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El presidente electo Juan Manuel Santos tendrá que armonizar las fuerzas internas de su coalición | Foto: SEMANA

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¿Cómo se moverán las fuerzas de la coalición 'santista'?

Juan Manuel Santos será uno de los presidentes con mayor gobernabilidad de la historia. Los más de nueve millones de votos y el 87 por ciento de respaldo en el Congreso le dan una especie de "cheque en blanco" para los próximos cuatro años. Sin embargo, ¿será sólido el respaldo político en el Legislativo?

22 de junio de 2010

La invitación a la unidad nacional formulada por Juan Manuel Santos, candidato y jefe del partido de la U, fue acogida por la mayoría de la clase política: el Partido Conservador, Cambio Radical y el 90 por ciento de la bancada parlamentaria del Partido Liberal, apoyo aceptado públicamente por el Presidente electo.

Ese respaldo constituye el control de aproximadamente el 87 por ciento del Congreso de la República, una maquinaria muy superior a la que respaldó, hace cuatro años, al presidente Álvaro Uribe Vélez.

Según el politólogo de la Universidad Nacional Alejo Vargas, la votación de Santos, que superó los nueve millones de votos, "le da un mayor margen de gobernabilidad y una mayor libertad de acción" no sólo en el desarrollo de sus políticas, sino en su relación con el Legislativo.

Pero en el Congreso, donde las relaciones son distintas a las electorales, los partidos políticos que han respaldado el proyecto de unidad nacional tendrán diferentes conductas y, probablemente, además de ser piedra angular en el desarrollo de las nuevas políticas, reclamarán derechos y, por qué no, algunos reconocimientos que se puedan traducir en cuotas burocráticas.

Por ejemplo, una será la actitud del Partido de la U, el de mayor número de curules y la plataforma organizada por Juan Manuel Santos y con la que llegó al poder. El Partido Conservador tendrá aspiraciones de cogobernar, como lo hizo al lado del presidente saliente, Álvaro Uribe. Otra será la posición de los liberales, que vuelven a hacer parte de un gobierno o, por lo menos, de respaldarlo, y que no descartan cualquier participación en el gabinete. Y la de Cambio Radical, que se apartó de la coalición uribista, pero cuyo jefe máximo, Germán Vargas Lleras, fue quien más acompañó a Santos en la recta final de su campaña.

La U y su liderazgo


 
 
El Partido de la U fue organizado hace cuatro años por Juan Manuel Santos, con el mensaje de ser el “partido de Uribe”. Recibió en sus filas a una mayoría de disidentes liberales y se convirtió en el primer partido político en el Congreso. Aunque fue uno de los más salpicados por el escándalo de la ‘parapolítica’, en el 2010 elevaron su representación, con 27 curules en el Senado y 49 en la Cámara de Representantes. Por eso, tienen el derecho de asumir el liderazgo de la coalición de ‘unidad nacional’.

Así lo sostiene el senador Carlos Ferro al señalar que la responsabilidad "del partido de Gobierno" será "fortalecer" el proyecto de unidad nacional y liderarlo en el Congreso. "El liderazgo no puede ser burocrático, sino de impulsar y ser la primera voz en el Congreso de las propuestas del presidente Santos", dijo a Semana.com.

Sin embargo, el Partido de la U también tendrá, en estos cuatro años, el referente de Álvaro Uribe, ahora como ex presidente. Muchos analistas han advertido que el presidente de mayor popularidad podría ser investido como el jefe de este partido. Ferro dice que la U "será un soporte a la continuidad de sus políticas (las de Uribe), la U también es su partido".

Conservadores reclaman "antigüedad"


 
Durante ocho años, Álvaro Uribe le otorgó poder y una representativa participación en el gobierno al Partido Conservador. Algunos de sus dirigentes, antes y después de la primera vuelta, insistieron en que el camino más conveniente sería el de permanecer en la coalición.

En esos ocho años, fueron los conservadores los que tuvieron más cuotas políticas, y quizás, el Ministerio de Interior, fue su máxima cuota. En esa cartera se alternaron Fernando Londoño, Sabas Pretelt de la Vega, Carlos Holguín Sardi y Fabio Valencia Cossio.

Pero ahora, los conservadores compartirán presencia con otros partidos, como su tradicional contradictor, el Partido Liberal, y quizá por eso le reclamen a Juan Manuel Santos la antigüedad en la coalición que acompañó a Uribe.

De momento, la primera señal favorable fue el primer nombramiento del nuevo gabinete ministerial. Santos anunció a Juan Carlos Echeverry como su Ministro de Hacienda. Echeverry agradeció el nombramiento y lo reivindicó a favor del conservatismo.

Pero esa primera designación no significa que los conservadores queden satisfechos.

La semana pasada, el ex precandidato Andrés Felipe Arias no ocultó su malestar por la presencia del liberalismo en la coalición, especialmente cuando se habla de que el representante liberal Simón Gaviria sería el presidente de la Cámara de Representantes.

Y este martes, cuando se llevó a cabo la primera junta de parlamentarios tras las elecciones, las intenciones de arrebatarle la Cámara al hijo del ex presidente César Gaviria creció entre los congresistas azules.

El presidente del Partido Conservador, Fernando Araújo, en diálogo con Semana.com, recordó que el conservatismo “ha sido piedra angular en el desarrollo de las políticas de Álvaro Uribe Vélez”, y dijo esperar que el tratamiento dentro de la nueva coalición "sea acorde con esa trayectoria y con la representación que tiene el partido en el Congreso", donde tendrá 23 senadores y 37 representantes. "La base de la coalición fue el Partido de la U y el Partido Conservador, esperamos que esa base continúe".

Araújo recordó que en el apoyo a Santos no hubo "acuerdos burocráticos" y que los conservadores tampoco reclaman que en las relaciones con el nuevo Gobierno "haya milimetría", sobre todo a la hora de la distribución del poder.

Sin embargo, es evidente, dicen analistas políticos, que los conservadores están preocupados porque con Santos puede mermar el poder que ostentaron en ocho años.

El presidente del Partido Conservador también aclaró que el primer punto de acuerdo para hacer parte del proyecto de unidad nacional es que la relación de Santos con el partido "sea institucional" y al nivel de las "jerarquías del Directorio Nacional Conservador". Fernando Araújo explica que, en ese sentido, y sin mencionar nombres propios, "no va a existir ningún tipo de acuerdos individuales de dirigentes conservadores con el nuevo jefe del Gobierno".

La aclaración de Araújo se produjo luego que Andrés Felipe Arias afirmará en medios de comunicación que el Partido Conservador reclamaría una de las mesas directivas del Congreso.

Santos y su comodidad con los liberales


 
Aunque el analista Alejo Vargas dice que habrá que esperar una decisión final e institucional del Partido Liberal, y que esa definición será "la clave" para definir las fuerzas internas de esta nueva coalición de gobierno, lo cierto es que Juan Manuel Santos se siente muy cómodo con el respaldo liberal.

Sin embargo, las relaciones de Santos con el Partido Liberal también están a la espera de lo que pueda pasar con la jefatura de la colectividad, pues un alto porcentaje de parlamentarios no ven en Rafael Pardo a la persona que los represente.

Pardo, en la noche del 20 de junio, en un comunicado dijo que el Partido estará “abierto al diálogo” y con “actitud constructiva” frente al nuevo gobierno. Pero quizás eso no es lo que buscan la mayoría de liberales, pues tras doce años ajenos al poder quieren representación burocrática, y precisamente Pardo ha reiterado, en todas las formas, que su diálogo con Juan Manuel Santos no va a girar en torno a cuotas.

El Partido Liberal, según el senador Luis Fernando Velasco, uno de los que se apartaron de apoyar a Santos, "va a jugar un papel determinante" en el próximo cuatrienio, porque "evaluará las iniciativas del Gobierno, pero el apoyo se hará bajo parámetros constructivos. No se descarta que el Partido deje en libertad de voto a sus congresistas en determinados temas y que el Gobierno no cuente siempre con el favor de todos los votos de la bancada". Este partido cuenta con 18 curules en el senado y 35 en la Cámara.
 
Pero la lectura que le da Velasco a la comodidad de Santos con el Partido Liberal es otra. Según el senador, Santos lo que busca con el respaldo de los liberales es "tener un gran seguro político" que le permita "evitar las presiones de otros partidos, como el Conservador, y construir mayor equidad en la distribución del poder, que será distinta, inevitablemente".

Las relaciones de Juan Manuel Santos con el ex presidente César Gaviria también pueden determinar la acción política del Liberalismo. Santos, en la noche de su elección, llamó al ex mandatario para agradecerle su respaldo.

Ese respaldo podría verse reflejado, o en la propia presidencia de la Cámara de Representantes (si hay un acuerdo para que Simón Gaviria la asuma), o en un ministerio (muchos de los nombres que han sonado como “ministeriables” son cercanos a César Gaviria), o incluso en la Contraloría (no se descarta que alguien cercano al ex presidente liberal sea candidato). Sin embargo, dentro del Liberalismo, algunos senadores, cercanos a Pardo, podrían oponerse a estrechar relaciones con el presidente electo.

Pero más allá de cómo sea tratado el Partido Liberal, su permanencia en la coalición de la ‘unidad nacional’ podría significar el futuro inmediato de esta organización.

El senador Luis Fernando Velasco también advierte que Santos, "si se logra desmarcar de Uribe", podría jugar un papel determinante en el futuro del liberalismo. "Uribe fue importante en su elección como presidente, pero si marca independencia, los disidentes podrían volver al oficialismo liberal y desde allí podrían reconocerlo como el jefe natural".

El senador liberal no cree que Uribe, como ex presidente, asuma la jefatura del Partido de la U, porque "la dinámica de los caciques políticos es ser gobiernistas. Están con quien tenga el poder".

Cambio Radical, con miras al 2014


 
La otra fuerza política recibida públicamente por Juan Manuel Santos fue Cambio Radical. Y aunque fue la última en alinearse en la recta final de la campaña, su presencia en la plaza pública resultó muy visible con el acompañamiento de Germán Vargas Lleras en ella.

Cambio Radical hizo parte de la coalición uribista y tuvo representación burocrática. Sólo se apartó de ella en el debate de la reelección, escenario al que se opuso. Ahora bien, en la nueva coalición ‘santista’, este partido querrá alguna participación en el gobierno. Y aunque Germán Vargas Lleras ha reiterado que “no está buscando chanfa”, desde ya muchos lo han señalado como una figura ministeriable. Su perfil y sus capacidades, reconocidas en su trayectoria legislativa, lo ubican como un opcionado para asumir las carteras de Defensa, el Interior, o incluso del Ministerio de la Justicia, que se vislumbra como un hecho que se reviva en el próximo cuatrienio.

Vargas Lleras y su partido suscribieron un compromiso programático basado en seis puntos, en el que se advertía que los parlamentarios de Cambio Radical intentarán llevar al Congreso seis propuestas concretas del programa de gobierno del candidato que obtuvo el tercer lugar en la primera vuelta, y exigieron el respaldo del Gobierno a esas iniciativas.

El representante y electo senador Carlos Fernando Motoa le dijo a Semana.com que Cambio Radical, al suscribir un acuerdo programático con Juan Manuel Santos, "se convertirá en parte integral de esa alianza multipartidista", y las iniciativas que el partido lidere en el Congreso servirán para cotizar las aspiraciones de Vargas Lleras en cuatro años: "el país tendrá en cuenta que esas propuestas del programa de gobierno que diseñó Vargas Lleras lo pueden convertir en un buen heredero en el 2014". Ese sería el reto de una bancada compuesta por 8 senadores y 13 representantes.

El congresista advirtió que más allá de darle mayor libertad y margen de gobierno, los nueve millones de votos y el respaldo político obtenido por Juan Manuel Santos "lo comprometen, le suponen una gran responsabilidad y le exigen una necesaria actitud de respeto hacia las instituciones. No puede desconocer los pesos y contrapesos de la democracia, y obliga a recomponer los que en algún sentido quedaron alterados con la primera reelección".

El mensaje de Santos


 
En su primer discurso como presidente electo, Juan Manuel Santos se refirió con deferencia al apoyo de Germán Vargas Lleras y a algunas propuestas del Partido Liberal, y admitió en el Partido Conservador a uno de sus aliados naturales. También reconoció al partido que fundó hace poco más de cuatro años, la U, como la principal "fuerza política".

Cada partido puede hacer determinada lectura de ese discurso, pero Santos también envió un mensaje claro. Que su proyecto de unidad nacional pretende fortalecer los partidos políticos, pero que esa fortaleza no estará enmarcada en la burocracia. Y aclaró que sus relaciones con las distintas fuerzas políticas serán únicamente con la institucionalidad de los partidos, al señalar que "no me entenderé con el clientelismo".

Sin embargo, la forma como se muevan las fuerzas políticas al interior de esta nueva coalición se empezará a definir en los próximos días, cuando el liberalismo asuma una postura institucional; cuando los partidos, al definir las primeras mesas directivas del Congreso, diriman su primer pulso; y, por qué no, cuando el Presidente electo defina por completo su gabinete ministerial. Estos escenarios podrán determinar si esta alianza multipartidista tiene un sustento mayor al del mero carácter electoral.