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Puerto Nariño, un lugar ideal en la amazonía colombiana

Semana
25 de enero de 2012

Puerto Nariño- Torres

Pareciera imposible que en pleno siglo XXI pudiera encontrarse un pueblo sin carros, sin motos, con calles impolutas y gente de una amabilidad arrolladora. Un pueblo en el que las casas no están atiborradas unas con otras y el verde de la vegetación se contrasta con los colores vistosos de las guacamayas, los loros y los tucanes. Un pueblo bañado por las aguas de un rio dulce y apacible en el que se pueden ver los delfines rosados y grises al caer la tarde. Un pueblo que podría decir es de los más hermosos del mundo y que se ha convertido en el destino favorito de la gente que visita la amazonía colombiana.

Ubicado a 100 kilómetros de Leticia, navegando río arriba dos horas en una lancha rápida, se encuentra Puerto Nariño, conocido como el pesebre natural de Colombia y la cuna de los delfines rosados. Su difícil acceso ha hecho de este hermoso pueblo bañado por las aguas del río Loretoyacu un remanso de paz y tranquilidad. Desde ahí los viajeros no solo tienen la posibilidad de ver los delfines en el lago Tarapoto, sino de visitar, en un recorrido a pie por la selva, comunidades indígenas de Ticunas como la de San Francisco, 20 de julio, Puerto Esperanza, Valencia y San Martín. También se pueden organizar excursiones en pequeñas embarcaciones a otros lugares como a Caballococha, una pequeña ciudad del Perú a 30 minutos en lancha; a la comunidad de San Martin y alParque Natural Amacayacu.

Al llegar el visitante se encuentra con un pueblo muy bien ordenado: casas de madera y pequeños caminos pavimentados por el que transita la gente a pie, pues no hay carros ni motos, vegetación abundante y aire puro.

Puerto Nariño cuenta con un sistema de reciclaje que podría ser ejemplo en otras partes del mundo, tanto así que el agua que usan es de lluvia y las botellas y otras basuras son usadas para hacer materas y muros. Fuera de contemplar los hermosos atardeceres y escuchar el canto ensordecedor de los pericos, se puede hablar con sus pobladores; que es gente abierta al dialogo y a la tertulia, gente de una amabilidad sincera que asombra al viajero con un saludo en la calle y visitar el mirador desde el que se pueden ver los dos ríos y la selva imponente.

El Tarapoto

Algunos afirman que el lago Tarapoto es la cuna de los delfines rosados del Amazonas, eso no es del todo cierto, aunque algunas tardes los delfines rosados y los grises se dejan ver en aquel lugar, siempre que se haga silencio y se tenga la paciencia suficiente para esperar, también se pueden encontrar en otros lugares cercanos como la quebrada de Caballococha. En el Tarapoto no solo se pueden ver delfines, sino exoticos paisajes selváticos, ceibas gigantescas y si se cuenta con suerte, una familia de manatís que habita en el lugar.

La vida nocturna

Anteriormente puerto Nariño contaba con luz eléctrica solo hasta las 8 de la noche, razón por la cual sus habitantes se acostumbraron a cerrar sus negocios a esa hora. Sin embargo, se pueden encontrar algunos lugares de rumba como el Gallo o Punto G, en el que se puede no solo beber sino bailar y compartir con los habitantes de la región. La luz electrica funciona ahora las 24 horas.

Comida

La selva es una despensa de frutos de diversa y la sabiduría ancestral de los indígenas ha sabido extraer de ella su sustento. Entre las comidas que el viajero no puede dejar de probar esta el pirarucú: uno de los peces de agua dulce más grande del mundo y que puede llegar a medir hasta 3 metros y pesar hasta 250 kilos; el casabe, una arepa hecha con fariña: harina extraída de la yuca brava y que tiene bastantes propiedades alimenticias, el copoazu una fruta exótica de la que se hace jugo con su pulpa y chocolate con sus semillas, y si se atreve, el mojojoy, una especie de gusano que es muy apetecido por algunas comunidades indígenas y que se lo comen tostado con fariña o crudo.

Una opción económica en la amazonia colombiana

Atardecer Puerto Nariño. Torres

Desde que el Parque natural Amacayacu fue entregado en concesión a Aviatur, las tarifas han subido en forma excesiva y muchos viajeros han preferido ir a otros lugares, en los que encuentran lo mismo que en el parque natural. El parque Amacayacu, en enero de este año, cobraba alrededor de 350 mil pesos la noche por persona en una cabaña y 125 mil pesos en litera compartida. Fuera de las tarifas del restaurante que no son asequibles a todos los viajeros y que la entrada está alrededor de unos 13 mil pesos para nacionales, el parque amacayacu ha dejado de ser el centro turístico principal de la amazonia colombiana cediendo espacio a otros lugares como el kilometro 11 en Leticia y Puerto Nariño. En puerto Nariño en cambio se consigue un buen hotel entre 20 y 50 mil pesos y platos de comida (de buena comida) entre 6 y 12 mil pesos. El viaje en lancha desde Leticia cuesta 29 mil pesos y para visitar algunas comunidades no se requiere de guía y hasta incluso se puede llegar a algunas por pequeños caminos pavimentados entre la selva.

Para todo aquel que quiere huir del caos de la ciudad y salir de lo tradicional recomiendo ampliamente Puerto Nariño como el mejor destino del trapecio amazónico colombiano.