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HASTA EL ULTIMO MINUTO

Los esfuerzos de su presidente, Rafael Santos, no bastaron para evitar el cierre del Hospital <BR>Lorencita Villegas de Santos.

5 de abril de 1999

La lucha había comenzado hace cerca de 60 años cuando el deseo de su principal
benefactora, Lorencita Villegas de Santos, esposa del presidente y director del diario El Tiempo Eduardo
Santos, se hizo realidad con la fundación de un hospital materno infantil de caridad dedicado a atender las
necesidades de los pacientes de escasos recursos. Pero incluso desde entonces su subsistencia siempre
estuvo basada en las donaciones desprendidas de sus creadores, bien las del propio Eduardo Santos,
bien las recolectadas por la Fundación de Amigos del Hospital, y en los recursos derivados de los auxilios
estatales.
La situación, sin embargo, fue agravándose con el paso del tiempo. La eliminación de los auxilios, las
implicaciones de la Ley 100, la desastrosa relación contractual con el Instituto de Seguros Sociales y la
alta carga prestacional generada por las convenciones laborales de sus cinco sindicatos llevaron al
hospital a una situación sin salida que motivó su cierre definitivo la semana pasada.
Durante todo este lapso el legado de Lorencita se sostuvo en buena parte por la decidida acción de su
familia. En el transcurso de los últimos años, y como presidente de la junta directiva, esa misión le
correspondió a Rafael Santos. No obstante el esfuerzo no le alcanzó. Aunque era consciente desde
septiembre de 1997 de que la situación del hospital no tenía reversa, trabajó en la prolongación de la
agonía por más de un año en un intento desesperado por salvarlo, pero ya el coma era demasiado
profundo para evitar la catástrofe.