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Las Farc y su encrucijada en el peor momento

Las FARC están obligadas a buscar el sucesor de su máximo cabecilla, pero su nuevo líder no tendrá la misma ascendencia. Las Fuerzas Armadas seguirán la presión militar. Para muchos es el momento de pensar en una salida negociada, donde la guerrilla tendría poco que exigir.

5 de noviembre de 2011

El golpe militar contra el máximo jefe de las FARC fue calificado por expresidentes, dirigentes políticos y politólogos con múltiples adjetivos, pero en el mismo sentido: la muerte de alias 'Alfonso Cano' es un golpe al cerebro, a la espina dorsal, al propio corazón de la guerrilla.
 
Si bien nadie se atreve a decir que se trata del golpe definitivo a las FARC, muchos coinciden en señalar que sí podría significar el comienzo del fin de medio siglo de violencia subversiva.
 
Desde el 2008 las FARC han sufrido los más duros y contundentes golpes. Como se recordará, el 2 de marzo de ese año en la provincia de Sucumbíos (Ecuador) fue abatido el que en ese momento era considerado el número 2 de las FARC, alias 'Raúl Reyes'.
 
En ese entonces la guerrilla, que desde el 2002 había empezado a defenderse de la mayor ofensiva del Estado colombiano (tras el fracaso del proceso de paz del Caguán), sintió que su secretariado empezaba a ser vulnerable.
 
En mayo de ese mismo año, el máximo líder de la guerrilla, Manuel Marulanda Vélez, murió de forma natural en la selva colombiana. En ese momento alias 'Alfonso Cano' asumió la jefatura del secretariado de las FARC y aunque su perfil de ideólogo abría la puerta para una eventual salida negociada, sucedió todo lo contrario. 'Cano' era quizás el más radical de la guerrilla, como recuerda el analista Alfredo Rangel, hasta el punto de oponerse a los diálogos del Caguán.
 
Con 'Cano' como jefe de la guerrilla, las FARC continuaron sufriendo sus más duros golpes. Gota a gota fueron cayendo otros cabecillas, quizá de menor impacto mediático, pero que tenían funciones importantes dentro la estructura económica y militar de esta organización ilegal.
 
El golpe del 23 de septiembre del 2010, ya en el gobierno de Juan Manuel Santos, denominado operación Sodoma, fue otro impacto a la entraña de las FARC. Su jefe militar, alias ‘Jorge Briceño Suárez’ o ‘Mono Jojoy’, caía tras un bombardeo de la Fuerza Aérea.
 
Después de ese golpe, las FARC modificaron su estrategia ante el asedio de la ofensiva estatal, que, según la había descrito el propio presidente Juan Manuel Santos, por primera vez el Ejército “había entrado a las madrigueras de la guerrilla”.
 
Las FARC se defendían del asedio mientras adelantaban hostigamientos propios de la guerra de guerrillas contra la fuerza pública. El pasado mes de febrero el presidente Juan Manuel Santos reveló que a 'Cano' le estaban respirando en la nuca, y en ese mismo mes empezaron a crecer las versiones de un golpe al jefe de esta guerrilla.
 
Pero, ¿qué vendrá para las FARC?
 
El politólogo Alejo Vargas considera que la muerte de 'Cano' llega en un momento en que la guerrilla ha perdido sus liderazgos internos. Por eso considera que, quizá como ninguna otra, la muerte de 'Cano' va a generar “la mayor tensión” al interior del secretariado de las FARC.
 
El relevo, dice Vargas, se lo disputarán alias 'Timochenko' y alias 'Iván Márquez'. Dos guerrilleros de perfiles distintos, el primero más militar, el segundo más político. Y por esas características, considera el politólogo, la decisión llevará tiempo y probablemente será conflictiva al interior de las FARC.
 
Sin embargo, cualquiera que llegue al relevo, considera el analista Alfredo Rangel, no tendrá la misma ascendencia dentro de la tropa de la guerrilla que tenía 'Cano', y por eso advierte la mayor crisis de liderazgo de la historia de las FARC.
 
En todo caso, considera Rangel, quien llegue a asumir la jefatura del secretariado no tendrá otro camino que pensar en la salida negociada al conflicto.
 
Un escenario donde las FARC, según el expresidente Andrés Pastrana, quien durante su gobierno se sentó a dialogar con la guerrilla, “ya no tienen para exigir”.
 
Pero, a diferencia de lo que muchos podrían pensar, la muerte de 'Cano' no significa el final de las FARC. Eso dice Víctor G. Ricardo, excomisionado de paz durante el gobierno del presidente Pastrana. “la guerrilla está más debilitada que nunca, pero no está acabada”.
 
Carlos Lozano, director del semanario VOZ, y que conoce a las FARC, considera que el escenario inmediato será que la guerrilla nombre rápidamente el sucesor de 'Alfonso Cano', y el Ejército esperará esa decisión para iniciar una nueva ofensiva militar.
 
Pero en lo que todos coinciden es que los recientes golpes a las FARC, y este en particular, demuestran el fracaso de la lucha armada y, como dijo el presidente del Consejo de Estado, magistrado Mauricio Fajardo, tras conocer la noticia, “predomina el imperio de la Constitución”.
 
Dirigentes políticos hicieron un llamado a una gran desmovilización colectiva y a que los jefes de frentes y columnas de la guerrilla se sometan a las condiciones para reincorporarse a la vida civil.
 
Consideran que puede ser el momento ideal, debido a que tras la muerte del líder, con más de 33 años en las FARC, y el último de los hombres de la segunda generación de esta guerrilla, la moral de la subversión está por el piso.
 
Las condiciones de esa eventual desmovilización están enmarcadas en las fórmulas ofrecidas por el Gobierno a través de su Alta Consejería para la Reintegración. Una invitación que hizo el ministro de Defensa al anunciar que no hay cabecilla ni jefe de ninguna estructura que pueda resistirse a las Fuerzas Militares. “Su hora ha llegado. El tiempo es ahora”, dijo Juan Carlos Pinzón.
 
Pero también la muerte de 'Cano' se produce cuando el Congreso de la República estudia un acto legislativo para que la Constitución, de forma temporal, contemple mecanismos de justicia transicional que permitan establecer “un marco jurídico” para que la guerrilla deje las armas. Una iniciativa legal que el propio presidente Juan Manuel Santos ha pedido, con el símil de que necesita una llave para abrir la puerta de la paz.

La paz, sin embargo, no estará a la vuelta de la esquina. El excomisionado de paz Camilo Gómez califica como "utópico" que se produzca un comunicado en el que las FARC anuncien que abandonan las armas.

Todo lo contrario, dicen varios expertos en conflicto. El más probable escenarios es que las FARC, a falta de un único líder, con ascendencia, se "atomice" y se "bandolerice". Que quede reducida a pequeñas estructuras que sobrevivan con los fusiles en alto, y sustentando su economía en el narcotráfico.

Eso lo sabe el mayor verdugo de las FARC en toda su historia, el hoy presidente Juan Manuel Santos, quien después de felicitar a las fuerzas armadas les pidó "perseverar hasta traerle la paz a los colombianos".

Pero Santos también sabe que las FARC están en la mayor encrucijada de su historia, que precisamente se produce en el peor momento de la guerrilla. Y por eso les ofreció dos caminos: "o la desmovilización, con plenas garantías para reincorporarse a la sociedad, o una cárcel o una tumba".