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Germán Varón (representante Cambio Radical), Jesús Ignacio García (senador Partido Liberal), Juan Manuel Corzo (P. Conservador - presidente del Congreso), Efraín Cepeda (presidente del Partido Conservador), Juan Lozano (director La U), Juan Carlos Pinzón (ministro de Defensa), Simón Gaviria (presidente de la Cámara y jefe único P. Liberal), Felipe Robledo (viceministro del Interior), Alejandro Char (director Cambio Radical), Lucho Garzón (jefe Partido Verde). | Foto: SIG

UNIDAD NACIONAL

¿Perdió Santos el pulso con la U y los conservadores?

El presidente no consiguió pleno consenso con los partidos mayoritarios sobre el retiro del fuero militar de la reforma a la justicia. Ahora se reunirá con ambas bancadas para tomar la decisión definitiva. Detalles de la Mesa de Unidad Nacional.

15 de marzo de 2012

Los planes de Juan Manuel Santos, en la primera Mesa de Unidad Nacional del año, eran convencer a los cinco partidos políticos que lo respaldan de retirar el artículo sobre el fuero militar de la convulsionada reforma a la justicia. Por eso se preparó con un arsenal de argumentos.

Santos llevó a Manuel José Cepeda y Eduardo Montealegre, exmagistrados de la Corte Constitucional, con el propósito de persuadir a los partidos de que la mejor fórmula para fortalecer el fuero es una reforma constitucional que sólo se ocupe de la justicia penal militar.

Además, se trajo a la Casa de Nariño al comandante de las Fuerzas Armadas, general Alejandro Navas. Él y el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, admitieron que el proyecto que diseñaron los exmagistrados para fortalecer el fuero "no tendría por qué afectar la moral de la tropa".

Los argumentos, principalmente, iban dirigidos a La U (el partido que fundó Santos) y al Conservador (el primero en montarse al tren de la Unidad Nacional). Juntos son la mayoría decisiva en el Congreso. Ambos se han convertido en los mayores defensores de las Fuerzas Armadas. Los dos partidos se oponen a que el fuero militar se retire de la reforma a la justicia. Coinciden en que sería un mensaje equivocado hacia los uniformados.

Todo parecía diseñado para que Juan Manuel Santos, después de la reunión, apareciera en el Salón de Conferencias de la Casa de Nariño para anunciar, junto a los jefes de los partidos políticos, que el fuero militar, definitivamente, sale de la reforma a la justicia y se discutirá en un proyecto separado.

Así pasó antes cuando hubo diferentes posturas en otros temas (ley de víctimas, por ejemplo), pero que Santos supo resolver y lograr pleno consenso.

Pero los minutos se extendieron más de la cuenta. Santos no bajó y el portavoz de la reunión fue el ministro Pinzón, el mismo que el 18 de febrero había sorprendido con el anuncio del retiro del fuero militar de la reforma a la justicia.

Pinzón anunció que sobre el polémico artículo 12 de la reforma a la justicia (fuero militar), la Mesa de la Unidad "determinó que no hay una decisión".

La sensación que dejó el pronunciamiento de Pinzón es que La U y los conservadores consiguieron su propósito, que el artículo no se retirara. ¿Le ganaron el pulso a Santos?

Juan Lozano, presidente de la U, no quiso referirse al asunto con esos términos. Dice que el objetivo que ha defendido su partido "es un fuero militar fuerte, vigoroso y respetuoso frente a los Derechos Humanos. Si se puede hacerlo en la reforma a la justicia, bienvenido. Si se puede hacer en otro proyecto, perfecto. Se va a trabajar en los dos frentes".

Efraín Cepeda, el presidente de los conservadores, tampoco se refirió a la decisión en términos de "victoria". Aclaró que "no hay decisión de retirar o no el fuero", pero sostuvo que "hemos ganado seis meses para fortalecer el fuero, pero hay que revisar mejor, en términos de constitucionalidad, si se puede ajustar en dos reformas constitucionales simultáneas".

El discurso del Gobierno tampoco pretendió advertir un revés en su intención. Por eso, Juan Carlos Pinzón lo primero que anunció fue que "La Mesa de la Unidad Nacional ha acordado apoyar la presentación del acto legislativo que reforma de manera integral y fortalece el fuero militar y la justicia penal militar".

El ministro Pinzón aclaró que un proyecto nuevo sobre el fuero militar (que demoraría al menos un año en cobrar vigencia, cuando los militares lo han reclamado con urgencia) "es una decisión que soldados y policías en Colombia van a entender como un mensaje de apoyo, de respaldo por parte de las fuerzas políticas al trabajo que permanentemente hacen para favorecer la seguridad de los colombianos".

El pulso sigue

Las diferencias no fueron resueltas, y el Gobierno es consciente de que sin el apoyo de La U y del Partido Conservador, el fuero militar no se puede eliminar.

Pero es una decisión que ya asumió el Gobierno, a la que no ha renunciado y que no tendrá reversa. Más aún después del insistente pedido de muchos sectores de eliminar ese artículo de la reforma la justicia, que también tiene la oposición de todo el poder judicial.

Y aunque se pueda advertir como una victoria de La U y los conservadores, hay quien la califica como "victoria pírrica".

Porque el propio ministro de Defensa dijo que frente al artículo que hoy está en trámite "se seguirá trabajando con las bancadas como se venia haciendo" y anunció que "en próximos días el presidente de la república tendrá algunas reuniones con las bancadas para determinar finalmente la forma como este artículo procederá".

Las reuniones que estarán previstas serán con las bancadas de La U y la de los conservadores.

Los nuevos argumentos para convencerlos es que el fuero militar en la reforma a la justicia establece la presunción de que todos los actos son del servicio. Mientras que en el proyecto que radicará Pinzón el viernes se crea una comisión preliminar que trate de definir las competencias de la justicia ordinaria, o la justicia penal militar en las irregularidades en que se pudieran ver envueltos los uniformados.

También está la lectura más suspicaz. Que el partido que fundó Santos y el que primero se subió al bus de la Unidad Nacional estén incomodando al mandatario, y que hayan encontrado con este proyecto el pretexto para hacerlo. En todo caso, el pulso sigue.