Steve Jobs presentó el iPhone en Cupertino, California. Sería una de sus apuestas más exitosas. | Foto: Getty Images

TECNOLOGÍA

iPhone: una larga revolución

Convertido en ícono de la industria, el teléfono de Apple celebra una década encabezando la era de la movilidad con 1.000 millones de unidades vendidas. ¿Hasta cuándo durará el éxito?

Álvaro Montes
14 de enero de 2017

Steve Jobs es recordado por varias cosas: por el computador Mac, por el iPod, por los estudios Pixar, por el exagerado culto tejido alrededor de su figura de visionario y por sus buzos negros con cuello tortuga. Pero de todas las innovaciones en las que estuvo involucrado ninguna alcanzó mayor éxito que el teléfono inteligente iPhone, que en 2017 cumple una década sacudiendo los mercados de la comunicación móvil.

Como en la mayoría de sus grandes logros, Apple no fue el primero en llegar, pero sí el primero en hacerlo de un modo extraordinario. La categoría smartphones existía antes que naciera el iPhone. Entre 2003 y 2006 la desaparecida compañía Palm vendió montones de teléfonos Treo, los grandes innovadores en su época en la idea pionera de fundir el celular con el computador. Y antes de Palm lo había hecho BlackBerry. Y la historia se remonta más atrás. Nokia creó su primer Communicator en 1996, y en 1992 apareció el primer teléfono inteligente de la historia, el Simon de IBM. Todos con pantalla táctil, teclado físico, un lápiz o una rueda para interactuar con el dispositivo, y todos orientados al mundo corporativo. Diseñados pensando en conquistar el gusto de ejecutivos importantes y bien pagados que podían hacer sus tareas de oficina desde estos lujosos artefactos.

Pero fue la obsesión de Steve Jobs por lograr un diseño que conquistara a masas enteras, la que permitió la salida al mercado, en junio de 2007, del primer iPhone, el teléfono que redefinió la categoría de los smartphones. Sin lápiz, sin teclado, con una pantalla que ocupaba casi todo el tamaño del dispositivo, explotando de un modo realmente nuevo la experiencia táctil mediante el uso de los dedos, y con un sistema operativo que marcaba la diferencia, fácil de usar y de apariencia agradable, el teléfono de Apple resultó una revolucionaria innovación. No se diseñó pensando en aburridas tareas de oficina (aunque podía hacerlas también), ni pretendía imitar a un computador, sino que guardaba la apariencia del reproductor de música iPod, la estrella de la casa Apple por esos días. Todos los teléfonos inteligentes a partir de allí imitarían el diseño del iPhone.

La llegada de Apple a la telefonía móvil parecía una cruzada quijotesca. En 2007 reinaba Nokia en el negocio global de los teléfonos móviles con una producción de 300 millones de dispositivos al año, pero los ejecutivos de Nokia subestimaban la categoría smartphones y se enfocaban en teléfonos corrientes, de los que servían solo para hablar. En el nicho de los smartphones el líder indiscutible era BlackBerry. Diez años después, los teléfonos Nokia desparecieron y los BlackBerry agonizan.

La tienda de aplicaciones App Store, creada un año después, contribuyó a la popularización del teléfono. Apple dio a conocer la semana pasada la sorprendente cifra de 20.000 millones de dólares en ingresos para los desarrolladores de apps para iPhone, iPad y computadores Mac, tan solo en 2016. Ese enfoque de ecosistema, con teléfono, tienda de apps, integración con el computador y un sistema operativo igual en todos los dispositivos, permitió el éxito de la estrategia de Jobs.

Hay distancias, por supuesto, entre ese primer iPhone de 3,5 pulgadas y cámara de 2 megapixeles que no grababa video, al que no se le podían agregar nuevas aplicaciones sino solo las que venían de fábrica, y el iPhone 7 Plus recién aparecido a finales del año pasado, con 5,5 pulgadas, muy orientado a la calidad fotográfica, con dos cámaras traseras de 12 megapixeles que introducen el gran angular y el teleobjetivo por primera vez en estos dispositivos, y con el sistema operativo iOS 10, la verdadera receta mágica de su triunfo. El iPhone de hoy dispone de GPS y el asistente Siri, graba videos en HD y viene en colores dorado, rosa y blanco. Hasta en eso hay que admitir que Apple impuso la moda.

El contexto de negocio es diferente también. Hoy rivaliza con la poderosa industria asiática, con Samsung por encima en ventas totales y con Huawei respirándole en la nuca. Los medios especializados discuten si llegó la hora de una reinvención del popular iPhone, pues ya son muchos modelos con apariencia similar y ha crecido tanto la capacidad innovadora de la competencia, que ahora el iPhone copia rasgos de sus rivales. Se cuestiona su alto precio, es evidente que a la compañía le cuesta mantener sus niveles de ventas, y ya no hay filas desde la víspera del lanzamiento para adquirir el primer dispositivo. Pero el iPhone permanece como el teléfono más emblemático de la era móvil, del que se han vendido más de 1.000 millones de unidades.

Apple patentó hace poco un diseño de dispositivo cuya pantalla ocupa la totalidad del área, lo que dio piso al rumor de que el próximo iPhone no tendrá botón de inicio físico. Es todo cuanto puede adelantarse acerca de la siguiente generación. Apple jamás deja ver sus planes, así que cualquier cosa que se diga acerca de la siguiente versión será especulativa, pero una marca ya logró este producto: es el éxito más notable de la cultura tecnológica creada por Steve Jobs. 

Lo que se dijo del primer Iphone

En 2007 se inventaron varias cosas disruptivas, como el automóvil impulsado por energía solar, el vestido sensible a los cambios de ánimo de las personas, la pantalla flexible y un nuevo tipo de cohete liviano creado por la Nasa; pero la revista Time eligió al iPhone como el invento del año.
Pero hubo también mucho escepticismo. La mayoría de observadores dudaban de que un fabricante de computadores fuese capaz de imponerse en el mundo de la telefonía móvil.

“Un aparato no muy bueno para enviar ‘e-mails’”. Steve Ballmer, CEO de Microsoft.

“Hemos aprendido y luchado por algunos años aquí sobre cómo hacer un teléfono decente. Los chicos de computadores no van a entender esto. No van a entrar”. Ed Colligan, CEO de Palm.

“El iPhone no es más que un adorno de lujo que tan solo atraerá a unos pocos fanáticos de los ‘gadgets’” (artículo en Bloomberg).

“Apple ha atraído mucha atención, pero sigue siendo un fabricante de nicho”. Anssi Vanjoki, directivo de Nokia.

“El iPhone nos hizo ver anticuados”. Chris DeSalvo, ingeniero de Google.

“¿Cómo han hecho eso? ¿Metieron una Mac en esa cosa?”. Mike Kazaridis, CEO de BlackBerry.