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ELECCIONES 2010

¿Por qué se pifiaron las encuestas?

Encuestadoras aducen que prohibición de publicar resultados de estudios de opinión una semana antes de las elecciones, es perniciosa. Candidatos dijeron que “no dieron pie con bola”.

31 de mayo de 2010

Las firmas encuestadoras no atinaron sus pronósticos. Por lo menos, los hechos con una semana de anterioridad a las elecciones. Sin embargo, mantuvieron a la opinión casi que encantada durante la campaña Presidencial.
 
El propio Juan Manuel Santos, de La U, quien obtuvo la mayoría de los votos con sobrada ventaja sobre su contendor Antanas Mockus, del Partido Verde, admitió que no se esperaba el resultado.

“No dieron pie con bola. Ni el resultado de los ganadores ni tampoco la intención de los que pasamos a segunda vuelta”, dijo Germán Vargas Lleras, de Cambio Radical.
En su criterio, si no hubiera sido por la semana previa a la elección, en la que rigió la prohibición de publicar estudios de opinión, las firmas encuestadoras hubieran polarizado aún más el debate.

Gustavo Petro, del Polo, calificó a las encuestadoras de haber conspirado con los grandes grupos económicos para cerrarle el paso a su proyecto democrático.

Los candidatos de Cambio Radical y el Polo aparecían con porcentajes mínimos de votación y, sin embargo, conquistaron más del 9 por ciento de los votos. Además, Santos y Mockus aparecían empatados, y no faltó el encuestador que dijo una semana antes de las elecciones, con sobrada seguridad, que esa tendencia no cambiaría.
Las encuestadoras argumentan que la diferencia entre los resultados de las encuestas y los de las elecciones se debe a que la Ley prohíbe publicar encuestas 10 días antes de los comicios.

Pero, también han sonado voces que piden una reforma legal que ponga en cintura los estudios de opinión, en aras de que sean menos influyentes en las votaciones. Por ejemplo, han sonado propuestas para reglamentar la periodicidad con la que se publican estos estudios y para reglamentar sus metodologías.

Este lunes, los representantes de las principales firmas encuestadoras intentaron explicar qué pasó con los estudios de opinión.

Jorge Londoño, gerente de la firma encuestadora Invamer Gallup, dijo que una encuesta de su empresa se había aproximado a los resultados. Pero, como la Ley de Garantías impide publicaciones de encuestas en la semana previa a las elecciones, no se conocieron los resultados del estudio.

En la encuesta que no se publicó, explicó Londoño, se advirtió un repunte de Vargas Lleras y de Petro. “Infortunadamente, en los últimos diez días no pudimos publicar esas encuestas y no se pudo registrar esas tendencias. En una campaña tan corta, con un voto volátil,… pues dejar de medir la intención de voto en el último trayecto resultó muy costoso para nosotros”, dijo Londoño a la cadena radial Caracol.

El periodista Darío Arizmendi, de esa misma emisora, días antes de la elección, había dicho que era una lástima que no se pudieran publicar encuestas, porque conocía de una que cambiaba radicalmente la tendencia de los resultados. Se refería a la encuesta hecha por Gallup, que no se pudo publicar.

Londoño intentó una explicación. Dijo que “indudablemente el resultado es desconcertante. Es un hecho que la diferencia de 25 puntos difiere mucho de la que reportaban las encuetas que era de 5 puntos. El conjunto de comentarios que hizo Mockus en las últimas dos semanas le costaron mucho y eso se veía en sondeos que hicimos internamente”.

Napoleón Franco, de la firma encuestadora que lleva su nombre adujo que una campaña es muy dinámica, “como una carrera de ciclismo o de caballos que en los últimos 100 metros es donde se define la decisión”, dijo en Caracol Radio.

Advirtió que mientras las encuestadoras no pueden publicar sus estudios una semana antes, la campaña publicitaria, los debates, la maquinaria política y el trabajo de campo siguen trabajando, lo cual puede cambiar los resultados a última hora.

No obstante, Franco reconoció que las muestras tomadas para los estudios pueden no ser lo suficientemente representativas. Puso como ejemplos, que las encuestadoras no toman en cuenta el voto en el extranjero o en departamentos apartados.

Al final, Franco le pidió al Consejo Nacional Electoral que reconsidere la posibilidad de permitir que se puedan hacer encuestas hasta un día antes de la elección.

“Si un médico está haciendo seguimiento aun paciente y se le daña el escáner o se retira de la investigación, al final, no se puede saber por qué se salvó o por qué murió”, explicó.

Como solución, Londoño sugirió hacer lo mismo y calificó de “pernicioso el hecho de que, en una campaña tan dinámica, no se pueda publicar una encuesta una semana antes de la elección”.

César Valderrama, gerente del Opinómetro Datexco destacó que la firma que representa hizo estudios de opinión que registraron resultados muy cercanos al final. “Nosotros tuvimos la fortuna de seguir midiendo la tendencia”, dijo.

Sin embargo, explicó que los estudios de opinión hechos por Datexco en la última semana, fueron contratados por una campaña a la cual la firma debe confidencialidad. “Estamos esperando que nos autoricen para publicar esos resultados”, indicó.

En su criterio, lo que demostraron los resultados es que las encuestas “aciertan y no sesgan a la población”, dijo Valderrama.

No obstante, la diferencia entre los clasificados a la segunda vuelta fue de 3 millones de votos entre un candidato y otro; una diferencia de 25 puntos porcentuales. Y a la hora de analizar qué fue lo que pasó, no es fácil explicar cómo cambió la tendencia en una semana.