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Clara López reasumió la presidencia del Polo tras seis meses como alcaldesa de Bogotá. | Foto: León Darío Peléz - SEMANA

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"Nuestro contendor es la Unidad Nacional": Polo

El Polo Democrático no reconoce enemigos en la izquierda y califica a Progresistas como eventuales aliados. Apuesta por la reconquista de las bases sociales para construir un modelo alternativo de gobierno. Paz y tierras, su principal agenda.

26 de enero de 2012

Con el regreso de Clara López a la presidencia del Polo Democrático Alternativo, el partido reafirmó su vocación como alternativa de poder. Y aunque el debate del 2014 aún se vislumbre lejano, la intención de los polistas es transformar su oposición, de radical a constructiva.
 
Oposición a lo que ellos empiezan a llamar el “régimen de la Unidad Nacional”. Para Clara López, esa coalición se ha convertido en “partido único” y por eso, con cierto optimismo, no oculta los chances que tiene el Polo, al menos de recuperar el espacio perdido en el más reciente debate electoral.
 
“El Polo es un partido necesario. La única fuerza de oposición al gobierno del presidente Santos, capaz de aglutinar una alianza nacional para que Colombia decida entre las dos opciones, la derecha de la Unidad Nacional y la democrática que nosotros lideramos”, dice Jaime Dussán, miembro del Comité Ejecutivo del partido.
 
Esa ‘alianza nacional’ buscará, primero, las bases populares. Según Clara López, el Polo es el partido que “encarna y defiende la lucha y la reivindicación del pueblo colombiano”, y tiene que volver a ser “el partido del pueblo”.
 
Pero tampoco cierran las puertas a que otras expresiones de izquierda, incluso las que se desprendieron del propio Polo Democrático, hagan parte de esa ‘alianza nacional’ a la que se refiere Dussán.
 
Clara López envía ese mensaje. El movimiento Progresistas es visto, al menos por la presidenta del Polo, como un “aliado natural”.
 
“La izquierda democrática -dice López- no es monopolio exclusivo del Polo. Nuestros contendores son los que están en el pacto de la Unidad Nacional (...) Los que no están en ese ‘partido único’ son nuestros aliados naturales”.
 
Otros consideran que con la migración de algunos de sus dirigentes el Polo se ha “depurado” y que cuando un partido se depura, se fortalece, y que las diferencias políticas era mejor resolverlas al interior del partido
 
El senador Jorge Robledo dice que quienes se fueron del Polo tienen “otros proyectos de vida”. Con Progresistas, reconoce que hay coincidencias, pero que es muy temprano para hablar de una eventual alianza.
 
Limpieza de la imagen
 
Los dirigentes del Polo admiten que “la izquierda nunca la ha tenido fácil”. Insisten en el discurso de que el partido ha sido minado sistemáticamente por quienes han ostentado el poder.
 
Porque cargan la cruz y la mácula de la administración del alcalde Samuel Moreno y los hechos de corrupción por los que fue inhabilitado el exsenador Iván Moreno.
 
En el Polo consideran que esa situación fue aprovechada “desde afuera” para atacar al partido, al insinuar que cohonestaron, o al menos, no tomaron medidas oportunas.
 
López considera que al Polo lo acribillaron por la poca diligencia en decisiones contra el exsenador Iván Moreno y el exalcalde Samuel Moreno. Dice que ellos si adoptaron medidas oportunas, como fue la suspensión temporal, respetando el debido proceso.
 
Clara López defiende las decisiones adoptadas por el Polo frente a los dirigentes cuestionados, pues respetando el debido proceso y el avance de los procesos judiciales, el comité disciplinario del partido los suspendió de forma temporal.
 
Y por eso cuestiona que a partidos tradicionales, que hoy rodean el poder, no se les ha hecho el mismo juicio de responsabilidades con que se ha atacado al Polo.
 
Cita el caso del Partido Conservador, que con las mismas facultades no ha tomado decisiones, ni de suspensión o expulsión de los dirigentes que están inhabilitados por el caso de Agro Ingreso Seguro, ni contra los que están siendo encausados por los beneficios en la adjudicación de bienes de la Dirección Nacional de Estupefacientes.
 
Pero López no se concentra en la tesis exclusiva de que el Polo lo acaban desde fuera. En su discurso de posesión hizo un llamado para mirar hacia adentro y reconocer los errores.
 
“Sí. Nos atacaron, nos calumniaron, nos traicionaron. Y lo siguen haciendo conscientemente. Pero no podemos culpar solamente a los demás. Cometimos errores. Y grandes. Entre tantas luchas que tenemos que dar para ofrecerle al país un mejor futuro hay una que tenemos que recuperar como práctica diaria y cotidiana: la lucha contra nuestras propias debilidades”, explica López.
 
Por eso anuncia, como primera tarea, una reforma de los estatutos que fortalezca los mecanismos de control partidario, los cuales califica de necesarios frente al desempeño de los concejales, diputados, parlamentarios y alcaldes elegidos, como también sobre secretarios de despacho que representan al Polo.
 
La agenda del Polo
 
Pero además de esa depuración, está la construcción de un modelo de Estado desde la izquierda, el cual se desarrollará con la participación de figuras clave. Carlos Gaviria podría asumir la orientación ideológica nacional.
 
En el Congreso ideológico el Polo construirá su propia agenda. De oposición al gobierno Santos, pero con la formulación de propuestas alternativas.
 
La agenda tiene en la paz su punto central. Para el Polo es urgente la solución dialogada al conflicto. Partidarios del acuerdo humanitario que permita la liberación de los secuestrados y “una tregua bilateral” que conduzca a la construcción de una propuesta de paz colectiva.
 
Por eso, Jaime Dussán, quien dejó la presidencia del Polo pero que sigue en el Comité Ejecutivo Nacional, pidió con urgencia reunir al consejo nacional de paz. E instó al gobierno de Juan Manuel Santos a “no ocultar la política de paz”. “La llave de la paz no la tiene Santos. Esa llave es de los colombianos”.

El Polo también se comprometió a recuperar las bases. “Ser el partido que encarne la lucha de los colombianos”, en palabras de Clara López. Por eso, en la agenda de prioridades está una ley de tierras, pues consideran que a la de restitución y la reparación a las víctimas “le faltan dientes y voluntad política integral”.
 
Aunque apoyan la redistribución de las regalías, consideran que sigue siendo un porcentaje ínfimo el que recibe Colombia por la explotación de sus recursos naturales.
 
El Polo se comprometió a defender los derechos de los trabajadores, se opondrán a la reforma pensional que busca aumentar los años de jubilación, y le exigieron a Juan Manuel Santos no dar vía libre al TLC con Estados Unidos hasta poner una agenda interna que les permita a los agricultores colombianos tener las capacidades para competir de forma equilibrada.
 
Diálogo con el Gobierno
 
Aunque el Polo apuesta por construir un proyecto y ofrecerlo a los ciudadanos, Clara López no cierra las puertas a una interlocución más activa con el Gobierno, por fuera de la mesa de Unidad Nacional, pero sustentada en “temas de Estado”.
 
La interlocución con el Gobierno se canceló con la dirección de Jaime Dussán, quien como presidente del Polo decidió levantarse de la mesa de discusión sobre el estatuto de la oposición.
 
Jorge Robledo defiende esa decisión, al señalar que no se iban a prestar para que el gobierno se tomara la foto con un “estatuto cualquiera”.
 
López dice que puede reactivar esa interlocución. “Podemos plantear diferencias y trabajar conjuntamente desde orillas opuestas. Si así lo hicimos en la administración de Bogotá, ¿por qué no podemos hacerlo en temas de Estado?”.
 
Capacidad de gobierno
 
El regreso de Clara López a la presidencia del Polo Democrático Alternativo fue asumido por los militantes del partido como un auténtico bálsamo.
 
Para ellos, la exalcaldesa de Bogotá es la persona capaz de reunificar las tendencias del partido, de liderar un proyecto alternativo, e incluso, la dirigente de izquierda con posibilidades de gobernar.
 
Por eso, su ‘reasunción’ como presidenta del Polo tuvo matices mesiánicos. El partido destacó que Clara López, en seis meses como alcaldesa, demostró que la izquierda sí tiene con qué gobernar.
 
“Problemas los tienen todas las ciudades, pero Bogotá entre el 2007 y el 2011 redujo las tasas de pobreza del 29% al 12%, y eso no se debe a la seguridad democrática. Se a unas políticas desarrolladas por el Polo desde el 2003”, insiste López.
 
El Polo trabaja para su congreso ideológico, para este semestre. Allí se definirán nuevos estatutos y se llevará a la práctica estas intenciones políticas.