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El presidente Santos inició un proceso para acabar el conflicto. | Foto: Archivo Semana

CONFLICTO

'Pedimos la Palabra' adhiere a la búsqueda de la paz

El grupo de dirigentes, periodistas y académicos saludó la propuesta de diálogo del Gobierno y las FARC, pero advirtió que el proceso necesita un acompañamiento ciudadano.

12 de septiembre de 2012

El grupo de intelectuales, líderes de opinión y políticos que se hace llamar "Pedimos la palabra", se reunió nuevamente este miércoles en el Salón Rodrigo Lara Bonilla del Concejo de Bogotá. Al término del encuentro los asistentes hicieron un pronunciamiento en el que celebraron que el Gobierno y las guerrillas anunciaron un nuevo proceso de diálogo para encontrar salidas al conflicto armado.

"La exigencia fundamental que hacemos a quienes adelantan ese diálogo es que sus conclusiones comprometan a las partes a finalizar el conflicto armado y usar cauces exclusivamente políticos y democráticos para dirimir sus diferencias", dice el comunicado que suscribieron los asistentes.

En la declaración, 'Pedimos la palabra' hace una advertencia que en los últimos días ha sido motivo de preocupación de algunos columnistas y analistas: que el proceso debe estar acompañado de la ciudadanía. "Si los acuerdos para el fin del conflicto armado no se apropian por el conjunto de la ciudadanía, puede no llegarse a ese anhelado fin", se sostiene en la comunicación.

En otra comunicación previa al encuentro estaban confirmados como asistentes: Antonio Navarro, Cecilia López, Claudia López, Iván Marulanda, Ángela María Robledo, Angélica Lozano, Eugenio Marulanda, Salomón Kalmanowitz, Ramiro Bejarano, Hernando Gómez Buendía, León Valencia, Elizabeth Ungar, Alejo Vargas, Gustavo Gallón, Pedro Medellín, María Teresa Garcés, Eduardo Cifuentes, Francisco Leal y Carlos Vicente de Roux, entre otros.

Este es el comunicado.

En buena hora Gobierno y guerrillas decidieron retomar el camino del diálogo. Respaldamos plenamente ese camino y confiamos que las partes sabrán conducirlo y culminarlo con éxito.

La exigencia fundamental que hacemos a quienes adelantan ese diálogo es que sus conclusiones comprometan a las partes a finalizar el conflicto armado y usar cauces exclusivamente políticos y democráticos para dirimir sus diferencias. Creemos indispensable que para la viabilidad de ese proceso de diálogo las partes no incurran en actos atroces de violación a los derechos humanos e infracción al Derecho Internacional Humanitario.

La mayor responsabilidad del Gobierno en ese diálogo es escuchar y representar de manera digna al conjunto de regiones y sectores de la sociedad, no sólo a sus aliados y a los poderosos. Debe representar en especial la perspectiva de los colombianos que más han padecido este conflicto en el país rural, como las mujeres y los niños, los campesinos, los indígenas y los afrodescendientes. Estos sectores no pueden ser solamente víctimas de la violencia, deben ser también protagonistas del diálogo y de la paz.

El conflicto armado deben finalizarlo quienes con armas y violencia se enfrentan, pero la paz debemos construirla entre todos. Como bien afirma nuestra Constitución, “la paz es un derecho y un deber “para todos los colombianos y no meramente la expresión de la voluntad de quienes han empuñado las armas. La paz es el resultado de la construcción conjunta y sostenida de inclusión social, equidad económica y democratización política entre la ciudadanía y sus instituciones. Para poner fin al conflicto armado tienen la palabra sus protagonistas, pero para construir la paz tenemos la palabra todos los colombianos.

Comprometemos nuestro conocimiento, nuestra acción y movilización ciudadana para nutrir tanto el proceso de negociación como el de construcción de la paz. La sociedad desigual y excluyente, y las instituciones precarias e ilegítimas que hoy tenemos, no aseguran una paz duradera. Por eso, nuestros encuentros contribuirán formulando propuestas y alternativas políticas concretas para construir un modelo económico, social y político incluyente y democrático que haga sostenible la paz.

Terminar el conflicto armado es un propósito nacional que debe sujetarse a verdad, justicia y reparación aceptables para las presentes y futuras generaciones. Entendemos que la viabilidad de la negociación exige negociadores específicos, formulas creativas y procedimientos prudentes. Pero el afianzamiento de la paz exige transparencia, representatividad del conjunto de la nación y pleno respaldo ciudadano. Si los acuerdos para el fin del conflicto armado no se apropian por el conjunto de la ciudadanía, puede no llegarse a ese anhelado fin.

Para construir la paz seguiremos pidiendo y ofreciendo la palabra.