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Politiquería de los congresistas frente al Ejercito de Colombia.

Semana
24 de marzo de 2012

     Insólito. Con reprochable oportunismo un grupo de demagogos congresistas colombianos, utilizó la muerte de 11 militares en Arauca, para poner en entredicho la preparación de las tropas para combatir el narcoterrorismo comunista y dar a entender que el parlamento puede intervenir en la organización interna y dirección de las Fuerzas Militares.

     Olvidan los ilustres y doctos congresistas, que esos soldados entregaron sus vidas en defensa de la imperfecta democracia que permite tener un parlamento infestado por enfermedades letales para la institucionalidad, materializadas en corrupción, politiquería, salarios inmerecidos, amenazas de planes tortuga, pensiones escandalosas, viajes innecesarios, viáticos de turismo parlamentario, carros, escoltas, nubes de improductivos asesores, etc.

     También “olvidan” estos oportunistas congresistas, que las Farc existen porque están en contra de un parlamento que consideran corrupto, descompuesto y traidor de los intereses nacionales.

     Inclusive olvidan que una y mil veces, Tirofijo, Jojoy, Cano, Timochenko y los demás bandidos del Secretariado de las Farc han resarcido en sus momentos, que las Farc existen para combatir y destruir a esas castas corruptas, y, que no van a entregar las armas para incorporarse al “sistema podrido” que ellos han combatido durante décadas.

     Así mismo olvidan los mencionados congresistas que los colombianos que los eligieron, requieren de ellos obras, acciones concretas y soluciones a los problemas que aquejan a sus regiones, entre otras claridades, causados por ellos y sus antecesores.

     La gente humilde de estratos 1, 2, 3 y 4 es fuente nutriente de oficiales, suboficiales, soldados y agentes de policía, pero por desgracia, también veta que alimenta a las guerrillas comunistas, los narcotraficantes y muchos los delincuentes comunes incluidos los corruptos que atracan el erario público.

     Esa masa sin poder político diferente a regalar su voto al demagogo de turno y su respectiva maquinaria, espera que la pobreza, la miseria y la violencia, sean erradicadas producto de las acciones gubernativas, legislativas y jurisdiccionales, nunca de la demagogia o la politiquería barata.

     Sería mucho mejor que los locuaces congresistas interesados en sacar ventajas baratas con el dolor del pueblo colombiano y el drama de las Fuerzas Militares -que en contraste los mantienen en sus cargos- pensaran y actuaran en la necesidad de mejorar los salarios de las tropas, en hacer que el gobierno nacional cumpla lo establecido desde 1992 con la nivelación salarial; en mejorar el cada vez mas insuficiente servicio de salud militar, y en fortalecer el fuero militar y la defensa jurídica de quienes por defender castas corruptas o ineptas, entregan hasta sus vidas o terminan encarcelados.

    Colombia está en guerra contra el narcoterrorismo comunista y los cómplices de las Farc enquistados en el Foro de Sao Paulo. El único bastión que tiene claro el problema y que cumple la misión constitucional está en las Fuerzas Militares.  Inclusive, por desgracia, muchos de quienes hoy son juzgados pudieron haber cometido errores, convencidos que estaban salvando la patria.

    En contraste, los primeros beneficiados de ese sacrificio son personajes intocables por siempre incrustados en el alto gobierno, las altas cortes y el congreso de la república.

     Sin embargo con disciplina y demasiada fe en que Colombia cambiará, los soldados desprotegidos en el campo jurídico ven atónitos como una corte vulnera la ley en la “extraña” escogencia de la Fiscal Viviane Morales, y luego por obra y gracia de la dialéctica engatusadora, un ilustre abogado de toga y poder  infinito, dice que si hubo una conducta atípica, pero que todo fue de buena fe.

     Eso significaría que la conducta irregular de un funcionario público de nivel bajo, se llama prevaricar, pero en los altos estrados judiciales cambia de nombre y se denomina equivocación de buena fe.

     Lo curioso es que esa misma corte, que consideró inválidas las pruebas de los computadores de Reyes por razones que no son muy claras y se justifican con el argumento, que las decisiones de los jueces se respetan; hoy eligieron en tres horas a otro Fiscal, pese a que durante el gobierno Uribe, dilataron tres años al Fiscal en interinidad, por razones que tampoco son claras ni convincentes.

     Cabe preguntar a los locuaces congresistas que quieren poner contra la pared a las Fuerzas Militares, si no sería más saludable para Colombia que el cuestionado parlamento colombiano indagara y profundizara en asuntos puntuales tales como:

     ¿Por qué no investigar al Congreso en su conjunto por las responsabilidades política, moral, y judicial que le asiste por el atraso que campea en Colombia, derivado de la corrupción y politiquería?

    ¿Por qué no investigar hasta las últimas consecuencias, a las altas cortes por decisiones aberrantes contrarias a los intereses nacionales, que fuera de eso, al parecer están   infectadas por actos de corrupción en carruseles de nombramientos y situaciones no claras, de algunos de ellos con un italiano amigo del criminal Mancuso?

      ¿Por qué no investigar a los presidentes de la república y ministros de Defensa que desde 1992, se han hecho los de la vista gorda con la nivelación salarial de los sacrificados militares que los han mantenido en sus cargos; no previeron el colapso del sistema de salud, ni han hecho nada tangible por la defensa jurídica de las tropas?

     ¿Por qué no dotar con mejores equipos de inteligencia, medios de transporte y logística adecuada a los soldados de contraguerrillas, que como el caracol andan con la casa a cuestas… y a veces con la lápida?

     ¿Por qué el Congreso de la República no legisla para buscar que la corrupción sea declarada delito de lesa humanidad, para que todos los **bleep** de cuello blanco que han robado el erario público sean encarcelados y obligados a devolver el dinero que esquilmaron a los presupuestos oficiales?

    ¿Por qué estos ilustres demagogos congresistas no se dedican a estudiar el Plan Estratégico de las Farc, para que con leyes y acciones legítimas blinden a las Fuerzas Militares de la guerra jurídica de los comunistas armados y desarmados, y, para que obliguen a los funcionarios públicos corruptos o ineptos, a renunciar o a cumplir con su misión so pena de ser encarcelados?

      Eso y mucho más, es lo que deberían hacer los congresistas frente al problema de la guerra, que ellos y sus antecesores generaron.

      Todo menos hacer leña del árbol caído y buscar avemarías con la camándula del desangre de los soldados, que por los complejos vericuetos de la democracia, sostienen la estructura de lo que las Farc llaman “sistema podrido”.

     Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

     Analista de asuntos estratégicos

      www.luisvillamarin.com

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