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Con impulso del Gobierno, revive prisión a conductores ebrios

El proyecto que busca eliminar la casa por cárcel a quienes causen accidentes bajo los efectos del alcohol volvió a hacer trámite en el Congreso, pero ahora con el visto bueno del gobierno.

13 de abril de 2011

Tan solo pasaron ocho días desde que la plenaria del Senado hundiera el proyecto para aumentar el castigo a los conductores ebrios para que la propuesta reviviera.
 
Y lo hizo gracias a un respaldo, inesperado, pero que puede ser clave para que se convierta en ley de la República: el gobierno decidió acompañar la iniciativa que este miércoles fue radicada en la secretaría del Senado.
 
El ministro del Interior Germán Vargas Lleras acompañó la iniciativa del senador Roy Barreras. Los partidos políticos, según dijo el senador, también apostaron por el proyecto, a pesar que una semana atrás lo rechazaron.
 
Según explicó Barreras, se trata del mismo proyecto hundido en segundo debate. Pretende establecer el arresto inmediato, entre 8 y 30 días, a aquellos conductores sorprendidos bajo el efecto del alcohol, pero también el aumento de la base mínima de la pena para homicidio culposo en caso de conductores embriagados, para que no sea excarcelable. Será mínimo de cinco años.
 
La semana pasada el texto se hundió porque castigaba, de forma drástica, a aquellos funcionarios públicos que fueran sorprendidos en esta conducta. Algunos congresistas advertían que la pérdida de la investidura estaría de por medio.
 
De la misma forma, si un candidato a elección popular incurriera en esta irregularidad no podría aspirar a ninguna elección popular.
 
Esas medidas, para el autor del proyecto, el senador Roy Barreras, terminaron por llevarla a su fracaso en el Congreso. El parlamentario dijo en la plenaria del Senado que “algunos senadores penalistas decidieron que era exagerado que los funcionarios públicos perdieran sus cargos por manejar borrachos”.
 
Sólo 25 senadores aprobaron el texto, pero el voto negativo de otros 34 decidió el hundimiento del proyecto. Para muchos, el Congreso legisló en propia causa.
 
Pero más allá de ese debate, la nueva iniciativa mantiene el espíritu de castigar con prisión a quienes, por efecto del alcohol, cause muertes en accidentes de tránsito.