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Debaten reelección inmediata de alcaldes y gobernadores

Si un alcalde o un gobernador hace una buena gestión debería poder ser reelegido, pero el mal mandatario local también podría perpetuarse a punta de clientelismo y corrupción. El Congreso debatirá ahora la reelección de gobernantes locales.

César Paredes, periodista de Semana.com
13 de marzo de 2009

Uno de los temas prioritarios en la agenda legislativa que impulsará el gobierno es el proyecto de reforma constitucional que permita la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores. El proyecto ya está cocinado, según lo anunció el Ministro del Interior Fabio Valencia Cossio.

El propio presidente, Álvaro Uribe, fue quien pidió que se aprobara una propuesta que permita la reelección de mandatarios locales, hasta 3 períodos consecutivos. El Jefe de Estado dijo, durante una cumbre de alcaldes celebrada en Barranquilla, que "las buenas políticas y los buenos gobernantes necesitan continuidad, y si el gobernante es malo, pues el pueblo lo castigará en las urnas".

Pues manos a la obra, el Ministro del Interior se dio a la tarea de diseñar el proyecto y en los próximos días será radicado en el Congreso.

Además de la continuidad de una buena política, otro argumento que esgrimen los defensores de la iniciativa es que si el Presidente y los congresistas y concejales pueden ser reelegidos, los mandatarios locales también deberían tener ese derecho.

Sin embargo, los opositores de la iniciativa advierten que este proyecto podría generar más clientelismo en las administraciones locales, pues un gobernante podría amarrar las elecciones, con contratos y con cuotas burocráticas. Argumentan que la aprobación de un proyecto de esta naturaleza es negativa en municipios donde buena parte de la generación de empleo depende de su administración pública y el ciudadano no tiene garantías para ejercer una veeduría pública. 

A juzgar por el récord estadístico, es probable que el proyecto que permitiría a un alcalde y a un gobernador ser reelegido fracase: de 13 intentos que se han tramitado en el Legislativo, ninguno ha prosperado. Sin embargo, si el gobierno pone toda su energía en sacarlo adelante es probable que lo logre imponer.
 
Uno de los legisladores que más ha insistido en presentar esta propuesta ha sido Óscar Darío Quintero, quien está detenido por parapolítica.

Posiciones encontradas

El senador de Alas Equipo Colombia, Óscar Darío Pérez, dijo a Semana.com que: “si los integrantes de cuerpos colegiados y el Presidente puede reelegirse, esa posibilidad debería extenderse a los mandatarios locales”. El senador Pérez argumentó que de hecho hoy la reelección existe “en cuerpo ajeno. Por eso es mejor que la visibilicemos”.

Una de las objeciones de los contradictores al proyecto es que surge en un momento en que se discute la posibilidad de una segunda reelección presidencial. Lo mismo ocurrió en 2004, tras la aprobación de la primera reelección presidencial en el Congreso. “En el fondo, la aprobación de una iniciativa como lo que busca es justificar la reelección del Presidente. Eso es lo que el gobierno quiere”, dijo el senador del Polo, Parmenio Cuéllar.

El senador de la oposición argumentó que en los municipios pequeños muchos empleos dependen del mandatario de turno y eso le daría una clara ventaja frente a sus competidores en las elecciones. Además dijo que una iniciativa como esta debía ser producto “de un consenso entre todas las fuerzas políticas y no una imposición de los intereses del gobierno”.

Según explicó a Semana.com el presidente del Congreso, el senador Hernán Andrade, la razón por la que el proyecto ha fracasado en otras ocasiones es por el celo político que se produce entre parlamentarios y mandatarios en las regiones. “Para los gobernantes locales, el proyecto es bien visto. Pero los parlamentarios, quienes compiten con ellos por el poder regional, hacen cuentas y si no les parece conveniente hacen lo posible por hundirlo”, dijo Andrade.

El presidente del Congreso, quien ha apoyado la iniciativa desde que hace parte del Legislativo, refutó el argumento de que este proyecto buscaba el apoyo de una reelección presidencial. “Uribe ha preferido gobernar de manera directa con los mandatarios locales, y ha obviado la presencia de los parlamentarios en las provincias. Entonces, no creo que esta iniciativa sea una colombina para buscar su favor”, dijo Andrade.

La reelección inmediata de un alcalde o de un gobernador, cuya gestión ha sido buena, debería ser permitida. Hoy, de hecho es posible, pero no en forma consecutiva. No obstante, hay una razón de peso que impide que se mida con el mismo rasero la gestión de todos los mandatarios locales: que en los municipios más pequeños la facultad de dar empleo se concentra en los alcaldes. Son ellos los que manejan la contratación en las escuelas, hospitales, empresas de servicios públicos, entre otros contratos de infraestructura pública.

“La gente debe entender que Colombia no es sólo Bogotá, Cali o Medellín, en donde si una gestión es mala, es sancionada en las urnas en las elecciones siguientes”, dijo a Semana.com, el senador liberal Luis Fernando Velasco. “En una ciudad grande, el impacto que tiene la administración sobre el empleo es mínimo. No ocurre lo mismo con los municipios pequeños”, agregó.

El 37 por ciento de la población está concentrada en las 10 ciudades más grandes del país. En estas, es muy difícil que la contratación pública pueda amarrar unas elecciones. No sólo por la cantidad de ciudadanos, sino porque hay pocas empresas privadas o actividades independientes y esto hace a los ciudadanos excesivamente dependientes del poder público local. No obstante, el 63 por ciento de la población está repartida en los 1.092 municipios restantes del país, donde los controles ciudadanos disminuyen proporcionalmente.

¿Y los controles?

El Alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, quien obtuvo un índice de popularidad del 75 por ciento se mostró a favor de la reelección inmediata de mandatarios locales, pero adujo que también era imperativo facilitar la posibilidad de que los votantes deroguen una elección.

“Así como se está pensando en igualar las condiciones de los mandatarios, frente a las de los demás cargos de elección popular, para que la ciudadanía refrende un gobierno, se debe facilitar la posibilidad de que la ciudadanía lo revoque”, dijo Ospina. El mandatario caleño argumentó que era muy engorroso el trámite que tienen que surtir las personas que piden la anulación de una elección.

La preocupación de Ospina tiene que ver con los mecanismos que tienen los ciudadanos para controlar, castigar o premiar una buena gestión.

En ese sentido, el analista político Fernando Giraldo dijo a Semana.com que aprobar la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores era dar un paso atrás en una democracia que está aún sin consolidar. Explicó que si a la reelección de mandatarios se le suma la presión de los grupos ilegales y la falta de reglas claras en la política, la ciudadanía quedaría por fuera del ejercicio legítimo del poder. “Si no hay garantías en el ámbito nacional, en las regiones del país menos”, advirtió el analista.

En una democracia madura la reelección de un mandatario es bien vista y hasta necesaria, porque a través del voto la ciudadanía premia o castiga la una gestión. Pero una cosa es en Europa, donde hay una mayor conciencia de lo público y los mandatarios rinden cuentas y los ciudadanos los vigilan, pero otra muy distinta es Latinoamérica donde otros poderes han suplantado al ciudadano.

En Colombia el caso puede ser más problemático. La experiencia reciente de gobernantes locales impuestos a punta de fusil y amenazas en cientos de municipios y la ingerencia del narcotráfico y otros dineros ilícitos en la política local, hacen todavía más complicado permitir la reelección por tres períodos consecutivos en las localidades como lo quiere el gobierno. Esto facilitaría enormemente la captura del Estado por parte de grupos ilegales, sean de guerrilla, narcotráfico o paramilitarismo.