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El presidente Juan Manuel Santos cumple este 7 de agosto dos años de gobierno. | Foto: SEMANA

GOBIERNO

Dos años de Santos en blanco y negro

El gobierno de Juan Manuel Santos cumple dos años. La Ley de Víctimas, la política exterior, la unidad nacional figuran entre sus aciertos. La reforma a la Justicia, la falta de ejecución y contestarle a Uribe, entre sus errores. ¿Por qué?

César Paredes, periodista de SEMANA
8 de agosto de 2012

El balance de los dos años de gobierno -que se cumplen el próximo 7 de agosto- deja un sabor agridulce. El descalabro de la reforma a la Justicia, que nunca nació a la vida jurídica, continúa pasándole la cuenta de cobro al presidente Juan Manuel Santos. Así lo mostró la reciente encuesta de Ipsos Napoleón Franco que indicó un bajonazo en la favorabilidad del mandatario de más de 20 puntos porcentuales respecto a una encuesta semejante hace un año.

Sin embargo, no se puede desconocer que los dos primeros años, el Gobierno tuvo aciertos importantes como haber aprobado una ambiciosa agenda legislativa, haber recompuesto las relaciones con los mandatarios de Venezuela y Ecuador, entre otras.
 
Estos son cinco aciertos y desaciertos del gobierno, analizados por algunos expertos.

Cinco aciertos

1- Ley de Víctimas
 
Para los analistas, uno de los aciertos más importantes del Gobierno fue haber promovido la aprobación de la Ley de Víctimas en el Congreso a toda máquina. En criterio de Ricardo García Duarte, director del Instituto para la Pedagogía, la Paz y el Conflicto Urbano de la Universidad Distrital (Ipazud), haber puesto a discutir al país cómo reparar a las víctimas tiene dos efectos positivos: "De un lado, es muestra de una actitud progresista, que distensionó la política, y del otro, allana el camino para un eventual diálogo de paz con las guerrillas". No obstante, el analista reconoce que hace falta un complemento de la ley para poder resolver los problemas del acceso a la tierra. Ese podría ser el estatuto de Desarrollo Rural que el Gobierno presentará en los próximos días ante el Congreso.

2- Colombia en el escenario internacional

El presidente Santos ha jugado un papel importante en el escenario internacional. El momento cumbre fue cuando estuvo en la portada de la revista Time, días antes de la reunión de mandatarios en Cartagena. Esa publicación se preguntaba si el mandatario había llegado a cumplir un papel como líder regional. Para algunos analistas, esa valoración fue el resultado de haber recuperado las relaciones con los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Ecuador, Rafael Correa; de haber mantenido una relación amistosa y privilegiada con Estados Unidos pero acercándose a los países de la región. Un ejemplo de ello fue haber logrado que María Emma Mejía fuera secretaria de la naciente Unasur.
 
Para el politólogo Javier Duque, "el cambio en la política exterior de Santos no sólo significó la ruptura con el gobierno de Uribe, porque tomó decisiones totalmente opuestas, sino que le abrió un panorama distinto en la relación con el resto del mundo".

3- La gobernabilidad de la Unidad Nacional

La coalición de gobierno que armó el presidente Santos, con más del 90 por ciento del Congreso, le ha significado un amplio margen de maniobra a la hora de pasar proyectos de ley y reformas constitucionales.

Para García, un efecto positivo de la coalición integrada por el Partido Liberal, La U, el Partido Conservador, Cambio Radical y el Partido Verde fue que "le quitó crispación a la lucha política, propiciada por Uribe, quien al mismo tiempo de combatir a la guerrilla señalaba a sus adversarios como cómplices". El cambio se dio con la entrada de Germán Vargas Lleras (Cambio Radical) y Rafael Pardo (Partido Liberal) al gabinete.

No obstante, para Duque lo que gana el Gobierno con esa estrategia lo pierde la democracia. En su criterio, una mayoría tan aplastante "desdibuja la lógica política de la esfera parlamentaria y electoral del adversario. Termina difuminando las diferencias", dijo. Para él, una coalición debe ser ganadora, pero no una macrocoalición porque en términos de reparto es más costoso. En torno a la democracia es errada políticamente pero le ha funcionado para contrarestar al uribismo, para la democracia no ha sido buena pero para el Gobierno ha sido muy productiva.

4- La mermelada para todos

Para el Gobierno, superar la desigualdad social y la pobreza es un tema fundamental. Por esta razón creó el Departamento para la Prosperidad Social, cuya función es atender la política de víctimas y promover la inclusión social.
 
Según cifras oficiales, 1,2 millones de colombianos han salido de la pobreza y 670.000 personas de la pobreza extrema. De la misma manera, la cifra de desempleo ha bajado del 12,5 por ciento, a comienzo del año al 10,7 en mayo. La meta es que la cifra esté en un dígito. No obstante, los analistas consultados ponen en duda las cifras, pues, en su criterio, la reducción obedece a los ajustes en las mediciones, especialmente en el caso de la pobreza, pero no a una política agresiva.
 
En lo que sí hay consenso es en que la reforma a las regalías fue un paso importante para redistribuir la riqueza que genera la nación. "El nuevo esquema de regalías es fundamental para impactar pobreza, mejorar la infraestructura, avanzar en ciencia y tecnología y desarrollar pequeños proyectos. Si funciona, va a tener un impacto impresionante", dijo Duque.

5- Descabezó a las FARC

Sin duda, uno de los logros del gobierno de Juan Manuel Santos en la estrategia contra las FARC fue lograr las bajas del 'Mono Jojoy' y 'Alfonso Cano, pues eran sus dos más importantes jefes. Eso no quiere decir que hayan sido golpes definitivos para las FARC, pero sí fueron importantes para demostrar la superioridad del Ejército.

Cinco errores

- La fallida reforma a la Justicia

Sin duda, el error más protuberante del Gobierno fue permitir que la reforma a la Justicia que tramitó el Congreso se llenara de micos y al final quedara enterrada. No sólo terminó enfrentado al Congreso, sino que también terminó cargando el lastre por no advertir lo que podía suceder. Muestra de ello es que la popularidad del mandatario descendió del 71 por ciento en julio pasado a 47 por ciento hoy día, según una encuesta hecha por Ipsos Napoleón Franco. Además, se perdió la oportunidad de hacer una reforma que cumpla el propósito de hacer más accesible la Justicia al ciudadano.

- Del consenso a la debilidad

La reforma demostró una cualidad del presidente Santos que es, según lo han señalado algunos de sus críticos, un interés por quedar bien con todo el mundo. Primero porque permitió que el Congreso sobrepasara los límites de sus propuestas y segundo porque quiso vincular a las cortes a como diera lugar. Al respecto hay quienes consideran que el afán por quedar bien con todos es una debilidad, antes que una virtud. Para Duque, sin embargo, la crítica se explica porque "estuvimos acostumbrados ocho años (durante el gobierno de Uribe) a echar para adelante con los ojos cerrados, pero había que cambiar el estilo autoritario del gobernante".

- ¿Y la ejecución?

"Creo que hay ministros demasiado cautelosos, que tienen un talante más conceptual que de ejecutores. Se nota la falta de viceministros". Con estas palabras Duque resume las críticas que se han comenzado a levantar hacia algunas carteras como la de Salud, Transporte, Educación, entre otros. El país enfrenta una crisis en el sistema de salud y las medidas para resolverla no están a la vista.
 
Además, entró en vigencia un TLC con Estados Unidos, después de una ola invernal que dejó incomunicado el país, mientras a la vez, según los expertos, hay un déficit histórico en materia de carreteras e infraestructura. Y la reforma a la Educación quedó en veremos. Por esta razón congresistas como Roy Barreras, el presidente del Congreso, han dicho que en el gabinete "se necesita menos Louis Vuitton y más botas pantaneras". O menos teoría y más práctica.

- Infringió el mantra

El presidente Santos se había propuesto no pelear con Uribe. Ese era su mantra. Sin embargo, antes de la Cumbre de las Américas dijo en una entrevista "Uribe es cosa del pasado", lo cual significó un punto de inflexión en la relación entre los dos. Para algunos se trató de una circunstancia que lo superó, pues ya no pudo aguantar más críticas.
 
Uribe, desde el comienzo del gobierno, había trinado en contra de Santos criticando "lo divino y lo humano". Pero a partir de ese día Santos eligió a quien sería su adversario político y matriculó a Uribe en la oposición. Aunque no fue culposo, sí fue un error pues hasta ese momento le había dado resultado no responderle.

- ¿Traidor de su clase?

El presidente Santos se ha cuidado de nombrar un equipo con altas calidades técnicas, pero en muchos casos son amigos cercanos o herederos de una elite política. Al comienzo de su mandato dijo que esperaba que lo reconocieran como "traidor de su clase".
 
Sin embargo, distintos analistas consideran, como dijo la directora de La Silla Vacía, Juanita León, que "no se han visto las medidas concretas para que le nieguen la entrada al Country Club". La Silla Vacía identificó al 37 por ciento de los nombramientos de Santos en las embajadas como amigos y empresarios cercanos.
 
Para García, el presidente está en todo su derecho de nombrar a personas cercanas, más si son técnicos. El problema es que todo el tiempo va a ser comparado con el expresidente Uribe, quien demostró mayor cercanía con la gente. "Cualquiera tendría dificultades para contrastarse con Uribe porque él introdujo elementos nuevos en la forma de hacer política desde la Presidencia", dijo.
 
Para Duque, "Santos, entre los apellidos y la alta tecnocracia optó por ambas. Era una opción. Molesta ver tanto apellido (heredero político) en cargos de asesores. Si se pone en la balanza la tecnocracia y al otro lado la guarnición de allegados a los políticos regionales, prefiero la tecnocracia".