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A proposito del bullyng o violencia escolar

Semana
25 de abril de 2012

“Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Infelizmente es una palabra que está de moda debido a los innúmeros casos de persecución y de agresiones que se están detectando en las escuelas y colegios, y que están llevando a muchos escolares a vivir situaciones verdaderamente aterradoras”. Son tan aterradoras que muchos adolescentes están emprendiendo el camino del suicidio. Parece una de las tantas situaciones que viven los muchachos en sus escuelas, pero que tienen unas implicaciones profundas por cuanto lesionan la psiquis, al extremo de llevarlos a una completa anulación de su personalidad.

El agresor es, generalmente, un compañero más de clase o colegio que se caracteriza por su habilidad para sacar provecho de sus ventajas físicas, mentales, psicológicas o intelectuales. La víctima es, comúnmente, un adolescente tímido, retraído, juicioso y con alta sensibilidad.
Víctima y victimario comparten su cotidianidad escolar: “el bullying se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren sin motivación evidente, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros. El que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro, a través de constantes amenazas, insultos, agresiones, vejaciones, etc., y así tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de meses e incluso años. La víctima sufre callada en la mayoría de los casos. El maltrato intimidatorio le hará sentir dolor, angustia, miedo, a tal punto que, en algunos casos, puede llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio”.

Hace algunos años fue célebre el caso de un niño español de 14 años que decidió suicidarse ante el acoso del que era víctima por parte de sus compañeros de curso, dejó escrita una nota antes de tirarse al vacío en una pequeña bicicleta. Este caso activó las alarmas de la comunidad española encontrándose con relatos aterradores de los adolescentes víctimas del bullying: “libre, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies. Estas fueron algunas de las últimas palabras que dejó escritas Jokin Zeberio, de 14 años, antes de suicidarse, tirándose al vacío con su bicicleta desde lo alto de la muralla de Hondarribia, España, en septiembre de 2004. Jokin venía sufriendo el acoso de sus colegas desde hacía años. Las continuas amenazas, humillaciones, insultos, golpes, palizas, lo hicieron sufrir y lo llevaron a la muerte. El hecho hizo sonar la alarma social, política y educativa, y ha generado múltiples debates. Pero, lamentablemente, no frenaron el fenómeno. Los casos de bullying afloran y cada día nos percatamos que no son recientes ni raros”.

La tragedia de Jokin Zeberio permitió que un grupo de psicólogos y pedagogos inicien el estudio de este fenómeno escolar. El resultado dejó al descubierto cientos de casos de muchachos y muchachas que ante la imposibilidad de contar su experiencia a sus padres o maestros terminaron siendo víctimas silenciosas, invisibles, del maltrato físico y/o psicológico por parte de sus compañeros de escuela. En países como Perú, Bolivia, Chile o México este es un fenómeno imparable que crece como un tsunami emocional. En Colombia ya son muchas las instituciones educativas que se han atrevido a abordar el asunto. Cientos, miles de niños y niñas necesitan con urgencia la mano salvadora de sus maestros.

Insultos reiterados, exageraciones de su condición física, agresiones verbales, maltrato emocional y despectivo, aislamiento, son entre otros, factores que convierten la vida estudiantil en una cotidianidad de tortura. Para algunos adultos esta es simplemente una forma de convivencia escolar y muchos argumentan que ellos también fueron víctimas de este acoso en su adolescencia.

Existen infinidad de causas del bullying, como también consecuencias.
El bullying o acoso escolar no es un problema nuevo ni aislado, y lo primero que hay que hacer en estos casos es identificar a la víctima y el agresor. Y tener la conciencia de que ambos sufren y, por lo tanto, necesitan ser atendidos y tratados.

 

 

peobando@gmail.com