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Conservadores hablan de "crisis ministerial"

El Partido Conservador, en boca de su presidente Efraín Cepeda, reafirma que sigue en la Unidad Nacional, pero con un extenso listado de condiciones, y en un tono de oposición, insinuó urgente relevo en dos ministerios.

20 de julio de 2012

La Junta Parlamentaria, la máxima instancia de deliberación del Partido Conservador, había sido convocada desde las 8 de la mañana de este 20 de julio para definir el enredado asunto de la secretaria del Senado.
 
Y aunque ese era el principal punto del día, el presidente de la colectividad, senador Efraín Cepeda, sorprendió a todos al dejar planteada en el ambiente las nuevas condiciones de la relación de los conservadores con el presidente Juan Manuel Santos.
 
Cepeda reconoció que hay una crisis institucional en el Estado y que no solo es culpa del Congreso. La mayor parte de responsabilidad la traslada al poder Ejecutivo. Y no por el descalabro de la reforma a la Justicia, sino porque en políticas públicas, y en materia social, el gobierno de Juan Manuel Santos está dando pasos equivocados.
 
El presidente de los conservadores se fue contra dos miembros del gabinete. Se presumía que cuando mencionó la frase “hay ministros que no servían para nada” estaría hablando de los titulares de las carteras con las que el Partido Conservador ha sido particularmente crítico: Defensa e Interior.
 
Pero no. A pesar de las múltiples observaciones que han hecho los conservadores en materia de seguridad, Cepeda respaldó a Juan Carlos Pinzón y a Federico Renjifo, con quien fue particularmente crítico en el manejo que el gobierno le dio a la crisis de la reforma judicial.
 
Cepeda pidió el relevo de las ministras de Salud, Beatriz Londoño y de Educación, María Fernanda Campo. Con esa exigencia advirtió que la nueva agenda de los conservadores en esta legislatura será de mayor carácter social.
 
Los conservadores le pondrán lupa a las decisiones del gobierno frente al actual sistema de salud que muchos han advertido que colapsó. Además, se advirtió en la junta de parlamentarios que el Partido Conservador reclamará las discusiones en materia tributaria, y otras iniciativas que busquen la llamada lucha contra la inequidad que Santos tanto ha mencionado. 
 
Con esa advertencia Cepeda reafirmó que el Partido Conservador seguirá en la Unidad Nacional, pero que ya llegó el momento que el presidente Juan Manuel Santos diga si los conservadores son útiles en la coalición.
 
Para los conservadores, Santos debe pronunciarse públicamente y de forma directa, y no en boca de los ministros, si va a apoyar o no la agenda que el Partido Conservador le ha venido proponiendo al país.
 
Cepeda insiste que la agenda azul no es la agenda goda con la que han señalado al partido. No es solo su postura frente al aborto o los derechos de parejas del mismo sexo. Los conservadores, dice Cepeda, han hecho propuestas sociales para aportarle al país en la erradicación de la pobreza y el mejoramiento de sus condiciones de vida, así como el fortalecimiento de la seguridad para resolver el conflicto, pero con respeto a los derechos humanos.
 
Los conservadores siempre han reclamado que el gobierno se eligió con una agenda, y gobernó con otra. Y que le ha dado protagonismo a las iniciativas de otros partidos, concretamente a las del Partido Liberal, su histórico contradictor.
 
Y al pedirle a Santos que diga si acompaña o no la agenda conservadora, Cepeda también puso en tela de juicio la interlocución de los ministros. Porque el senador consideró que la única voz que se debe oír en la Mesa de Unidad Nacional es la del presidente Santos, para que no se repitan los episodios de la reforma a la Justicia, “donde los ministros nos decían una cosa y después el presidente decía otra”.
 
El tono de los conservadores fue de exigencia, y hasta de oposición. Los responsables de direccionar a los parlamentarios azules serán Hernán Andrade, vocero en el Senado, y Alfredo Bocanegra, vocero en la Cámara de Representantes.
 
Así, de uñas, los conservadores recibirán a Juan Manuel Santos y le han planteado unas nuevas condiciones en la relación, que en boca del senador Andrade “ahora tienen que ser recíprocas”.