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Emilio Otero retira su candidatura a la secretaría del Senado

El polémico funcionario, quien asegura que de él se han dicho muchas cosas que no son ciertas, hizo el anuncio a través de un video conocido por Semana.com.

19 de julio de 2012


 
Emilio Otero, el más polémico secretario del Senado de los últimos tiempos, retiró este jueves su aspiración a ser relegido en ese cargo.

"Es el momento de dar un paso al costado en beneficio de esta corporación" afirmó en un video.

En su declaración a la opinión pública la carta Otero aseguró que son falsas las acusaciones de que es objeto y que el tiempo se encargará de darle la razón, pues considera que realizó una buena gestión en el legislativo.

Por su altísimo poder en el Congreso de la República, Otero es conocido en los mentideros políticos como el senador 103. De hecho, algunas fuentes políticas consideran que hasta antes de retirar su nombre a la relección tenía más influencia en la toma de decisiones que muchos de los parlamentarios.
 
Precisamente, señaló que de él se han dicho muchas cosas que no son ciertas. "Lo que no se ha dicho de mí es que soy un padre de familia un esposo ejemplar, que he trabajado sin pausa por el bien del país, que siento un inmenso amor por Colombia el Congreso de la República. Hoy quiero sumar y no restar".

"Observo impotente como algunos de mis malquerientes convierten a los medios de comunicación en una herramienta para evitar que las senadoras y los senadores de la República voten libremente para elegir a quien ostente mi cargo", añadió.

Cuestionado
 
Eso a pesar de estar en el ojo del huracán durante semanas. Por ejemplo, en las últimas horas El Tiempo reveló que Otero hizo una transacción económica con una empresa familiar del narco Bernardo Pinzón Rivera, condenado en EE.UU., y asesinado en el 2008 en España. Otero alegó en su momento que desconocía el vínculo con el mafioso. Además, que él es un comprador de buena fe y que el negocio se hizo con una empresa y no con una persona.
 
Según el rotativo, a pesar de tener una condena a cuestas, el narco se hizo presente en la notaría 18 de Bogotá el 25 de junio del 2007, cuando se cerró la venta. Otero, por su parte, puso a un empleado suyo a firmar los documentos.

Otero además fue protagonista de primera línea en el debate de la fracasada reforma a la Justicia, pues, como lo informó SEMANA, la tarde en que los conciliadores se reunieron, él fungió como secretario. Lo grave fue que en el texto que salió al final, los conciliadores incluyeron, entre una manada de micos, un artículo que le daba a Otero un fuero semejante al del presidente de la república. En otras palabras, en caso de que la reforma hubiera entrado en vigor, Otero solo sería investigado penalmente después de que el Senado (que lo elige) le hiciera un antejuicio político.
 
Además, las denuncias en su contra debían presentarse con nombre propio. La propuesta que le daba ese escudo jurídico, según dijo, provino de más de 30 senadores. Sin embargo, varias voces en el Congreso aseguraron que él mismo fue quien redactó la proposición (ver facsímil) que apareció en la última plenaria del Senado y pidió que la firmaran. Como consecuencia del escándalo, en la última semana varios medios de comunicación pusieron la lupa sobre sus cuentas.
 
Salió a la luz que es uno de los funcionarios que más dinero gana en el Congreso (más de 350 millones de pesos al año), que tiene más de diez investigaciones penales y disciplinarias en los entes de control, pero también, que tiene un poder tan grande que es capaz de diseñar su propio blindaje.
 
¿Quién es Otero?

Otero, oriundo de Sahagún (Córdoba), llegó al Congreso hace más de 30 años de la mano de Jorge Ramón Elías Náder. El primer cargo que ocupó fue el de mensajero de la Cámara de Representantes. Poco a poco aprendió el funcionamiento del Congreso hasta que en 2002 fue elegido secretario del Senado. Su habilidad política para darse a conocer con los nuevos senadores y mantener contentos a los antiguos hizo que en 2010 fuera relegido por quinta vez consecutiva.
 
Pero, ¿por qué este hombre había adquirido tanto poder? Es sencillo, su influencia estriba en las funciones que tiene. El secretario es quien da fe de las actuaciones del Senado, no solo de las leyes y actos legislativos que se discuten, sino también de quién asiste y quién no, si está completo el quórum, cuál es el orden del día, entre otras.
 
Él interpreta el reglamento del Congreso y sus palabras guían el curso de las sesiones. Debido a ese poder, lo buscan lobbistas, ministros y congresistas interesados en que ponga o quite una palabra, suba o baje un proyecto de ley en el orden del día o certifique que un senador asistió.