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Cancilleres María Ángela Holguín, de Colombia, y Ricardo Patiño, de Ecuador.

RELACIONES EXTERIORES

Refugiados: un asunto pendiente entre Colombia y Ecuador

En la agenda temática para el restablecimiento pleno de las relaciones entre los dos países hay un problema que, si bien no hace parte de los asuntos sensibles, es clave: los refugiados. ¿Cuál es su situación?

Cesar Paredes, periodista de Semana.com
18 de noviembre de 2010

El ministro de Seguridad de Ecuador, Miguel Carvajal, calificó como una “apertura” la decisión del gobierno de Colombia de sentarse a hablar del drama humanitario que viven los colombianos que huyeron a ese país.
 
En el encuentro de delegaciones diplomáticas de los dos países, celebrado este jueves, este fue el cuarto tema que abordaron los cancilleres María Ángela Holguín, de Colombia, y Ricardo Patiño, de Ecuador.

El canciller de Ecuador afirmó en una rueda de prensa conjunta, al término del encuentro, en Quito, que “los requisitos” que su gobierno había planteado a Colombia sobre los últimos asuntos pendientes “han sido atendidos”.

Tanto Patiño como su par colombiana, María Ángela Holguín, no quisieron aventurar cuándo los dos países podrían restablecer plenamente sus vínculos diplomáticos.

Lo importante, según Holguín, es que se están dando “muestras de confianza” entre ambos países y “pasos firmes en la relación”.

Al respecto de los refugiados, Holguín dijo que ambos países establecerán “una ruta” para tratar el problema, con ayuda de la ONU, y Patiño afirmó que la comisión encargada de este tema considera el reasentamiento de algunos de ellos en terceros países.

La difícil situación

Los refugiados son personas que pasan la frontera de un país a otro buscando protección porque consideran que su integridad física está en peligro. Una de las principales razones por las que los colombianos han huido hacia Ecuador es el conflicto armado. La confrontación entre el Ejército y los grupos ilegales en la frontera ha obligado a muchas familias a salir de su territorio. Según ACNUR, en un mes 1.000 personas ingresan al Ecuador.

Los refugiados están dispersos en todo el territorio ecuatoriano. No obstante, la mayoría (el 60 por ciento) prefiere asentarse en las zonas urbanas, engrosando los cordones de miseria.

Debido a los costos, el impacto social, entre otros, el gobierno ecuatoriano le ha pedido al colombiano que asuma la “corresponsabilidad” del problema.

Ecuador es el mayor receptor de refugiados colombianos y es el séptimo país en el mundo con mayor cantidad de personas con ese estatus. Desde el 2000, personas de varias regiones de Colombia comenzaron a pasar la frontera en busca de un mejor futuro. En ese entonces, el gobierno ecuatoriano había reconocido 390 personas como refugiadas.

En marzo del 2009, el número de registrados era 27.000, pero tras la decisión del gobierno ecuatoriano de ampliar la cifra y facilitar el acceso de los colombianos a la Visa de refugiado, el número de registros aumentó a 53.000.

Según cifras de la oficina de la ONU para los refugiados (ACNUR), cerca de 135.000 colombianos han declarado que requieren protección del Estado. Es decir, que el número de refugiados podría ser mucho mayor del que se ha reconocido.

La decisión del gobierno de Rafael Correa de registrar a los refugiados hace parte de un esfuerzo institucional de ese país por darles garantías a los migrantes. En la Constitución del 2008, ese país incluyó conceptos como la “ciudadanía universal”, cuyo propósito apunta a borrar las fronteras. Otro concepto que también hace parte del espíritu de esa Constitución es el de “movilidad humana”. Éste reconoce los derechos de las personas independientemente de su origen.

Según el director General de Refugiados de Ecuador (oficina adscrita a la Cancillería), Alfonso Morales, a ese país le cuesta 40 millones de dólares al año la atención a la población refugiada.

Sin embargo, el restablecimiento pleno de los derechos de quienes atraviesan la frontera todavía está lejos de cumplirse, pues tienen dificultades para el acceso a un trabajo, educación, vivienda. Además, la política de “movilidad humana” que se propone incluir mecanismos institucionales para el restablecimiento de los derechos de los refugiados está en ciernes.

Una de las propuestas del gobierno de Juan Manuel Santos para ayudar a resolver el problema es la “repatriación”, consistente en ayudar a devolver a los colombianos a su país.

No obstante, según una investigación hecha por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), de Ecuador, un alto porcentaje de colombianos que se fueron para el país vecino, el 84 por ciento, no desea regresar a Colombia. La investigación, aún no publicada, se hizo con base en encuestas a 1.200 personas que emigraron por razones de seguridad y que habitan en Guayaquil y Quito. La razón por la cual no desean volver es que consideran que no tienen condiciones de vida para hacerlo.

El director de la organización Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES), Jorge Rojas, advirtió que los refugiados no están incluidos en el universo de la ley de víctimas propuesta por el Gobierno. “¿En qué condiciones pueden volver a Colombia?”, se preguntó. El interrogante sigue abierto, pues la comisión encargada de examinar la situación de los refugiados apenas comenzó su trabajo hace unas semanas.

Por su parte, Morales insistió en que la condición de refugiado la otorga el gobierno de Ecuador sin la intención de devolver a los colombianos a su país de origen. “La repatriación sólo puede ser voluntaria”, dijo.

La otra alternativa de los colombianos en Ecuador es rehacer su vida en ese país. Sin embargo, garantizar sus derechos plenos no es tarea fácil. Menos, cuando una minoría de colombianos que ha llegado a Ecuador ha sido sorprendida en la comisión de delitos, y “el manejo irresponsable de la prensa en esos casos”, según señaló Dimitri Barreto, editor de la sección judicial del diario El Comercio, atiza la xenofobia.