Home

Perfil

Artículo

La educadora

Destacada como una de las 20 empren dedoras sociales del mundo, Vicky Colbert le mete nuevos bríos a su modelo de Escuela Nueva, un éxito colombiano imitado en todo el mundo.

12 de mayo de 2003

Vicky Colbert no alcanzó a conocer a su papá, un estadounidense de origen francés, porque murió cuando ella tenía 12 días. Se crió con su mamá, Paulina Reyes, la primera colombiana que estudió en la Universidad de Columbia y gran educadora. Y Vicky, acelerada, extrovertida, optimista, siguió sus pasos. Es hoy destacada internacionalmente por sus innovaciones en la educación. Sólo para nombrar la más reciente de una larga lista de distinciones, este año fue escogida entre los 20 'Emprendedores sociales excepcionales' del mundo por la Fundación Schwab de Suiza, liderada por Klaus Schwab, creador del Foro Económico Mundial. A mediados de los 70 había llegado con sus teorías frescas a Colombia, luego de dos posgrados en la Universidad de Stanford. Se puso a trabajar con maestros rurales en el desarrollo de las escuelas primarias unitarias, que tenían un solo profesor para todos los grados y materias. Con Oscar Mogollón, brillante maestro de Santander del Norte, entre otros, Vicky comenzó a construir un modelo en el que los niños dejaban de ser sujetos pasivos y se convertían en actores participativos, con la guía y los materiales preparados por el maestro. Por fin llevaba a la práctica una filosofía de fines del siglo XIX. Colbert y los maestros lo llamaron Escuela Nueva. Resultó un éxito. Se extendió a 10.000 escuelas y cuando Rodrigo Escobar, ministro de Educación en 1983, nombró a Colbert su viceministra, la volvieron una política de Estado para las 34.000 escuelas rurales. El modelo ha sido evaluado en el mundo con resultados estupendos: 34 países vinieron a investigarlo y varios lo adoptaron; el Banco Mundial dijo que era una de las tres innovaciones educativas de mayor impacto y en la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard enseñan el modelo como una de las reformas públicas en la que los reformadores son los mismos actores: niños, maestros y padres. Desde el Ministerio, y luego como consejera en educación para América Latina de Unicef, Colbert impulsó otra novedad: educar a las familias de niños de 0 a 6 años para que sus hijos tuvieran buena salud y aprendieran mejor. Para llegarles puso a los obispos a hablar de prácticas de crianza y, en 1995, el Papa la nombró asesora de la Iglesia Católica sobre las políticas de infancia para América Latina. Entre tanto Vicky se había casado con Jairo Arboleda, experto en participación social y su gran cómplice intelectual, y tuvieron una hija, Clarita. Escuela Nueva tuvo su bajón en los 90. En manos de la burocracia se desdibujó. Colbert sintió que tenía que revivirla. Se dedicó a su Fundación Volvamos a la Gente para divulgar la importancia de Escuela Nueva y adaptar el modelo para atender niños desplazados. Empezó con pie derecho: su premio Schwab le permitirá abrir puertas de empresas internacionales para que apoyen Escuela Nueva y en el congreso internacional -que realizó junto con el Ministerio de Educación en Armenia-, 12 países y 1.150 personas recordaron porqué este modelo, creado hace casi 30 años, es válido hoy más que nunca pues mejora la calidad de la educación, promueve valores democráticos, es sostenible e incentiva la creatividad de niños y maestros.