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El presidente Santos en una reunión de su gabinete con los líderes de la Mesa de Unidad Nacional. | Foto: SIG

GOBIERNO

Santos sacude su gabinete

Todos esperan los ajustes que el presidente Santos hará en el gabinete ministerial, una decisión con la que arranca el segundo tiempo de su gobierno. ¿Cómo están representados los partidos de la coalición y cuáles podrían ser los nuevos actores?

23 de agosto de 2012

La decisión del presidente Juan Manuel Santos de pedir la renuncia protocolaria a todo su gabinete ha provocado la reacción de diversos sectores que desde ya hacen cábalas sobre el futuro de los miembros del gabinete. Por eso vale la pena estudiar la conformación partidista del equipo de gobierno de Santos. Aún más cuando una crítica general es que en estos primeros dos años de gobierno el primer mandatario se rodeó de técnicos que no representaban ni a las regiones ni a los partidos. "Necesitamos ministros con menos Louis Vuitton y con más botas pantaneras", dijo en los días previos al 20 de julio el presidente del senado, Roy Barreras.
 
Este es el caso del partido de la U. Nominalmente, los ministros del interior, Federico Renjifo; de Defensa, Juan Carlos Pinzón; de Educación, Maria Fernanda Campo, y de Transporte, Miguel Peñaloza, pertenecen al partido de gobierno, pero los senadores y representantes dicen no sentirse representados por ellos.

Tal vez el más cercano al partido, ya que militó y trabajó en él, es el ministro de Comercio Exterior, Sergio Díaz Granados, quien cuenta con buena relación con la bancada de La U. Hay otros ministros que no representan a ningún partido como la ministra de Cultura, Mariana Garcés; la ministra de Salud, Beatriz Londoño, y el ministro de Ambiente, Frank Pearl.
 
Dos partidos sí tienen ministros representativos. Se trata de Germán Vargas Lleras, ministro de Vivienda y líder natural de Cambio Radical, y el ministro de Trabajo, Rafael Pardo, quien se desempeñó como líder del partido Liberal hasta aceptar la designación.
 
Y aunque en el papel existen otros tres ministros de trapo rojo, el ministro de las TIC, Diego Molano; la ministra de Justicia, Ruth Stella Correa, y la canciller, María Ángela Holguín, en realidad ellos no pertenecen a ningún partido. El primero es el más técnico y el más alejado del ajedrez partidista, mientras la segunda es considerada propia por las cortes, no por el Partido Liberal. La canciller, aunque hizo parte del gobierno de Ernesto Samper y es cercana al liberalismo, es más reconocida por su seriedad y su independencia que por su afiliación a cualquier casa partidista.
 
Y aunque el 7 de agosto el jefe de los conservadores, Efraín Cepeda, fue enfático en pedir un remezón ministerial, este partido es uno de los que más ministros tienen en el gabinete santista. Se trata de Juan Carlos Echeverry, quien maneja la chequera; Mauricio Cárdenas, encargado de la locomotora minera, y Juan Camilo Restrepo, el ministro de Agricultura.
 
Pero ahora cuando Santos analiza cómo reacomodará su gabinete, surge un nuevo actor en este ajedrez político: el Partido Verde. Para nadie era un secreto que esta colectividad era la única que, a pesar de respaldar la gestión del presidente y ser parte de la mesa de Unidad Nacional, no tenía representación en el gobierno Santos. Aunque Lucho Garzón, el presidente de las toldas verdes, repitió una y otra vez que hacían parte de la unidad nacional porque querían, no porque les pagaran, analistas y expertos sí esperaban que los verdes entraran en forma a la Unidad Nacional.
 
Este miércoles, con la posesión de Luis Eladio Pérez como embajador en Perú, se cumplió la primera cuota de los verdes. Aunque se rumoraba que Garzón sería el primer representante de los verdes, que Peñalosa sería ministro y que estaban detrás de Colciencias, lo cierto es que los verdes se estrenan con esta oficina diplomática. En la posesión, Santos le dijo a la colectividad: “Gracias por prestárnoslo; por prestárnoslo porque creo que hará una embajada de lujo”. Sin embargo, fuentes cercanas al presidente y al Partido Verde creen que apenas es una cuota inicial y que en los próximos días habrá más anuncios sobre la cada vez más estrecha relación entre el partido —rival en las pasadas elecciones— y el Gobierno. Habrá que esperar si los verdes están en las cuentas del mandatario en esta reestructuración del gabinete.
 
El presidente ya ‘pateó el tablero’ y dejó en claro que él tiene las riendas de su gobierno. "Él hace los cambios cuando el quiere, no cuando lo presionan", dijo a Semana.com un asesor presidencial. Hoy día nadie tiene su puesto asegurado y es cuestión de horas antes de que los partidos empiecen a mandar hojas de vida. ¿A quién cambiará? ¿Aprovechará el momento para asegurar ministros menos técnicos y más políticos? ¿Cambiará a su gabiente en torno a la paz? ¿En torno a la reelección? ¿Asegurará más ejecución y menos planeación? 
 
Santos sorprendió y aún falta lo mejor: los nuevos nombramientos.