RIO + 20, DESAFIOS Y APUESTAS

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En Junio de 2012, se llevará a cabo en Rio de Janeiro la Cumbre Rio + 20, escenario de debate que coincide con los 20 años de apertura a la primera cumbre de la tierra, ECO – 92,  en 1992. La Cumbre Rio + 20, se cimenta en la reflexión, sobre el desarrollo sostenible en el marco de la economía verde, marco institucional de ese mismo desarrollo sostenible y un plan aparente de erradicación de la pobreza. Así mismo su dinámica se configura en el contexto de una crisis profunda de la producción capitalista industrial consumista, que ha permeado de incertidumbre el entorno  internacional acelerando el incremento de la miseria en proporciones espantosas y estimulando un proceso de degradación ambiental que ha ido comprometiendo el tejido de las condiciones que hacen posible la vida en el planeta. Rio + 20 se asume como el espacio de intenciones para renovar el compromiso político frente al desarrollo sustentable, evaluar el progreso realizado hasta la fecha, discutir sobre las deficiencias en la implementación de los resultados de las principales cumbres y valorar los desafíos nuevos y emergentes. Su plan de construcción va inmerso en un operativo proceso preparatorio que ha ido vislumbrando el rumbo que se le imprimirá a la misma y en el cual, surgen perspectivas diversas que visualizan un mapa político internacional profundamente polarizado que colma de insatisfacción las expectativas de aquellos, sobre los cuales recae con mayor rigor los efectos negativos del patrón de producción  y consumo actual, surgiendo con ello, los matices de una contradicción que a su vez motiva un amplio esfuerzo de movilización, acciones, propuestas y confluencias, orientadas a generar la visibilización necesaria para que se promueva un significativo nivel de discusión desde la visión de aquellos en los cuales aflora esa contradicción, es decir, de los afectados por la estructura económica y del poder que cimenta ese mismo patrón de producción y consumo. Ello se  demuestra en la prevención y rechazo  al principio de economía verde planteada por algunos sectores de la sociedad civil en America Latina y sustentada por algunos Gobiernos de la región en eventos oficiales, desde la cual se entiende que el principio de por sí, está ligado a un enfoque economicista que amenaza con masivas privatizaciones de recursos de valor social, alienta las barreras comerciales y estimula el proteccionismo, en los llamados a la creación de una institucionalidad global para el desarrollo sostenible, eficiente y flexible  articulado a los pilares económicos, políticos y sociales, así como en la necesidad de hacer un balance frente a la falencia en la ejecución de los compromisos asumidos hace 20 años en ECO – 92, ello se complementa con la organización de una Cumbre de Los Pueblos Rio + 20, que aunado a un proceso solido de confluencia autónomo, juegue un papel fundamental en la dinámica de Rio + 20 y su respectiva apuesta.

COLOMBIA Y RIO + 20

Colombia representa hoy el epicentro de un complejo proceso extractivo de materias primas ligados a dinámicas profundas de privatizaciones en el marco de un conflicto interno, que acentúa la explotación minera *  y de petróleo como ámbitos estratégicos de primer orden, ello se ampara en el saqueo despiadado de los recursos naturales, reflejando a su vez un nivel altísimo de predación y destrucción del medio ambiente, reducción del bienestar general y estancamiento en el crecimiento económico. El papel del gobierno frente a las apuestas de Rio + 20 es profundamente confuso. Así mismo Colombia ha experimentado un vacio en la voluntad para implementar estrategias que afiance una política institucional de desarrollo sostenible eficaz. Ello también está marcado por el papel de Colombia en el contexto geopolítico de militarización y repliegue imperial. Pese a que recientemente se creó el Ministerio de Desarrollo Sostenible, la abulia persiste y seguramente la postura del gobierno Colombiano, no traerá grandes expectativas. Paralelo a ello, la sociedad civil alista su plan de acción frente a la dinámica de participación en la Cumbre de Los Pueblos Rio + 20 y alienta el debate en torno a la necesidad de que la misma constituya un avance importante enmarcado en el criterio de una nueva arquitectura de gobernanza mundial, la apertura de valores éticos que fundamenten un nuevo modelo de vida y que tengan como insumos esenciales la carta de los pueblos de la tierra y un plan de movilización que ajustado a propuestas estratégicas concretas, sirva de referentes para que la Cumbre no se constituya en un eco teórico lejano y si más bien un escenario que refleje la resistencia de los que abogan por un mundo distinto.

·          El 40 % del territorio Colombiano esta pedido en concesión para proyectos mineros.