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| Foto: SEMANA

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John Sudarsky propone revolcón al sistema electoral

El senador del Partido Verde radicará este jueves una novedosa pero compleja propuesta para cambiar la manera de elegir a los senadores y representantes. Asegura que es el antibiótico para curar la corrupción y el clientelismo. ¿Tendrá futuro?

15 de agosto de 2012


 
No es un secreto que en Colombia la política está desprestigiada. El último tiro de gracia que recibió la “profesión de lo público” fue el penoso episodio de la reforma a la justicia. Según la Encuesta Colombia Opina, de Napoleón Franco para la Gran Alianza, el 42 por ciento de los encuestados piensan que “los principales responsables” fueron el Congreso y el Ejecutivo. Y como si fuera poco, después de este incidente la confianza pública en el Congreso llegó a un bajo histórico del 14 por ciento y la confianza en el gobierno nacional bajó del 42 por ciento al 34 por ciento.
 
Dada esta situación, y con el ánimo de recuperar la legitimidad y la confianza, varios legisladores llegaron de vacaciones decididos a proponer cambios en el sistema político del país. Por ejemplo, Germán Varón, Alfonso Prada y Guillermo Rivera, representantes a la Cámara, han presentado proyectos para reformar la Ley Quinta —el reglamento del Congreso— y regular las conciliaciones. Y en el Senado, John Sudarsky lleva madurando una propuesta de “sistema electoral mixto” desde hace años, pero sólo ahora, después de lograr el apoyo del presidente Santos, la presentará a consideración del capitolio. Esta consciente de que no será fácil, pues cambiar el statu quo en el Congreso es una tarea cuesta arriba, sobre todo con una reforma constitucional que exige ocho debates en menos de un año. Pero está dispuesto a intentarlo. “Cualquier reforma electoral es difícil. Pero es un problema estructural que debemos cambiar, los incentivos de la política deben cambiar. Al fin y al cabo, se trata de cuáles son las raíces del poder”, afirma.
 
¿De qué se trata?
 
Para Sudarsky, el voto es parte fundamental de la democracia colombiana. Sin embargo, el proceso electoral se ha ido desprestigiando y despersonalizado. Los votantes reciben un tarjetón incomprensible de logos y números y, al fin de cuentas, no recuerdan por quién votaron y no tienen a quién rendirle cuentas (sobre todo por la circunscripción nacional ,que sube los costos de la campaña, exige largos desplazamientos a los políticos y difumina la responsabilidad de los mismos). “Las personas no entienden cómo votar ni recuerdan por quién votaron. Se vuelve un proceso anónimo y la política deja de ser en ente articulador entre la sociedad y Estado.” Por ejemplo, en las pasadas elecciones para Senado y Cámara, por la dificultad del tarjetón y la relación lejana entre elegido y elector, se contaron más de tres millones de votos nulos y millón y medio “votos no marcados.” El resultado es poca representación y una distancia entre el representante y el representado, lo que abre camino para el clientelismo y la corrupción.
 
Para remediar esto, Sudarsky propone un “sistema electoral mixto” que cambiaría la fórmula de elegir los congresistas. El sistema combinaría el sistema proporcional, que actualmente se usa en Colombia, con el sistema mayoritario, que se usa en Estados Unidos e Inglaterra. Esto implica reducir el tamaño de las circunscripciones y crear distritos uninominales (DUN) por cada 820.000 habitantes para Senado y 410.000 habitantes para Cámara. Estas se combinarían con curules elegidas con el sistema proporcional, parecido al que se usa actualmente. Se elegiría el 60 por ciento de las curules por el nuevo sistema y el 40 por ciento por el sistema proporcional. Los partidos sólo podrán postular a un candidato por cada distrito y ganará quien obtenga más votos. Esto implica que cada distrito tendrá un tarjetón propio, mucho más sencillo que el actual. También será más fácil para los electores saber quién ganó —un solo ganador— y a quién pedir cuentas de manera activa.
 
Sin embargo, bajo este sistema las minorías quedarían subrepresentadas. Por esto el senador ideó un sistema en que el 40 por ciento restante será elegido mediante el sistema proporcional. Los votos de los candidatos que no resultaron elegidos en los DUN se acumularían para lograr un total nacional y a partir de una lista cerrada, la cual elaboraría cada partido, un número de congresistas saldría elegido proporcionalmente.
 
¿Suena complicado? Es cierto. ¿Difícil de aplicar? También. También hay algunos elementos que son por ahora un borrador y podrían dar pie a controversias y debates. Por ejemplo ¿Cuál sería la relación de los distritos con los departamentos y municipios? ¿Si un distrito incluye dos departamentos, cuál sería la relación de los congresistas con las autoridades locales? ¿Se podría hablar de un cambio en el ordenamiento territorial en el país? ¿Qué pasa con los departamentos que tienen varios senadores y representantes, como Antioquia y Cauca? Por lo pronto, el debate empezará en la Comisión Primera de Senado. El trecho será largo y difícil porque cualquier reforma electoral, por sencilla que sea, incita el debate político. Esta —aunque su intención sea la mejor en términos de rendición de cuentas y una estrecha relación entre elegidos y electores— no será la excepción.