Home

Política

Artículo

Un proyecto del Polo Democrático pretende eliminar la reelección presidencial. Afectaría al actual gobierno. Esta semana comienza su discución en el Senado. | Foto: Ilustración - SEMANA

CONGRESO

El Polo contra la reelección: ¿batalla perdida?

En el Senado se discute un proyecto de la oposición, con el que se pretende eliminar de la Constitución la reelección presidencial. Más allá de sus argumentos, la Unidad Nacional protegería esta figura.

3 de octubre de 2011

Para los congresistas del Polo Democrático Alternativo, la Constitución de 1991 quedó “maltrecha” por la reforma del 2004 que introdujo la figura de la reelección presidencial.
 
En concepto de los parlamentarios de este partido, el único que mantuvo su oposición a los gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, los sistemas de pesos y contrapesos entre los poderes del Estado fueron desequilibrados y advierten que para reestablecerlos se necesita volver a reformar la Constitución prohibiendo la figura de la reelección. 
 
Por eso, esta semana el Polo rendirá ponencia de su iniciativa. Será en la Comisión Primera del Senado donde darán la nueva batalla contra la reelección.
 
El ponente de esta reforma, el senador Parmenio Cuéllar justifica la iniciativa en la “imperiosa necesidad” de recuperar ese equilibrio entre poderes. “No nos inspira un propósito revanchista, ni de cerrada oposición, sino como una oportunidad de reflexión serena sobre la inconveniencia de mantener la reelección, tanto inmediata como mediata”.
 
Para Cuéllar, la reforma con la que se le dio vía libre a la reelección de Álvaro Uribe (2006) por primera vez permitió que un presidente postulara al Fiscal General pero en un periodo que coincidiera con su gobierno. En consecuencia, explica Cuéllar, el fiscal postulado por el presidente se ocupó de las investigaciones a los funcionarios de ese mismo gobierno. “Eso causó detrimento de la confianza del ciudadano en su justicia. Se perdió independencia”.
 
Otro de los argumentos que explica Cuéllar se concentra en la forma como el Consejo Superior de la Judicatura fue “absorbido” por el Gobierno. “El periodo presidencial de ocho años afectó la independencia que debía tener la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, ya que sus siete miembros se eligen por el Congreso de ternas enviadas por el Ejecutivo, logrando que se convirtiera en un botín más de la coalición de gobierno, con la obvia consecuencia de que la confección de listas para magistrados de la Corte Suprema y de consejeros de Estado estarían mediadas por la simpatía que los candidatos despertaban en el gobierno que postuló a los miembros de la Sala Disciplinaria; y el Defensor del Pueblo, cuyo papel protagónico en defensa de las personas es indiscutible, ha brillado por su ausencia al tener que controlar los abusos oficiales -que infortunadamente siempre se darán- frente al gobierno al que le debe el cargo”.
 
Para el Polo Democrático, la reelección presidencial también afectó la independencia del poder legislativo. Aseguran que el Congreso “tampoco escapó” a la deformación que producen los eventuales periodos presidenciales de ocho años. “Ni siquiera los legisladores afines al gobierno pueden ejercer sus funciones con la necesaria independencia que exige la separación de poderes y la autonomía del Legislativo, pues la posibilidad de caer en desgracia frente a quien les ayuda burocráticamente limita su capacidad de actuar con independencia”.
 
Parmenio Cuéllar, ponente de la iniciativa, va más allá y califica la reelección presidencial inmediata como “la continuidad de la corrupción”.
 
“El mejor ejemplo de la veracidad de este argumento es, sin duda, lo que viene pasando con la llegada del gobierno del Presidente Santos, donde se le ha dado continuidad a la política de seguridad democrática y a la confianza inversionista de su antecesor, pero que están saliendo al descubierto todos los abusos del gobierno anterior”, señala en su ponencia.
 
El Polo Democrático también considera que la reelección no es la mejor forma para lograr el mantenimiento de las políticas del gobierno. Por eso dice que la continuidad de administraciones exitosas se puede garantizar con planes de desarrollo estratégicos a largo plazo y partidos políticos fuertes.
 
“No son las personas las que, en un régimen constitucional y democrático, garantizan la continuidad de determinadas políticas públicas. Es su concordancia con el programa político de la Constitución, desarrolladas desde los idearios y doctrinas de los partidos, convertidas en programas de gobierno”, explica Cuellar.
 
¿Se hundirá el proyecto?
 
Más allá de estos argumentos, la batalla del Polo Democrático puede ser una causa perdida. Más aún cuando su discusión se plantea en el segundo año del gobierno de Santos, que de momento tiene respaldo de cinco partidos políticos y de una aceptación en la opinión pública que se acerca al 80 por ciento, según recientes encuestas.
 
Pero más aún porque los cinco partidos políticos que hoy acompañan al gobierno intentarán hundir este proyecto.
 
Uno de ellos, el Partido Liberal, que se opuso a la reelección con los mismos argumentos que hoy defiende el Polo. Ellos también diseñaron un proyecto para reestablecer el equilibrio de poderes, pero manteniendo la figura de la reelección presidencial.
 
El director del Partido Liberal, Rafael Pardo, ha explicado que este proyecto establece que si un mandatario aspira a la reelección, no podrá nominar o ternar candidatos para algunos cargos públicos.
 
El gobierno, que conoce ambas iniciativas, no intervendrá en el debate planteado por el proyecto del Polo. Sin embargo, en la agenda de la Unidad Nacional aceptó concertar el proyecto de reestablecimiento de poderes radicado por el Partido Liberal.
 
Para muchos, es un mensaje que al actual gobierno no le es indiferente la figura de la reelección, pero acepta introducir unos ajustes para que esa figura no le dé poderes superiores al Ejecutivo, frente a las ramas judicial y legislativa.
 
Esta semana se dará el debate en el Congreso, y la figura de la reelección podría mantener su vigencia.