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El senador conservador Eduardo Enríquez Maya (izquierda), presidente de la Comisión Primera del Senado, ha sido señalado de dilatar la discusión del estatuto anticorrupción del presidente Juan Manuel Santos (derecha). | Foto: SEMANA

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Los días difíciles de los conservadores en la Unidad Nacional

Este miércoles, en la Casa de Nariño, la Mesa de Unidad Nacional tendrá que aclarar qué pasa con un proyecto que lleva dos meses sin ser discutido: el estatuto anticorrupción. A los conservadores se les señala de dilatar su trámite y ellos reclaman mayor respeto.

16 de noviembre de 2010

No han sido los mejores días para el Partido Conservador. La semana anterior, cuando estrenaban presidente, los demás socios de la ‘Unidad Nacional’ rechazaron algunas de sus posturas ideológicas como la propuesta de prohibir el aborto.
 
Horas después, algunos de sus senadores más emblemáticos, como Roberto Gerlein, estuvo en la ‘picota pública’ por cuenta de la ponencia favorable que presentó al proyecto de ley de jubileo que, por motivos del bicentenario, pretende rebajar penas a presos en las cárceles, proyecto que motivó preocupaciones porque varios delincuentes de alta peligrosidad, como el violador Garavito, podrían quedar en libertad.
 
Y este martes, desde diversos flancos, incluso desde los editoriales de la prensa escrita, algunos miembros del partido fueron señalados de ser el ‘palo en la rueda’ de un proyecto que, por su sólo nombre, tiene una gran repercusión entre la opinión pública en general: el estatuto anticorrupción.

Es un proyecto que radicó el Gobierno el pasado 7 de septiembre, y casi dos meses después, no se ha rendido el primer debate.

El ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, al hacer el balance de su cartera en los primeros días, no ocultó su preocupación por la demora del proyecto y que la Comisión Primera del Senado, presidida por el conservador Eduardo Enríquez Maya, no lo agende en un lugar que privilegie su discusión.

Esa afirmación fue entendida por varios conservadores como la insinuación de una estrategia intencional para dilatar el trámite del proyecto

A esto se sumó un polémico editorial del diario El Tiempo, que este martes también insinuó que los senadores Roberto Gerlein y Eduardo Enríquez Maya se oponen al proyecto, al recordar que en un debate previo manifestaron varios reparos. Allí advirtieron que este proyecto necesitaría más cárceles en el país o que eliminar la rebaja de penas atenta contra los derechos humanos.

Incluso, Enríquez Maya se llevó el 'baja' de la revista SEMANA, precisamente por agendar el proyecto en los últimos lugares del orden del día.

El rechazo a la corrupción
 
Por eso, la junta de parlamentarios conservadores se reunió en la tarde de este martes con el único propósito de controvertir los señalamientos.

Cuando se pensaba que la verdad sobre el estado del proyecto iba a poner contra las cuerdas a Enríquez Maya y Gerlein, el partido unió filas en torno a sus senadores.

En un extenso comunicado de cinco puntos, que se trasladó a la plenaria del Senado, el Partido Conservador no sólo manifestó su respaldo a la agenda del presidente Juan Manuel Santos, sino que reivindicó su papel en la aprobación de “todos los proyectos bandera” del Gobierno.

Pero aclararon que tienen el derecho a controvertir los proyectos. “Somos una fuerza pensante, por tanto, hacemos uso del derecho constitucional a participar en los debates aportando ideas y contradiciendo lo que consideramos equivocado. El partido Conservador Colombiano no renunciará jamás a ejercer su derecho al pensamiento”.

Y respecto al proyecto que ha generado esta nueva discordia, el Partido Conservador aclaró que su papel en la política está del lado de la lucha contra la corrupción.

A la vez, los conservadores rechazaron que algunos de sus congresistas fueran tildados de ser los “responsables de trabar la agenda legislativa, impedir el avance de la justicia, ser clientelistas y de anteponer nuestros propios intereses antes que el interés nacional”, al recordar que el Partido Conservador siempre ha respetado la Constitución y la Ley.
 
La nueva controversia política también volvió a revivir nuevos pulsos como el que sostuvieron el ministro Germán vargas Lleras y el presidente del Senado, Armando Benedetti.

Este último, en lo que pudo ser entendido como solidaridad de cuerpo con el Congreso, dijo que los proyectos han sido presentados hasta hace muy poco y el Ejecutivo pretende que se legisle rápido, sin debate ni mayor discusión.

Benedetti dijo que este miércoles, en la Mesa de la Unidad Nacional, defenderá al Congreso de lo que llamó “una presión del Ejecutivo”.

Más allá del proyecto anticorrupción, la Unidad Nacional deberá trabajar por el regreso a la armonía y porque la verdad que rodea los proyectos salga a flote. El presidente Juan Manuel Santos podría intervenir en este nuevo pulso dentro de la coalición.