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Sarita Ruiz conoce y ha hecho suya la cultura afrocolombiana. Sus raíces están en el Valle del Cauca y en su bisabuelo que era de color.

POLÍTICA

Una joven con la mirada afro al estilo Obama

25 de noviembre de 2008

“Cuando ganó Barack Obama hicimos fiesta”, cuenta Sarita Ruíz, una trigueña de 18 años de edad que celebró con su organización Coprodeca (Corporación para el desarrollo afrocolombiano) la victoria del primer presidente negro de Estados Unidos. Ella también fue elegida para representar a los jóvenes negros de su localidad, Barrios Unidos.

Aunque por las apariencias Sarita no parece tener mucha relación con la comunidad afrodescendiente. “En la capacitación para los candidatos a los Consejos Locales de Juventud (CLJ) se me acercó un joven afro y me preguntó que por qué yo pertenecía a una organización de afrocolombianos si yo no era negra como él”, recuerda. Respondió que la gente afrocolombiana no es necesariamente la negra, sino la que se identifica con sus costumbres, su música y su historia.

“Lo que voy a lograr es que se haga el Día Afrocolombiano porque aquí, en mi localidad, la gente raizal no es tan fuerte como quisiera”. En otras localidades, donde también Coprodeca obtuvo curules del CLJ, los jóvenes afro trabajarán por esta idea.

Y puede que lo consiga. En el 2005, la segunda vez que se eligieron Consejos, Sarita se convirtió en la consejera más joven, a los 14 años. También llegó a ser la copresidenta del Consejo Distrital de Juventud, el máximo órgano de voz y voto de los jóvenes en la capital del país. Y ahora está estudiando Gobierno y Relaciones Internacionales.

“Como son espacios de participación allí están los grandes partidos políticos, cada uno con sus intereses. Ya no es tanto compartir con los ‘independientes’, pues cada uno tiene su afinidad política... y eso está bien. El problema surge cuando los consejeros quieren decidir con los criterios de sus partidos por encima de las necesidades reales de los jóvenes”, explica Sarita. Incluso muchas organizaciones sociales de jóvenes no participan en los CLJ porque ven allí a un grupito de politiqueros.

Por eso esta afrocolombiana de corazón pide lo que, en contraste, ni el Congreso colombiano practica: convivencia política. “Con razón los jóvenes que vienen, se aburren y se van. No encuentran espacios chéveres ni serios”.