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Juan Manuel Corzo será elegido nuevo presidente del Senado. | Foto: Archivo - SEMANA

PRESIDENTE SENADO

Juan Manuel Corzo, el conciliador

Lleva doce años en el Congreso, admirador de Álvaro Gómez y ficha clave del gobierno Santos en varios proyectos. En 1999 fue uno de los secuestrados del avión de Avianca y desde entonces es uno de los congresistas más protegidos del país.

19 de julio de 2011

Dicen en el Capitolio que las formas de llevar las riendas del Congreso tendrán un cambio del cielo a la tierra. Al explosivo y mediático Armando Benedetti, lo sucederá en la presidencia del Senado el “serio y reservado” Juan Manuel Corzo (Cúcuta, 1961), pues así, con esas dos palabras, lo definió uno de sus compañeros de bancada del Partido Conservador.
 
Corzo, abogado y especialista en derecho público, lleva una década en el Capitolio. Allí llegó en 1998 como representante a la Cámara por Norte de Santander, y ha repetido tres periodos como senador.
 
A pesar de eso, a este político de 50 años la opinión pública no lo identifica. “En el Congreso he conocido de todo, personas que le gustan salir en los medios. Mi forma de ser es distinta”, explica el senador. Pero quizás, más allá de su personalidad, otras sean las razones.
 
Actualmente, Corzo es uno de los congresistas que gozan de uno de los más fuertes esquemas de seguridad. Estas medidas se incrementaron desde 1999 cuando fue uno de los 46 pasajeros del avión del Fokker de Avianca que miembros del ELN secuestraron en pleno vuelo, cuando empezaba a cubrir la ruta Bucaramanga – Bogotá. Corzo recuerda la fecha, el 12 de abril, pues ese día empezó un cautiverio, en el sur de Bolívar, que se extendió por 17 días. Las amenazas del ELN persistieron, mientras Corzo hacía parte de las comisiones de paz del Congreso.
 
Dicen sus allegados, que ese secuestro aumentó su carácter reservado y tímido. En el Partido Conservador le atribuyen otra virtud. Perteneciente a la corriente política de Álvaro Gómez, dicen que Corzo no es de ganar peleas. Todo lo contrario, lo señalan como el conciliador al interior del partido. “Siempre lo nombran en las comisiones de conciliación en todos los temas”, dice un congresista, quien recuerda que fue el vocero del partido para los acuerdos de la coalición de Juan Manuel Santos.
 
A pesar de eso, otros recuerdan que es de posiciones férreas. Por ejemplo, pidió al partido dejarlo en libertad para no apoyar al actual gobernador de Norte de Santander, que a pesar de ser conservador, era un rival político.
 
La carrera política de Corzo inició en 1992 cuando fue elegido concejal en Cúcuta. Heredó el caudal político de su hermana, que llegó a ser diputada de Norte de Santander. Precisamente esa curul en la Asamblea fue su antesala de su salto al Congreso.
 
Durante el gobierno de Juan Manuel Santos Corzo fue la pieza clave en el Senado del proyecto de facultades extraordinaria que el Congreso le concedió a Santos para reformar el Estado.
 
Sin embargo, fue muy controvertido su papel como ponente del proyecto de jubileo por el bicentenario, que buscaba rebajar una quinta parte de la pena de los condenados. Un proyecto que fue estigmatizado porque se beneficiarían excongresistas condenados por sus nexos con paramilitares.
 
Pocos conocen de su vida privada. Pero una de sus pasiones es el fútbol. José Darío Salzar, presidente del Partido Conservador, recuerda que el pasado fin de semana, en una correría política, Corzo se perdió de una de las reuniones. Lo encontraron sentado en una tienda viendo el partido de la selección Colombia y gritándole al televisor.
 
El próximo presidente del Congreso tiene el reto de cumplirle al gobierno, pero asegura que su principal obsesión es mantener la independencia del poder legislativo. “Hoy somos un apéndice del Ejecutivo. Eso hay que cambiarlo”.
 
Las sombras
 
Como muchos políticos Juan Manuel Corzo ha estado expuesto a señalamientos de todo tipo. Su nombre apareció en aquella famosa lista que reveló el exsuperintendente de Notariado y Registro, Manuel Guillermo Cuello Baute, donde aparecían congresistas que se habrían beneficiado del reparto de las notarías a cambio de votar la reelección de Álvaro Uribe.
 
El hermano de Corzo era notario en Cúcuta y eso aumentó las suspicacias. Corzo fue uno de los defensores del proyecto de reelección, pero las investigaciones judiciales sobre este asunto no la han salpicado.
 
Tres han sido las investigaciones que han cursado en la Corte Suprema de Justicia. Una por presunto tráfico de influencias y otras por presuntos nexos con paramilitares. Esta última por cuenta de la versión libre de un desmovilizado quien ante un fiscal de Justicia y Paz aseguró que las campañas de Corzo habían sido financiadas por las Autodefensas.
 
Estas dos investigaciones tienen auto inhibitorio, luego de que el alto tribunal considerara que no existen pruebas para abrir una investigación formal.
 
Corzo estuvo a punto de ser presidente del Congreso en julio de 2008. En ese entonces, la presidencia le correspondía a los conservadores, pero en un intenso debate interno resultó favorecido Hernán Andrade.
 
Probablemente este no será el único triunfo político del año. En norte de Santander los candidatos de Corzo a la alcaldía de Cúcuta y la gobernación registran favorablemente en las encuestas.
 
Los vicepresidentes
 
Según los acuerdos políticos, sellados en julio de 2010, la nueva mesa directiva la complementan Cambio Radical y el Polo Democrático.
 
Por eso, si nada extraño sucede, el primer vicepresidente del Senado será Antonio Guerra de la Espriella (Sincelejo, 1955), hermano de la exministra de comunicaciones María del Rosario Guerra de la Espriella, y con 12 años en el Senado.
 
Fue, hasta el pasado mes de enero, codirector del Partido Cambio radical y ha sido uno de los socios de Germán Vargas Lleras en el norte del país.
 
La segunda vicepresidencia del Senado, asignada a los partidos independientes y de oposición, le corresponderá al Polo Democrático. El vallecacuano Alexander López Maya se perfila para ocupar esta dignidad.