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Cronista extremo

Con su estilo fresco e irreverente las crónicas de Pirry conquistan a los televidentes colombianos.

16 de septiembre de 2002

Se inspira en personajes del común o en aventuras que él mismo emprende dentro y fuera del país. Con esos ingredientes Guillermo Prieto Larrota desde hace algunos meses viene robándose las noches de los sábados. En su espacio El mundo según Pirry, una visión distinta de la realidad cotidiana, narra historias divertidas, conmovedoras, y en algunos casos polémicas, con una sutil pero efectiva dosis crítica y un lenguaje desenfadado. Esos ingredientes se han convertido en la clave de su éxito. Juliana Gutiérrez, su productora, afirma: "Pirry tiene un sexto sentido para identificar qué personaje o circunstancia puede convertirse en un buen reportaje".

Zootecnista de 32 años, el mayor de tres hermanos y quien siente a su madre como su mayor respaldo y apoyo, Pirry afirma que terminó su carrera universitaria por complacer a su padre y recibir un cartón, pues en séptimo semestre descubrió que eso no era lo suyo. Nunca ejerció. Por el contrario, decidió trabajar como barman durante algún tiempo, experiencia que, según dice, le permitió conocer la vida nocturna y las historias de la gente. Justamente fue durante esta etapa cuando se dio cuenta de que lo que quería hacer era contar historias, sueño que comenzó a cumplir con la fotografía y finalmente ha realizado desde hace unos años en la televisión.

Su primera experiencia en este medio fue en Francotiradores, en el que se dio a conocer como un tipo capaz de medírsele a todo. Para ello presentó una sección sobre deportes extremos y actividades de alto riesgo, pasatiempos que desde hacía mucho tiempo practicaba y que se habían convertido en una de sus más grandes pasiones. Luego presentó, junto a Catalina Aristizábal, Nuestra Tele y hace unos meses trabajó en Noticias RCN, cuando Alvaro García, director de noticias del canal, le propuso que hiciera para el noticiero crónicas urbanas con el estilo atrevido que utilizaba en Francotiradores.

"El logra mejor que nadie articular un gran poder en el lenguaje coloquial, cuando cuenta sus historias logra dar en el blanco", dice García. Fue Claudia Gurisatti, al ver una de sus notas inéditas, quien recomendó ante las directivas del canal que las crónicas de Pirry se convirtieran en un programa de televisión. Ya al aire, él mismo se ha asombrado del éxito que ha logrado, pues ha producido muchas reacciones. Lo que le satisface pues indica que la gente lo está viendo.

Y no es para menos, pues las historias son impactantes. Como cuando se adentró en un socavón para documentar las vida de los mineros de carbón y proyectó la angustia que sentía, pues Pirry es claustrofóbico. O cuando presentó el trabajo de un desplazado que con grandes sacrificios tiene una escuela muy especial en Cazucá.

Prieto Larrota hoy se siente feliz por el éxito y la fama y afirma que "el que dice que no le gusta es un mentiroso". Sin embargo acepta que en ocasiones extraña el anonimato. Su vida en la actualidad es solitaria, pues los amigos con los que compartía la rumba y el tiempo libre no están cerca. Por eso prefiere en sus ratos libres consentir a sus mascotas, un gato y una tarántula, visitar con regularidad In Vitro, su bar preferido, o caminar por la ciudad, cargar su minidisc y escuchar canciones de New Order mientras se imagina cuál puede ser la próxima historia que quiere contar.