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TELECOMUNICACIONES

Argentina lanza su primer satélite propio

El artefacto es íntegramente diseñado y fabricado en el país austral, convirtiéndolo en el primero de América Latina con soberanía satelital.

17 de octubre de 2014

El ARSAT-1, cuya construcción demandó siete años y una inversión por 250 millones de dólares, fue ensamblado a un cohete lanzado desde la plataforma de la empresa francesa Arieanespace en la Guayana Francesa.

"Fue muy conmocionante desde mi despacho ver esa masa de fuego, que va para arriba, de progreso. Somos el primer país latinoamericano capaz de producir totalmente un satélite geoestacionario de telecomunicaciones", dijo la presidenta Cristina Fernández en un mensaje al país por cadena nacional.

Una vez que se ubique a unos 36.000 kilómetros (22.000 millas) de la Tierra en una de las dos posiciones orbitales que le corresponden a Argentina, de acuerdo a la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el satélite estará en condiciones de brindar servicios de internet y telefonía celular, además de transmitir señales de televisión y contenidos para todo el territorio argentino y sus vecinos Uruguay, Chile y Paraguay durante 15 años.

"A través de este satélite vamos a entrar al club selectivo de países con satélites de comunicaciones propios. Este es un primer satélite de una serie de tres que van a ocupar las posiciones orbitales que tiene Argentina y poder tener una independencia en el uso de las comunicaciones", dijo a la AP Héctor Otheguy, gerente general de la empresa INVAP, la responsable del diseño y construcción del ARSAT-1.

Estados Unidos, Rusia, China, miembros de la Unión Europea que trabajan en conjunto, India, Israel, Japón y ahora Argentina son las naciones con capacidad de fabricar satélites de estas características.

Unos 500 científicos y técnicos argentinos trabajaron en el desarrollo del proyecto en la planta de INVAP en Bariloche, en la Patagonia, donde ya está en fase de ensayos el ARSAT-2, cuyo lanzamiento está previsto para mediados de 2015 y que dará cobertura a toda América Latina.

A partir de este acontecimiento científico, Argentina "se propone exportar estos conocimientos y construir satélites para otros países", destacó Otheguy.

Hasta ahora, Argentina debía alquilar satélites para acceder a los servicios que brindará ARSAT-1 y para no perder las posiciones orbitales otorgadas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones.

La presidenta aprovechó la ocasión para lanzar una crítica a los fondos inversores estadounidenses, apodados "fondos buitres", que demandaron al país en una corte de Nueva York por los bonos impagos desde el default de su deuda, en el 2001.

"En tiempos donde los fondos buitres con alas negras nos quieren embargar el presente e hipotecar la vida de millones de argentinos... les decimos que las alas del ARSAT están desplegadas, están desplegadas las alas de Argentina. Son las alas blancas de progreso, de la ciencia, tecnología, de libertad e igualdad. Las alas de la patria", afirmó.

La nueva cobertura satelital tendrá también un impacto social puesto que garantizará servicios de telecomunicaciones a zonas poco pobladas del territorio argentino y por lo tanto de baja rentabilidad para los operadores privados de cable e internet.

ARSAT-1 pesa tres toneladas y mide 3,9 metros de alto y 16,4 metros de largo.