ELECCIONES 2010
Coalición: ¿Todos contra Mockus?
Si bien el Partido Conservador decidió ir solo a la primera vuelta, la suma de fuerzas uribistas y sectores del liberalismo será un hecho, dicen analistas. El propósito: frenar la ola verde.
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El ascenso de la intención de voto por Antanas Mockus en las encuestas comienza a preocupar al uribismo en su carrera por la Presidencia. Como era de esperarse, esta semana arreciaron los ataques a la campaña del candidato del Partido Verde desde varios flancos, a la vez que el Gobierno allana el camino para una alianza multipartidista.
“A mí me parece grave que cuando algunos en el país dejaron crecer la guerrilla y el paramilitarismo, y otros combatieron, hoy se presenten como los honestos y los enemigos de la politiquería para aspirar a la Presidencia de la República”, dijo el presidente Álvaro Uribe en la Radio La Cariñosa de Pereira, este jueves.
“Ese día la guerrilla bombardeó la Casa de Nariño y el Capitolio. Murieron muchas personas en los alrededores. Eso parecía crónica de una muerte anunciada”, agregó el mandatario.
Uribe se refirió indirectamente a la gestión del alcalde Antanas Mockus, quien era el gobernante de la ciudad el día de su posesión. En esa fecha, la guerrilla hizo explotar un cilindro bomba y cuatro morteros, uno de los cuales impactó el Palacio Presidencial. Murieron 17 personas, algunos habitantes de la calle del sector conocido como el 'Cartucho’.
Además, el mandatario, en una reunión el pasado miércoles con congresistas afines, dejó en libertad a la bancada oficialista para que busque las alianzas necesarias para llegar a la casa de Nariño.
Tras la reunión, el congresista conservador Óscar Fernando Bravo pronunció una frase que define mejor esa preocupación: "Nada sacamos con que cada partido esté fortalecido internamente si no logramos la Presidencia", dijo. Se refería a los partidos de la coalición uribista, que por ocho años seguidos detentaron el poder.
La escalada de la intención de voto por Mockus en las encuestas (Lea el artículo Mockus se acerca a Santos y se aleja de Noemi ) y el descenso de Noemí Sanín dan cuenta de que el uribismo no tiene asegurada su llegada a la Casa de Nariño para los próximos cuatro años.
En ese escenario, los candidatos de los partidos tradicionales comienzan a replantear sus estrategias de campaña. El puntero de las encuestas, Juan Manuel Santos, de La U, candidato del Presidente, se ha concentrado en adherir líderes políticos tradicionales de otros partidos.
En el mismo sentido, partidos como Cambio Radical, el Partido Conservador e incluso el Partido Liberal (que desde hace 12 años no está en el poder) no descartan las alianzas de cara a una muy probable segunda vuelta. La probabilidad de una gran alianza y de que el próximo gobierno sea de coalición es cada vez más latente.
“Estamos retornando a la tradición política de Colombia”, sentenció Carlos Guzmán, politólogo de la Universidad del Norte. “Los partidos siempre han tenido distintas divisiones internas: galanistas, lopistas, lleristas, laurenistas… pero en tiempos de crisis son cooptados por el oficialismo”, explicó.
¿Están todos con Santos?
En los últimos días, ante la posibilidad de que en una segunda vuelta entren Santos y Mockus, los partidos tradicionales han mencionado veladamente en varios medios de comunicación la posibilidad de una alianza alrededor de la figura del primero. Veamos:
El ex ministro Andrés Felipe Arias envió una carta al Partido Conservador durante la convención celebrada este miércoles, en la que pide a la dirección de esa organización que se acerque a la campaña de Juan Manuel Santos.
“Las Farc están esperando el 7 de agosto para hacer fiesta en el país, y por eso estoy pidiendo una línea de coalición porque el desafío de la guerrilla no se enfrenta con mimos o girasoles”, dijo Arias horas antes, en una entrevista en Caracol Radio.
Claramente, el precandidato que fue derrotado en la consulta de los azules se refirió a Mockus, quien durante su período de gobierno en la alcaldía de Bogotá hizo campañas lúdicas y pedagógicas que apelaron a los actos simbólicos.
Su mensaje estuvo lleno de alusiones a la “amenaza” que representa el presidente Hugo Chávez y a la posibilidad de que un nuevo gobierno no sea lo suficientemente duro con la guerrilla.
El presidente del Partido Conservador, Fernando Araújo, aunque insistió en que todo el partido apoyará a Noemí Sanín en la primera vuelta, no descartó que en una segunda, sin la candidata, el partido se incline a apoyar a Santos.
“Nosotros, por supuesto que nos sentimos muy cerca del Partido de La U, con quien hemos trabajado estos ocho años. Hemos sido pilares fundamentales del gobierno de Uribe y eso lo vemos con simpatía”, dijo Araújo.
Pero la posibilidad de una alianza no sólo está abierta con el Partido de La U. La semana pasada, en un programa radial, el candidato de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, dijo que “votaría por Juan Manuel Santos si yo no pasara a la segunda vuelta”.
La expresión reveló que Vargas Lleras y Santos, ambos de origen liberal, han hablado de la posibilidad de una alianza de cara a una segunda vuelta.
Pero, quizá la alianza más sorprendente que se podría dar en segunda vuelta es la de algunos sectores del Partido Liberal con La U. Congresistas y líderes de la organización no han descartado esa posibilidad. De hecho, en algunas regiones, líderes de la base liberal ya han expresado su adhesión a Santos. Por ejemplo, esta semana, Jorge Ariel Infante Leal, ex gobernador del departamento de Meta, adhirió al candidato de La U.
El ex presidente César Gaviria ha insistido en que el candidato, en caso de una posible alianza, debe compartir el ideario liberal como premisa fundamental para poder llegar a un acuerdo.
Y en una reciente entrevista con El Tiempo, Gaviria dijo que no descalificaba a Santos "por haber sido uribista. Estamos obligados a mirar hacia adelante”.
¿Sólo seguridad democrática?
El argumento principal de la campaña de Santos es que hay que darle continuidad a la seguridad democrática. En ese sentido, es probable que durante lo que resta de la campaña sigan escalando los señalamientos a Mockus por una presunta debilidad para enfrentar a las Farc.
En este escenario se fragua la posibilidad de una gran alianza. Los partidos que la integrarían, sin embargo, lo harían por diferentes razones. Es decir, no sólo es el apoyo a la seguridad democrática lo que los uniría, también están en juego puestos y contratos del Estado.
“Ya se están alineando disidentes del liberalismo y del conservatismo, porque en el caso de los primeros, cuatro años más por fuera del poder serían contraproducentes”, explicó el politólogo Guzmán.
Para el analista Rafael Nieto, “la aterrizada del Partido Liberal en el uribismo es previsible, sea Mockus o Noemí Sanín los que pasen a la segunda vuelta con Santos”. Nieto aseguró que ese partido no aguanta más “el desierto burocrático al que ha estado sometido durante 12 años”.
En el caso de Cambio Radical, además del apetito burocrático, existen razones ideológicas para que vuelva a integrar la coalición oficialista. Ese partido integró la coalición, y su candidato, Germán Vargas Lleras, se identifica plenamente con la política de seguridad democrática.
Estas son las mismas razones que empujarían al Partido Conservador a una alianza con Santos, en caso de que su candidata no pase a la segunda vuelta (aunque varios de sus miembros ya lo comenzaron a hacer).
Sin embargo, un inesperado cambio en las encuestas puso en duda que la marca de la seguridad democrática sea efectiva para lograr la Presidencia. El hecho de que sea Mockus quien recorte ventaja frente a Santos en los estudios de opinión cambió los términos del debate electoral.
“La continuidad o discontinuidad de la seguridad democrática seguirá siendo importante, pero Mockus introdujo nuevos elementos en la campaña, que son la renovación política y la transparencia”, explicó Nieto.
Además, el candidato de los verdes tiene a su favor que no es percibido entre la opinión como un adversario del uribismo debido a que no ha hecho críticas verticales al Gobierno.
En sus declaraciones, Mockus ha reiterado la necesidad de continuar con la presión militar a las Farc y ha descartado la posibilidad de un acuerdo humanitario per se. En materia económica ha dejado claro que no reversará las reformas laborales que hizo Uribe, sino que buscará la forma de generar empleo.
Por esta razón, a medida que se acerca la hora cero de la elección, el uribismo busca desmarcarse de alguna semejanza con los verdes. Y con el paso del tiempo se confirma más que habrá una propuesta de gobierno de coalición. Y también un voto de opinión que será decisivo tanto en la primera como en la segunda vuelta, voto de opinión que no necesariamente está colonizado aún por alguno de los aspirantes.