En el mundo hay 60 millones de suscriptores de servicios de música en ‘streaming’. Apple Music se suma a la creciente oferta de servicios de música y radio sobre internet, en donde están presentes también Google, Deezer y Spotify, entre muchos otros.

LANZAMIENTO

La batalla por la música

La aparición de Apple Music pone foco sobre el ‘streaming’, la última revolución de los negocios en internet.

Álvaro Montes
4 de julio de 2015

Apple puso en marcha su operación streaming. Tan interesante es el futuro de este negocio que Apple, famosa por su vocación innovadora, se pegó sin más a la tendencia, imitando en casi todo a sus rivales. Porque Spotify, Deezer, Pandora, Napster, JazzRadio y otros llevan un buen trecho recorrido en la entrega de música bajo la modalidad tecnológica del streaming (escuchar sin descargar) y lograron lo que parecía imposible: forzar el segundo cambio en menos de diez años en el modelo de negocio de la industria musical. Las ventas de discos en físico están condenadas a la extinción, y la revolucionaria venta en línea de canciones a menos de un dólar, con la que el mismo Apple oxigenó la escena una década atrás, también parece no ser suficiente. La gente quiere escuchar toda la música del mundo más barato aún, y para eso vino el streaming. Por una tarifa plana promedio de entre 8 y 10 dólares al mes se puede disfrutar en buena calidad de un repertorio de entre 30 y 35 millones de canciones. Eso para los que quieran pagar, porque los que no, pueden hacerlo gratis, con limitaciones en cuanto a calidad del sonido y número de dispositivos en donde lo pueden hacer.

Apple, naturalmente, ha puesto un cierto toque diferencial: aparte de los 35 millones de archivos disponibles, ofrece una estación de radio programada por humanos –y muy famosos– como el DJ Zane Lowe, quien fue tentado para abandonar su puesto en BBC y transmite ahora en vivo a través de la estación Beats 1 de Apple Music. En realidad la idea fue copiada de JazzRadio, un servicio de streaming especializado en todos los géneros del jazz, en donde el experto Jimmy King hace lo mismo desde hace varios años.

A diferencia de otros negocios en los que la irrupción de Apple amenaza a los rivales, las cosas en el mundo del

streaming son diferentes, porque el mercado potencial es enorme. Cifras muy frescas de la industria revelan que hay 60 millones de usuarios de pago de todos los servicios de streaming, lo que significa una penetración apenas minúscula en relación con los 2 billones de usuarios de la telefonía móvil. Colombia es un país muy activo y ocupa el puesto 27 en ingresos digitales, con 19,8 millones de dólares anuales en ventas de música en línea (la cifra incluye ventas de canciones en iTunes y suscripciones de pago en Deezer y Spotify) y esa suma constituye el 62 por ciento de las ventas totales de música en Colombia. Es decir, aquí ya se vende más música en línea que en físico. Los CD representan el 25 por ciento de la torta (7,9 millones de dólares el año pasado) y los derechos de reproducción pública el 13 por ciento restante. Deezer es el más popular, gracias a su alianza con el operador móvil Tigo, y es el que más ingresos genera para los músicos colombianos.

De seguro le irá bien a Apple con su servicio de streaming, por las fortalezas del rico catálogo disponible en iTunes, sus alianzas estratégicas con los más grandes de la industria musical y la fuerza de la marca. Apple Music se integra dentro de la aplicación iTunes y los primeros tres meses son gratis. Como desventajas imposibles de ignorar, Apple no ofrece servicio gratuito permanente como sí lo hacen los demás competidores, y en el mundo el sistema operativo Android es el dominante, con el 80 por ciento de presencia en esos dos billones de teléfonos móviles.

El año pasado, otro gigante poderoso, Google, se animó a ingresar al negocio de la música en streaming, que bautizó Play Música. Pero no obstante la llegada de los duros de la industria, los pequeños que se inventaron el modelo continuaron creciendo sin parar. De hecho, el mismo día que Apple inauguró su servicio, Spotify cosechaba una nueva ronda de inversión por 526 millones de dólares y confirmaba su cifra de 20 millones de usuarios de pago en el mundo. Cada tres segundos hay un nuevo suscriptor a la música en internet. Sin duda, es un negocio con futuro.