Home

Expertos

Artículo

¡Por favor, el Presidente soy Yo!

Semana
3 de diciembre de 2011

¡Por favor, el Presidente soy Yo!

 

Creo que Colombia es el único país en el mundo en donde no se conjuga y, mucho menos, tiene aplicación el verbo “deponer”. Los gobernantes, sean regulares o pésimos, no tienen el màs mínimo problema para terminar su mandato constitucional.

Diferimos mucho de nuestros vecinos del sur, aquí pasa de todo y no pasa nada, tenemos una capacidad de aguante impresionante, un espíritu masoquista sin par con flagelante alguno y, lo màs grave, padecemos de amnesia crónica, lo que nos lleva indefectiblemente a tener que soportar y vivir la repetición de historias ignominiosas.

No obstante, haberse empezado a destapar varias ollas podridas a finales del segundo periodo de Uribe, por actos inequívocos de corrupción  y desafueros, terminó con un inexplicable alto porcentaje de aceptación que rondaba por un 75% de la opinión nacional, lo que, sin duda alguna, le confería una enorme capacidad de veto o aceptación para quien aspirara a ser su sucesor, asì se hubiese conocido de manera tardía la declaratoria de inexequibilidad del referendo reeleccionista.

El Ministro de la Defensa de ese entonces, Juan Manuel Santos, haciendo gala de  su refinado ‘manzanillaje’ político se armó de una paciencia envidiada hasta por el bíblico Job, se exhibía como un estoico consumado y  con sumisas palabras hacia su superior, respetándole su intención de perpetuarse en el poder, se mostró como un leal màs, sólo comparable con Andrés Felipe Arias, lo que le valió para despejar cualquier vestigio de duda que pudiera tener Uribe y tener que aceptar de dientes para afuera su candidatura al conocerse el fallo de la Corte Constitucional, además, el tiempo estaba a favor del hoy Presidente.

Uribe ha recibido tres golpes certeros en su vida pública que han sido adversos como medio para lograr sus perversos fines: la declaratoria de inexequibilidad del referendo reeleccionista, el cual fue gestado y parido mediante los artilugios màs inicuos, abominables y delictuales de los que uno se pueda imaginar; la desilusión total cuando comprobó, y sigue comprobando, de que el Presidente Santos no es ni era la marioneta que él y sus íntimos de la U. creían, lo que le derrumbó el ‘castillo de naipes’ que ingenuamente había levantado pensando en la prolongación de su mandato en cuerpo ajeno.

Y el tercero, cual es lo que lo tiene tocando la aldaba de la puerta del sanatorio de Sibate, que el Presidente Santos, en forma olímpica y sin querer queriendo, de un plumazo le hubiere estropeado o dado al traste con su estrategia para tener control sobre el Fiscal General de la Nación, lo que al menos le hubiera permitido maquillar un poco los innumerables entuertos que dejó en su nefasto paso por la Presidencia, compensando asì una lealtad extrema de unos pocos colaboradores que pasarán a la historia como idiotas útiles, sin reconocimiento, siquiera, de la calidad de cómplices necesarios.

Estos tres nocauts, han llevado al ex Presidente Uribe de tumbo en tumbo a situaciones lamentables que solo merecen consideración y pesar, ya que ese escaño que él mismo se está señalando es reservado sólo para orates al borde de la esquizofrenia, entendida esta dolencia como un desdoblamiento de la personalidad y las alucinaciones.

O, sino, que un Phd en psiquiatría nos ayude a clasificar ciertas conductas o comportamientos de una persona que fue Presidente de los colombianos, considerado como un fetiche por un 75%  de la opinión pública, otros lo consideraron un Mesías, para otros, màs locos aún, era un Ser Superior, otros, persona imprescindible sin el cual el Estado perdía su esencia. Para mí, la pura verdad, Belcebú es una monja bethelemita comparado con Álvaro Uribe Vélez.  

¿Será de poca monta interceder ante el Gobierno Panameño para que se otorgara asilo político a una delincuente común? ¿Será muy normal que un ex Presidente se reúna subrepticiamente con la oposición de un país amigo para instigar en una conspiración contra los  Presidentes de Colombia y Venezuela? ¿Creen que este es un comportamiento normal de una persona que ocupó el Solio de Bolivar? ¿Qué porcentaje de la opinión pública estaría hoy de acuerdo con las pataletas y las injurias de Uribe?

No se me pasó por la mente votar por el doctor Santos para Presidente, pero, confieso que me siento orgulloso de ser un colombiano màs que tiene como Gobernante a una persona diplomática, discreta, seria, respetuosa del Estado Social de Derecho, que le preocupan los Derechos Humanos, que siente respeto por sus congéneres, que limó asperezas con las otras instituciones dentro del mutuo respeto y colaboración, que es excelente manejador de las relaciones internacionales y, ante todo, que tiene audiencia a nivel mundial e inspira respeto y consideración, siendo sus ideas de un alto contenido liberal.

No creo que al Presidente Santos le quite el sueño de que haya uno o dos personajes que lo estén mirando de manera seria, con cara de bravucones y dando declaraciones deshilvanadas en contra de su gobierno o lanzando dardos venenosos recurriendo a eufemismos; esas rabietas sólo producen efecto en las relaciones de los concubinos cuando tienen diferencias entre las sábanas.

Señores Uribe Vélez, Lozano Ramírez, Barreras Montealegre y demás yerbas del Partido de la U., el Presidente de la República de Colombia es Juan Manuel Santos Calderón, por favor, no lo olviden y déjenlo Gobernar. ¡Ah! no amenacen con rebuscar Candidato para las presidenciales del 2014, con cualquier ‘perico de los palotes’

 

Manizales, Diciembre 3 de 2011.

 

Marco Aurelio Uribe García