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| Foto: Archivo SEMANA

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Así fueron derrotadas las tesis de Álvaro Uribe

El expresidente, a través de Miguel Gómez, intentó ponerle una cláusula al marco para la paz para evitar la suspensión de la acción penal a los guerrilleros que acuerden la paz. A pesar de la derrota, el expresidente reaparecerá en la recta final del proyecto.

16 de mayo de 2012

Fue una aplastante derrota. Las tesis del expresidente Álvaro Uribe sobre el marco para la paz fueron rechazadas por 127 representantes a la Cámara, de los 165 que integran la corporación.

Los que votaron a favor del proyecto decidieron rodear al presidente Juan Manuel Santos en un día en el que el terrorismo se asomó por la capital del país y tuvo como blanco uno de los principales alfiles de Uribe: Fernando Londoño, quien fuera el superministro del primer gabinete del gobierno del expresidente.

En cambio, sólo cuatro congresistas se opusieron al proyecto, y con los argumentos que ha defendido Uribe.

Pero la votación tiene sus matices. Porque más allá del objetivo general del proyecto de entregar un instrumento que permita, cuando haya las condiciones propicias, que cualquier presidente pueda hacer la paz con los grupos que aún siguen alzados en armas (FARC y ELN), hubo la intención de que el marco para la paz acogiera los temores de Uribe.

El expresidente se opone al marco para la paz, entre otras, porque considera que el proyecto puede abrir las puertas a que a guerrilleros, autores de graves violaciones a los derechos humanos, se les pueda suspender la acción penal y hasta puedan estar libres en la calle y con vocería política al final de un eventual proceso de paz.

En palabras más gráficas, Uribe dijo que hasta los autores del ‘bombazo’ del martes en Bogotá podrían ser candidatos a cargos de elección popular, y hasta acceder a una curul en el Congreso.

La estrategia de Uribe

En el debate de la Cámara de Representantes, el expresidente Álvaro Uribe intentó modificar el proyecto. Redactó una proposición que le remitió al representante Miguel Gómez (La U) para evitar que el marco para la paz admitiera escenarios de amnistía o indulto para los que hoy están alzados en armas.

La redacción que Uribe le envió a Gómez decía lo siguiente: "Quienes habiendo cometido delitos de lesa humanidad o infracciones graves al Derecho Internacional Humanitario cumplan con las condiciones fijadas por la ley en el marco de procesos de paz, podrán ser beneficiados de rebaja de pena y de subrogados penales, pero sin que implique amnistía o indulto. En ninguna circunstancia podrán ser elegidos ni nombrados a cargos que conlleven funciones públicas quienes hayan cometido delitos diferentes al delito político o al homicidio culposo".

¿Qué pretendía Uribe al meterle esa redacción al proyecto? Sencillamente que a los miembros de las guerrillas, autores de los delitos más atroces, no se les pudiera suspender una condena judicial y que nunca pudieran hacer política así firmaran un acuerdo de paz con el Estado.

El Gobierno se impone

El Gobierno se opuso a que el marco para la paz incluyera esa redacción. Lo hizo con el argumento de que, actualmente, la Constitución, en su artículo 122, establece inhabilidades de acceder a cargos públicos, entre ellos a quienes "hayan sido condenados por delitos relacionados con pertenencia, promoción o financiación de grupos armados, delitos de lesa humanidad o por narcotráfico en Colombia o el exterior".

El ministro Juan Carlos Esguerra dijo que si la Constitución ya contenía esa inhabilidad, no había razón para que otro artículo de la carta política incluyera esa misma inhabilidad.

Pero lo que pretendía la proposición de Uribe también era impedir que las futuras leyes que reglamenten el marco para la paz pudieran incluir la posibilidad de otorgar derechos políticos a los desmovilizados.

La plenaria de la Cámara acogió la tesis del Gobierno y rechazó la del expresidente Uribe. Y aunque la votación también fue mayoritaria, no fue tan aplastante: 34 representantes acogieron la tesis de Uribe y 98 la rechazaron.

Uribe "no se quedará quieto"

Pero la derrota política de Uribe es parcial y no definitiva. Y en el Congreso todos saben que Uribe no se quedará quieto.

El marco para la paz pasa a la competencia del Senado. Allí, el senador Juan Carlos Vélez Uribe dice que liderará una proposición para que el marco para la paz acoja también los temores del expresidente hacia el proyecto.

El senador Juan Fernando Cristo, del Partido Liberal (que lideró la oposición al gobierno Uribe), dice que "no tengo la menor duda" de que el expresidente reaparecerá en la recta final del proyecto.

Cristo cuestiona la postura que tuvo Uribe de oponerse al marco para la paz, sobre todo en un día en que un acto terrorista en Bogotá estuvo a punto de alterar la agenda del Gobierno.

"La posición de Uribe es mezquina con el país. Se requiere unidad contra el terrorismo. Durante el gobierno Uribe hubo también bastantes actos de terrorismo y los lamentamos, y quienes estábamos en la oposición rodeamos al Gobierno. Ahora cuando Uribe está en la oposición debería hacer lo mismo. Parece que el amor a la patria que profesa Uribe es entendido sólo alrededor de él", sostiene Cristo.

No es la primera vez que Uribe sufre derrotas en el Congreso. Fue derrotado en la ley de víctimas cuando se reconoció el conflicto armado y cuando se estableció la reparación para agentes del Estado; perdió el pulso por el fuero militar, y ahora con la estrategia jurídica del Gobierno para alcanzar la paz.

Dicen los parlamentarios que Uribe está recibiendo una goleada porque los parlamentarios están rodeando a quien hoy ostenta el poder. Pero dicen que Uribe no se quedará quieto y su revancha podría ser por fuera del capitolio. En el 2014, cuando haya un nuevo debate electoral.