Consenso para la transformación de clubes deportivos en sociedades anónimas

La Comisión Séptima de la Cámara de Representantes aprobó el primer debate del proyecto que le da herramientas a los clubes deportivos para convertirse en sociedades anónimas.

El objetivo de esta iniciativa es que los equipos de fútbol puedan ser capitalizados y democráticos, y que estos se sometan a la vigilancia de la Superintendencia de Industria y Comercio.

El Ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras, autor de la iniciativa, dijo que este proyecto responde a una vieja preocupación de equipos de fútbol para que se puedan democratizar, conseguir nuevas fuentes de capitalización y que puedan cotizar en la bolsa de valores”.

La ponencia fue presentada por la representante Lina María Barrero, quien explicó que el proyecto también plantea que todas las transferencias de jugadores de fútbol profesional sean reportadas a la Unidad de Infracción y Análisis Financiero del Ministerio de Hacienda, UIAF.

Para la Dimayor, ese proyecto es vital, según lo admitió su presidente Ramón Jessurum. Advertía que el problema del fútbol colombiano era sencillamente falta de plata, a pesar de la consecución de nuevos patrocinios como el de la empresa Postobón.

Y con la conversión de los equipos, que actualmente son corporaciones o asociaciones deportivas sin ánimo de lucro, a sociedades anónimas, tendrían la oportunidad de buscar el capital que necesitan para pagar sus deudas y garantizar su funcionamiento.

Aunque la actual ley del deporte les posibilita a los equipos convertirse en sociedades anónimas, “las trabas que pone son múltiples y hace difícil ese proceso”, dice José Roberto Arango, interventor y actual presidente de Millonarios, equipo que desde el pasado mes de marzo empezó dicha transición.

Según el proyecto de ley que volvió a ser radicado en el Congreso por el Gobierno, para que los equipos puedan convertirse en sociedades anónimas sólo se necesita, como primer paso, la decisión de la asamblea general de la corporación para dar ese paso.

Actualmente, equipos como Millonarios o América, que han iniciado esa transformación, no les ha bastado con la decisión de su asamblea. Se han visto obligados a un proceso de crear una nueva asociación que asuma todas las responsabilidades de la que se pretende disolver.

Al simplificar el proceso de conversión, dice el ministro del Interior en las motivaciones del proyecto, la ley pretende la real capitalización de los equipos y establece controles a sus recursos.

Según el proyecto, toda persona natural o jurídica que adquiera acciones o haga aportes a estas sociedades deberá acreditar la procedencia del capital, si así lo solicita la Superintendencia de Sociedades.

Igualmente establece que los clubes deportivos deberán remitir a la Unidad de Información y Análisis Financiero del Ministerio de Hacienda UIAF los reportes de toda operación sospechosa; los reportes de transferencia y derechos deportivos de jugadores y los reportes de accionistas.

La iniciativa establece que la conversión no producirá la disolución ni la liquidación de los actuales clubes deportivos profesionales, como sucede hoy.

Para el presidente de la Asociación colombiana de futbolistas profesionales, Acolfutpro, Carlos González Puche, la fórmula de convertir a los equipos en sociedades anónimas puede ser la salida a la crisis, pero de nada sirve si no existen controles reales para los equipos que incumplan con sus compromisos económicos.

“Se pueden llamar sociedades anónimas o corporaciones sin ánimo de lucro, pero la situación del fútbol no se va a mejorar si no hay control y sanciones. La crisis se soluciona con ingreso de capital, democratización de los clubes, socios visibles y capitales que nutran estas instituciones para el desarrollo de sus actividades. Pónganle el rotulo que quieran”, dijo Gonzáles a Semana.com