo financiero internacional.

 

No hace falta ser experto ni sabio sobre los temas de paz. Basta con viajar a la zona rural y ver lo que ocurre con los muchachos, muchos de ellos, que egresan como bachilleres de los colegios agropecuarios, para plantearse los interrogantes acerca de cómo lograr la convivencia pacífica con el actual modelo económico, que si bien no fue el que dio origen a los grupos armados porque ellos existen hace medio siglo, hoy sí constituye un factor que nutre los argumentos para reclutar y amaestrar combatientes.

 

Probablemente no es que sea necesario acabar con la desigualdad y la pobreza para poder lograr la deseada situación de convivencia pacífica que se busca con el proceso; pero parece que es tan fuerte la dificultad para los diálogos derivada de la posición sectaria y terca de la guerrilla, como la negativa del gobierno a negociar el modelo económico.