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UN PRESIDENTE EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

Semana
14 de septiembre de 2012

Historia de un país no no muy lejano que queda por aquí cerquita, muy cerquita

 

Les confieso, vivo en un país muy especial, es un país idílico, y queda muy cerquita, tan cerca que casi lo puedo oler pero desafortunadamente no lo puedo ver, pero gracias a las palabras y descripciones que da mi presidente, he llegado a medio conocer usando solo mi imaginación.

 

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Quiero hablarles de mi presidente, quien es también muy especial,  es un intelectual, y sobre todo, un hombre muy social, bueno, social de clubes y fiestas, pero social al fin y al cabo, que es lo importante, vive en un país que solo conoce él, un país sin problemas, de riquezas, leche y miel, un país prospero donde solo se requiere tener mucho dinero para poder disfrutarlo, pequeño detalle sin importancia, un país tan especial que solo él puede disfrutar, a los demás nos toca escuchar la historia e imaginarnos como es esa maravilla, gracias a que mi presidente no es envidioso y todas las noches nos lo cuenta por la tele.

 

Mi presidente es un soñador, hasta los parpados los tiene con bolsitas de tanto dormir, y es un estudioso de las estadísticas, maneja las cifras alegremente y con ellas forma unas historias que podrían dar lugar a escribir un Best Sellers, no se, creo que le saco la vena a Charles Lutwidge, y escribirá la segunda parte de Alice's Adventures in Wonderland, tiene talento innato para ello.

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Lo que mas me gusta es que es muy optimista dado que el esta convencido que este país tan especial esta pasando por el mejor momento de su historia, y no es de menos, pues el desempleo esta por debajo de los dos dígitos, lo que pasa es que a veces nos dice verdades a medias y no nos dice  que esa reducción obedece al hecho de que cada día mas niños entran al mercado laboral, en lugar de estar estudiando y porque el inmenso numero de trabajadores son informales e independientes, es decir, salen todos los días a la calle al rebusque sin empleo ni ingreso fijo y mucho menos digno.  También olvida explicar que hay mas gente trabajando porque el ingreso familiar no alcanza y ahora le toca a toda la familia salir al rebusque para poder comer, en este país hasta el perro debe ganarse la comida.

 

Esta forma de ver las cosas por parte de mi Presidente no es su culpa, él no pidió nacer en cuna de oro ni pidió vivir en la opulencia, y no es su culpa que le guste comprar sus zapatos en París y sus camisas en Londres, o que sus chequeos médicos los haga en Suiza, porque ese es un problema de gustos, y entre gustos no hay disgustos.  Además, si él no saliera de vez en cuando del país, bueno, la verdad, sale muy a menudo, pero si no lo hiciera no nos podría contar que existen otros países ni nos podría contar que la comida de allá es exótica y sabrosa y  no nos podría describir con mil detalles los bellos paisajes que ha visitado, por eso, considero muy importante que mi presidente viaje mucho, para que la pase bien y nos lo cuente después, es que él es tan querido y considerado con nosotros.

 

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Nuestro Presidente tiene algunas falencias, bueno, no se puede pedir la perfección, él no sabe lo que es acostarse sin comer, no sabe lo que es levantarse  con la luz y el agua cortada por el no pago de los servicios, tampoco sabe lo que es tener que vivir en una casa de cartón, como no sabe lo que es enfermase como pobre y tener que hacer colas durante horas y horas solo para que le den un ficho para hacer otra cola para que le den una cita medica que implica hacer otra cola para que lo atienda el medico, corriendo el riesgo que ese día el médico  se enferme y por lo tanto se pierda la cita.

 

Pobrecito, tampoco sabe, no tiene porque hacerlo, que el medico te examinara en solo 5 minutos, dedicara otros 10 a llenar fichas medicas y finalmente te mandara un medicamente genérico, posiblemente diclofenaco, la droga mágica para todos los males, que con suerte no es chimbiada y en algo le puede calmar el dolor mas no curar la enfermedad, y eso solo para aquellos que tengan la suerte de tener un carnet y que exista un centro medico que lo quiera atender.

 

Mi presidente tampoco sabe, y lo exculpo,  lo que es vivir en una casa donde el agua llega solo una vez a la semana, si es que llega,  ni vivir en una casa donde duermen de a 5 por cuarto, no saben lo flexibles que somos para dormir en este país, ni que la casa esta ubicada en una calle destapada que se inunda cada vez que llueve y a donde no llega el transporte público ni sabe lo que es tener que caminar varias horas para poder conseguir agua o leña para poder cocinar.

 

Tampoco sabe lo que es mandar a sus hijos a escuelas a medio caer,  con paredes rajadas, techos partidos y donde algunas veces los niños deben sentarse en el suelo para que un docente sin preparación y mal pagado  les eche una carreta de memoria con el único libro disponible, y que les cuente de las maravillas de la internet y del mundo que nunca llegaran a conocer.

 

Como nuestro presidente no sabe lo que es el hambre tampoco sabe lo que es la desnutrición y por lo tanto nunca ha tenido que ver morir un niño de física hambre, alabado sea el Señor, no le puedo desear eso a mi presidente, sufriría mucho.

 

Como mi presidente  nunca camina a pie por la calle, para que hacerlo, seria una injusticia no usar el Rolls-Royce que le regalaron unos amigos, no sabe lo que es un raponazo y ni que te atraquen y roben, no sabe lo que es subirse un bus donde tienen la oportunidad de tener mas sexo en una hora que en toda tu vida, de la cantidad de manoseadas que te dan, aunque la verdad, no se, de pronto le gustaría, pero no, él es de cache y eso seria rebajarse mucho.

 

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Mi presidente no sabe lo que es el miedo, el miedo de salir y no conseguir trabajo, el miedo de salir y que te maten, el miedo de salir y no volver a casa, o peor, el miedo de salir y al volver  no encontrar a los tuyos en la casa por la alta inseguridad del país, no él no sabe que es el miedo,  afortunadamente sus ancestros ahorraron lo suficiente para garantizarle un pequeña fortuna para vivir bien sin tener que trabajar y con ella puede pagarnos a algunos para que exponiendo nuestro pellejo cuidemos el suyo.  Si ven, hasta en eso es magnánimo y de paso genera empleo.

 

Mi presidente vive bien, es que así debe ser, la majestad de su dignidad no puede pedir menos, no podríamos vivir tranquilos pensando en que mi presidente la pase mal o que pueda dormir incomodo, y peor, que su fino estomago no pueda probar faisán  de vez en cuando, se puede enfermar y quedaríamos huérfanos.

 

Como en todo cuentos de hadas, también hay ogros, y este es bien malo, le quiere hacer daño todo el tiempo a mi presidente, es un ogro un poco anormal pues tiene tres huevitos y el extraño poder de quitárselos y dárselos a cuidar a otros, era un secreto, pero el Presidente de un país amigo que también es una maravilla se dio cuenta y echo el chisme.

 

Mi país tiene muchos problemas, en el muere cada día mucha gente por pobreza y por la inseguridad, pero eso al final no es importante, en toda sociedad  se debe aplicar control de natalidad y aquí se hace control de población que al final da el mismo resultado, pero por suerte no nos damos cuenta de eso, mi presidente es experto en tapar todas esas cosas para que no se vea, y así todos podamos vivir felices.

 

Por eso les digo, en este país especial, en este país de las maravillas, tenemos al mejor presidente que se pueda querer, ojala lo podamos relegir.