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MOVILIDAD

¿Cómo vencieron los taxistas españoles a Uber?

Durante todo el 2015, taxistas de Madrid y Barcelona desplegaron toda una estrategia para que carros particulares no prestaran servicios de movilidad. Semana.com habló con agremiados.

21 de febrero de 2016

Tan pronto oyen la palabra Uber, un grupo de taxistas apostados a las afueras del estadio Santiago Bernabeu se aglomeran para hablar de “esa plataforma maldita”, como ellos la califican. Aunque solicitan no ser grabados, no rehúyen a la conversación. Los siete conductores coinciden en que sólo ganaron una batalla, pero están lejos de ganar la guerra.

Se refieren a la importante victoria que obtuvieron a mediados del 2015, cuando el Ministerio de Fomento calificó tajantemente de ilegal a Uber. Sin embargo, la noticia por estos días es la ‘resurrección’ de la plataforma.

Los estadounidenses llegaron con su modalidad no regulada para trabajar por toda la ciudad, lo que en Colombia es conocido como UberX. Este modelo fue rechazado por las autoridades españolas, tanto así, que tuvieron que anunciar su salida temporal del mercado.

La victoria de los taxistas, aunque importante, fue efímera. Según anunció el Carles Lloret, director general de Uber para el Sur de Europa, en una entrevista con El País, en el primer trimestre del 2016 tienen previsto volver a operar en esa ciudad. “Se trata de UberX, una evolución de la app original que en lugar de usar conductores particulares, sólo va dirigido a personas o empresas que dispongan de licencias de vehículos con conductor, lo que en Colombia conocemos como el servicio tradicional de Uber”, reseña la nota.

El anuncio encendió la furia de los taxistas españoles. En diálogo con Semana.com, Carlos Martínez, conductor de taxis con más de 30 años de experiencia, expresó que “la aplicación promueve una competencia desleal porque los conductores no pagan los mismos impuestos que ellos”.

De acuerdo con cifras entregadas por el gremio, una licencia de rodamiento (el cupo en Colombia) cuesta 120.000 euros, lo que vendrían siendo casi 448 millones de pesos. Eso sin contar los impuestos anuales que deben pagar para poder salir a trabajar. En promedio, a un taxista en Madrid, cada mes de trabajo le representa 700 euros sólo en impuestos.

Antonio de la Cuesta, taxista de Barcelona, aseguró que diariamente puede obtener 200 euros, pero debe destinar100 a mantenimiento y 40 a impuestos. “Después de 16 horas de trabajo gano 60 euros y si la competencia es dura, apenas hago 20”, afirma.

Ante el anuncio de la reactivación de la plataforma, los taxistas entrevistados aseguraron que no van a permitir que Uber se quede en Europa. En los últimos días, se registró una multitudinaria protesta que paralizó París. Taxistas de Madrid, Barcelona y la ciudad luz se manifestaron para avisar que no van a dar ni un paso atrás en la guerra que tienen contra los americanos.

Victoria

Pero ¿cómo hicieron los taxistas de Madrid y Barcelona para vencer una vez a Uber? “Tuvimos que mejorar el servicio y perseguir sin cuartel a los piratas”, informó Xavier Altahona, taxista madrileño.

Básicamente la estrategia de los agremiados fue dividida en dos: volver a enamorar a los usuarios y “cazar ilegales”. Se trató de una antigua versión de la zanahoria y el garrote.

Los taxistas consultados expresaron que durante el 2013 y el 2014 dedicaron sus esfuerzos a identificar a conductores que prestaban el servicio, para enfrentarlos. “En Madrid les tendíamos trampas, los encerrábamos y esperábamos a que llegara la Policía”, explicó Altahona.

En Barcelona el asunto no fue tan tranquilo. Los taxistas destruyeron al menos un centenar de carros particulares que prestaban el servicio. “Los perseguíamos hasta la casa y dañábamos sus coches”, afirmó sin pudor de la Cuesta.

Para completar el cuadro, los taxistas en España lograron que las autoridades impusieran multas hasta de 200.000 euros a los conductores que trabajaran con Uber, y los usuarios también eran sancionados con cargos que pueden llegar hasta 500 euros.

En España, la batalla por los usuarios no tiene que ver con la calidad del servicio. Los taxis, tanto en Madrid como en Barcelona, son de lujo y los taxistas son un gremio seguro y profesional. La disputa es por los precios y sobre todo, por los impuestos.

Aunque taxistas y Uber han librado varias batallas, lo cierto es que la guerra final está por comenzar en el primer trimestre de este año.