Los colombianos tienen más acceso a teléfonos inteligentes

A mediados del 2014, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) quiso dinamizar el mercado de telefonía móvil e implementó la eliminación de las cláusulas de permanencia. Generalmente los usuarios firmaban contratos por diferentes períodos de tiempo con los operadores para incluir en la misma factura los servicios de voz y datos con el costo del teléfono que adquirían.

La medida de la CRC fue tomada como una liberación para los usuarios. Esto, porque una vez se firmaba el contrato, la persona quedaba ‘amarrada’ al operador por el tiempo pactado. Tan amarrado, que así el usuario reportara fallas en el servicio o simplemente se aburriera del operador, debía esperar un tiempo o pagar una suma considerable por liberar su contrato. En su momento, la medida generó cierta controversia.

La CRC quiso promover la competencia entre los operadores y sobre todo beneficiar a los usuarios que se cansaban con las fallas recurrentes de algunos de ellos. En los primeros meses hubo un choque con la eliminación de las cláusulas y los fabricantes reportaron menores ventas de equipos a los operadores.

Todo porque sin las cláusulas de permanencia los teléfonos denominados de gama alta se comenzaron a vender por los precios del mercado, lo cual generó que los interesados sintieran un incremento significativo en los costos de los equipos, pues ya no estaban subsidiados. A las pocas semanas se normalizó el negocio y salieron a flote ofertas de teléfonos de los operadores.

Pero las cosas funcionaron. De acuerdo con la CRC, entre el 2013 y el 2014 la venta de teléfonos inteligentes creció en 9,1 %. La entidad también reveló que hubo una reducción del 55 % en el promedio de las tarifas de internet durante el 2014.

El estudio también revela que a diciembre de ese mismo año se presentó una mayor oferta de equipos, un aumento en la venta de celulares libres, diversidad de planes ajustados al perfil de los usuarios y variedad en las formas de financiación. Además, permitió la entrada de grandes superficies, comercializadores autorizados, almacenes de cadena, tiendas de los fabricantes y páginas de internet. Es decir, el mercado se ajustó a las normas en beneficio de los usuarios.

“La medida generó una reorganización del mercado. Así, los usuarios empezaron a ver en el mercado smartphones (celulares inteligentes) de gama media y baja con tecnologías 3G y 4G LTE y con óptimas características técnicas, cuyos precios están por debajo de 200 dólares”, explicó Juan Manuel Wilches.

Es cierto que los consumidores comenzaron a recibir diferentes opciones de financiación por parte de los operadores tanto para adquirir los equipos como para cambiar los planes. Los operadores tuvieron que presentar planes con 0 % de interés, pagos con tarjetas de crédito o tarjetas propias de las grandes superficies. También se realizaron alianzas con bancos y recompra de equipo móvil, entre otros.

La disposición también llevó a que los operadores ofrecieran planes de acuerdo con el perfil de consumo (tasación por segundos, más minutos, más mensajes de texto y capacidad de navegación, entre otros). Esto llevó a un decrecimiento en las tarifas de voz móvil, que por minuto se redujeron en cerca del 6 % (pasaron de $72 en el 2013 a $68 en el 2014 en el cuarto trimestre), mientras que las de internet móvil por GB disminuyeron en 55 % (pasaron de $37.000 a $24.000 en el cuarto trimestre).

Otro aspecto positivo que tuvo esta regulación es que los usuarios hicieron más uso del derecho a la portabilidad numérica (cambiarse de operador conservando la misma línea telefónica móvil). Las portaciones aumentaron 65 % entre el cuarto trimestre del 2013 y el mismo período del 2014, mientras que entre el cuarto trimestre del 2012 y el 2013 el incremento había sido del 39,8 %.