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Enríque Gómez Hurtado entró al Congreso el pasado 8 de octubre, en reemplazo del senador Alirio Villamizar quien es investigado por el presunto cohecho de la llamada Feria de las Notarías.

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“Hay un ataque sincronizado de las cortes”: Gómez Hurtado

El senador Enrique Gómez Hurtado se fue lanza en ristre contra los medios de comunicación, la rama judicial, el Cinep y los presidentes vecinos. Dice que hay un complot contra el Estado.

15 de diciembre de 2009

Hace unos meses reapareció en la escena política Enrique Gómez Hurtado, el hermano del asesinado Álvaro Gómez e hijo del ex presidente Laureano Gómez. Entró al Congreso para reemplazar al senador conservador y líder de su partido, Alirio Villamizar, quien fue detenido por las autoridades luego de que en su apartamento en Bucaramanga las autoridades le encontraran casi mil millones de pesos en efectivo, en una investigación que hace parte de la afamada “Feria de las notarías”.

Gómez hace parte del sector conservador que apoya la campaña de Andrés Felipe Arias y no está de acuerdo con una nueva reelección presidencial. En entrevista con Semana.com explicó en que se basa su polémica teoría de que el Estado está amenazado por un complot en el que participan las cortes, los presidentes vecinos y los medios de comunicación.

Semana.com: Usted ha dicho que hay un complot contra el Estado. ¿En qué se basa esa afirmación?

Enrique Gómez: Es que hay una amplia gama de coincidencias que alguien está manejando. La pregunta es quién. Pero las coincidencias conducen a la misma parte. La segunda reelección sirve de pretexto para coordinar el complot del que hablo. Unos dicen que hay que defender la Constitución, otros que hay candidatos frustrados, etc.
 
Semana.com: ¿Y en qué consiste ese complot, según usted?

E.G.: En el caso colombiano hay un ataque sincronizado desde las cortes contra el Estado colombiano. Hay un motivo de distinto origen pero que resulta coincidente:
La diferencia que se ha formado entre la Corte Suprema y el Ejecutivo por el nombramiento del nuevo Fiscal, independientemente del origen visto desde la realidad jurídica representa un golpe de estado constitucional. En ninguna parte de la Constitución autoriza a los magistrados a que hagan una valoración subjetiva de los candidatos a Fiscal.

Hay otras manifestaciones de las cortes contra el establecimiento. Por ejemplo, el Consejo de Estado eliminó con una sentencia la Ley sobre del servicio militar obligatorio y permitió la objeción de conciencia, sin importar lo que el legislador hubiera dicho. ¿De dónde salen las atribuciones para modificar así la Ley?

Semana.com: Pero esas son posiciones jurídicas de acuerdo a teorías del derecho…

EG: Se trata de desarmar la institución de la defensa de la ciudadanía. Se hacen disparos muy acertados contra ésta, diciendo por ejemplo, que la Presidencia no tiene derecho a proponer candidatos porque estarán sometidos a juicios subjetivos, y por otro lado, se dispara con gran puntería a puntos clave de lo que representan la Fuerzas Armadas. Hay infinidad de ejemplos de juicios aberrantes montados contra integrantes de las Fuerzas Militares.

Semana.com: ¿Como cuáles?

EG: Por ejemplo, está el caso del general Jaime Uscátegui condenado a 40 años por la acción de un batallón que no estaba bajo su mando, con un invento jurídico que se llama ahora el ‘dolo eventual, que permite condenar a alguien por no prever las consecuencias de un hecho. Pero, resulta la paradoja: quien acusa no tiene qué demostrar que el acusado es culpable sino que el acusado debe demostrar que es inocente. Hay cientos de juicios contra militares montados con testigos falsos. Eso es una infamia.

Semana.com: ¿Usted cómo sabe que son falsos?

E.G.: He estado investigando y he encontrado que hay una cadena para inventar un sistema de acusaciones virtuales. Una parte de la cadena dice que ocurrió un falso positivo en tal parte, después otra dice como dijo tal parte de la cadena y después otra dice como dijo ésta y ésta. Y ahí se montan tres fuentes de la misma mentira.

Los casos se llevan a una entidad que tiene cara de ser muy seria que es el Cinep (Centro de Investigación y Educación Popular), y como lo dicen los padres jesuitas, entonces “es verdad”. Arranca otro proceso para llevar el argumento a tribunales internacionales y ganar valiosísimos pleitos contra el Estado. Los que están montando esta comedia está haciendo pingües negocios con valiosísimas demandas.

Semana.com: Usted dijo que el complot también afecta al Legislativo

E.G.: Yo no digo que no haya corrupción, pero vea lo que ha pasado con congresistas como Humberto Gómez Gallo, Mauricio Pimiento o Luis Fernando Velasco. Hace tres días estábamos votando y se presentaron 15 impedimentos, le pregunté a uno de los congresistas por qué se declaró impedido por esto. Y me respondió: “Yo me defiendo porque aquí a nadie le niegan un carcelazo”. Si la Corte dice que por votar una ley se cometió un prevaricato se van a la cárcel. Eso me parece de gravedad extrema.

Semana.com: ¿Pero en qué casos ha ocurrido eso?

E.G.: Vea, el caso está tan claro, que todos los integrantes de la Comisión de Acusaciones renunciaron por eso.

Semana.com: Hasta donde yo sé renunciaron fue por falta de recursos…

E.G.: Eso fue lo que dijeron, pero ahí le estoy dando la chiva.

Semana.com: ¿Cree que la reelección también es un complot de círculos políticos que quieren quedarse en el poder amparados en el ‘Estado de opinión’, sin importar el equilibrio de poderes, ni el sistema de pesos y contrapesos de una democracia?

E.G.: No soy partidario de la segunda reelección. Fui partidario de la primera porque me parece que los períodos muy cortos no permiten la buena administración. Pero todo tiene dosis y todo tiene límite. Me parece que otra reelección es una equivocación política, pero no es una violación a la Ley. Pero, si le sirve a los violadores de la Ley para justificar sus hechos en su supuesta defensa de la democracia. Los complotados quieren que los militares no hagan su trabajo, que el Congreso no legisle. Y lo están logrando.

Semana.com: ¿Según usted el problema es de la justicia?

E.G.: El problema es que el sistema penal está basado en el testimonio. Todo el mundo declara lo que le da la gana, se retracta, vuelve a acusar. Pero no se castiga la falsa denuncia. Ese es un mal concepto de la función pública.

Una de las cosas que contribuyen a la desestabilización del Estado es que todos los jueces creen que hacen justicia si fallan contra el Estado, si fallan a favor del Estado parecería a que estuvieran contra el pueblo. En la justicia penal estoy llegando a la conclusión de que todo juez cree que si falla a favor de un militar prevarica, y el que queda bien es el que condena.

Semana.com: Pero al contraalmirante Gabriel Arango Bacci, lo acaban de absolver...

E.G.: A mí me parece bien que lo hayan absuelto, pero por la teoría del ‘dolo eventual’ la Corte pidió investigar a otros, porque lo que les interesa es el pleito, no Arango Bacci.
 
Semana.com: ¿No le parece muy arriesgado decir que todos los jueces actúan bajo el mismo rasero?

E.G.: Es arriesgado, lo que digo es que tengo la impresión de que el juez que absuelve a un miembro de las Fuerzas Armadas, en principio, tiene una acusación de prevaricato y que tiene que demostrar por qué absolvió y no por qué condenó pues la condena se da por descontada.

Semana.com: ¿Usted cree que es un problema del “ambiente” polarizado?

E.G.: Ese es el mundo virtual que estoy tratando de desbaratar. Todas las cosas que funcionan bien son sospechosas y todas las cosas que funcionan mal son las que hay que aceptar. Entonces resultan todos los términos invertidos.

Semana.com: ¿De dónde sale el complot?

E.G.: Es muy coincidencial que estas cosas sucedan en un contexto generalizado donde en la opinión no hay justicia. La gente recurre a la justicia directa o a los tribunales de arbitramento porque no hay ninguna confianza en el sistema. Los únicos casos que tienen repuesta son estos casos contra militares o congresistas. ¿Por qué será? ¿Por qué será que trabajan tan diligentemente en estos casos y no trabajan para resolver pleitos de 8 y 15 años de personas que tienen que acudir a las vías de hecho por falta de diligencia?

Semana.com: ¿Y ese complot también afecta a su partido?

E.G.: También. Por ejemplo, creo que la actitud de Noemí Sanin contra el ex Ministro Andrés Felipe Arias es contraria a toda evidencia. Si ella escuchó la sesión en la que el Ministro, Andrés Fernández, defendió el programa Agro Ingreso Seguro, de manera demoledora, no podía decir todo lo que salió a decir al día siguiente.
 
Hay unos intereses coincidentes de que a los candidatos les vaya mal. Como Arias es el candidato del Partido Conservador, entonces hay que acabarlo. El poder judicial filtra información de decisiones que ni siquiera han sido notificadas a los afectados, como hizo la Fiscalía la semana pasada con Arias y los medios se prestan para eso, se crea un ambiente para prejuzgar.

Y a quien maneja las cosas le está funcionando, porque lo que se trata es de tumbar el régimen.

Semana.com: ¿Pero quién es el que está detrás, según usted?

E.G.: Colombia representa un bastión de la democracia Latinoamericana que ha sido duramente atacada con un neo fascismo tropical aplicado en Venezuela, Bolivia, Ecuador y lo que se intentó en Honduras y se intenta hacer en Nicaragua. Ese neo fascismo consiste en llegar al poder para después hacer la revolución. No nos olvidemos que a Chávez le acaban de dar el presupuesto más grande de libre disposición sin contabilidad.
Qué hace una persona con 40 millones de dólares para repartir entre periodistas o jueces. Con esa disponibilidad se puede hacer cualquier cosa. No hay que olvidar que además están cuatro presidentes aliados: Rafael Correa en Ecuador (aunque ya se está alejando), Evo en Bolivia, Chávez en Venezuela. Mahmud Ahmadinejad ya es reconocido hermano de Chávez. Todo esto coincide. En reuniones a las que asisto, todo el mundo lo dice, pero nadie se atreve a denunciarlo, porque el complot es fuerte.