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Historiador mayor

En homenaje a su vida, la Universidad de los Andes reedita las obras de Jaime Jaramillo Uribe.

23 de septiembre de 2002

Mientras prepara su pipa con picadura rubia Captain Black, la misma que usa desde los 20 años, este hombre de mediana estatura, gafas grandes, pelo canoso y patillas amplias es la imagen de un pasado que cobra vida. Es Jaime Jaramillo Uribe, el historiador más importante del país y padre de una nueva forma de hacer este oficio, que le dio vida a millones de personas y de hechos que estaban ocultos tras los pesados bronces de próceres y padres de la patria.

Por su importante papel en la historia, en la academia y en el conocimiento de un pasado de Colombia que permita saber de dónde viene, qué es y qué puede hacer el país, la Universidad de los Andes le rindió un homenaje la semana pasada y lanzó la publicación de la obra completa de un hombre que marcó las claves para entender el presente desde el pasado.

Su vida es toda una historia personal. Nacido en Abejorral (Antioquia) en 1917 pero criado en Pereira, tras una dura juventud marcada por la muerte de su madre y la desintegración de su familia, viajó a Bogotá para terminar el bachillerato. Estudiaba de día, y de noche trabajaba como cajero del Café Colombia. Después estudió becado y en 1941 se graduó como licenciado en ciencias sociales y económicas en la Escuela Normal Superior.

En 1946 viajó becado a la Sorbona y a la Escuela de Ciencias Políticas, donde el contacto con la historia francesa y europea lo inclinaron definitivamente por la ciencia de Clío. A su regreso fue redactor de El Liberal entre 1950 y 1951, año en el que se graduó como abogado de la Universidad Libre.

Para esa época, Jaime Jaramillo se casó con la antropóloga Yolanda Mora, con quien vive y con la que tuvo dos hijos, el pintor Lorenzo Jaramillo, quien murió tempranamente, y Rosario, reconocida actriz de teatro y televisión. Lector incansable desde niño, es amante de todo tipo de música.

Tras varios años de cátedra y de estar como profesor invitado en la Universidad de Hamburgo creó el departamento de historia de la Universidad Nacional, en 1962, y al año siguiente su órgano de difusión: el Anuario colombiano de historia social y de la cultura, con lo que institucionalizó la enseñanza, aprendizaje e investigación de esta disciplina.

En 1964 publicó su libros, más importante, El pensamiento colombiano en el siglo XIX. Después profundizó en otros temas y épocas, como la colonial, trabajos que quedaron condensados en Ensayos de historia social.

Bajo la influencia de sus libros y sus investigaciones se dio vida a lo que más tarde se conocería como la Nueva Historia, tendencia a la que se unirían profesionales de otras universidades. Esta escuela, dice el historiador Fabio Zambrano, "dejó de narrar un pasado lleno de héroes, batallas e instituciones para estudiar procesos históricos. Unida a la historia económica y a otras disciplinas, se dio a la tarea de incluir a la gente sin pasado, como mujeres, esclavos o herejes. Aparecieron el análisis de los conflictos agrarios, las protestas urbanas y los movimientos sociales".

Después de jubilarse en 1970 de la Nacional, se vinculó a la Universidad de los Andes, donde fue decano de filosofía (1970-74) y director de la revista Razón y Fábula y donde sigue dando clase. Entre otros libros publicó La personalidad histórica de Colombia y dirigió el Manual de Historia de Colombia.