En el 2015, la dependencia al carro y la moto aumentó en 6 puntos porcentuales. Pasó del 13 % (2014) al 19 % (2015). | Foto: Archivo particular / Eltijuanense.com

MOVILIDAD

Uber Pool: reto para ciudades y legisladores

Esta plataforma plantea un reto para las autoridades colombianas con su modalidad de ‘car sharing’ que se tomó las grandes urbes del mundo. ¿Qué hacer?

20 de junio de 2016

La disyuntiva para las autoridades colombianas es muy compleja. En casi todos los planes de desarrollo de las grandes ciudades de Colombia existe un apartado para mejorar la movilidad y reducir los índices de contaminación. Uber planteó la solución de compartir el carro pagando una cuota, alternativa que obligaría a los reguladores a cambiar la posición sobre la plataforma. 

Reconocidos expertos en movilidad urbana coinciden en que la única forma de afrontar los trancones en las capitales es “sacando la mayor cantidad de carros en las vías”. Medidas como el ‘Pico y placa’, los peajes urbanos y los ‘Días sin carro’ apuntan a que los usuarios utilicen sistemas masivos de transporte y, en últimas, dejen su vehículo en la casa.

Pero los esfuerzos de las autoridades distritales se han quedado cortos. Los parques automotores aumentan en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena. Para dimensionar el fenómeno basta recodar un dato que entregó ‘Bogotá Cómo Vamos’: en el 2015, la dependencia al carro y la moto aumentó en 6 puntos porcentuales. Pasó del 13 % (2014) al 19 % (2015).

Desde Uber aseguran que “en 43 ciudades del mundo, en todos los continentes, Uber Pool está ayudando a las autoridades de tránsito a solucionar los desafíos más complejos que enfrentan las ciudades modernas: el trancón y la contaminación”.

Lo que plantea la plataforma es un modelo conocido como ‘car sharing’ (compartir el carro), que no es nuevo. Universidades, comunidades y grupos representativos han utilizado esta alternativa por décadas, lo que pasa con Uber es que cobran por la intermediación y la hacen más accesible al tener la opción con sólo descargar una aplicación en su celular.

En la práctica, un usuario está en un punto determinado, abre la aplicación y selecciona la opción ‘Uberpool’. Como es usual, el automóvil recoge al pasajero, pero esta vez existe la posibilidad de que durante el recorrido se suban más usuarios. En estos casos, los costos por desplazamiento se reducen.

La disyuntiva

Para el Estado, aceptar la llegada del modelo ‘car sharing’, de forma organizada, puede tener dos aristas. Por un lado, cualquier opción para sacar carros de las vías será un respiro, no sólo para los tiempos de desplazamientos de los ciudadanos (que es la queja más frecuente de los colombianos), sino también para el medio ambiente, que sufre las consecuencias del universo de vehículos que salen cada día.

Por otro lado, se hace cada vez más perentorio poner reglas de juego para este tipo de modelos que se mueven a partir de las lógicas de la economía colaborativa. Pero cualquier tipo de regulación de fondo implicaría la “legalización de Uber”, algo que encendería los ánimos entre el gremio de los taxistas.

Desde el Gobierno han optado por el silencio. El Ministerio de Transporte presentó el decreto para regular los servicios de lujo, pero no tiene especificaciones para modelos de ‘car sharing’. Y el ministerio de las TIC ha brillado por su ausencia en cuanto a las regulaciones de las aplicaciones de economía colaborativa.

En el Legislativo el asunto fue hundido sin siquiera ser debatido en la actual legislatura, a pesar de que un proyecto de ley había sido la apuesta fuerte de Uber para este año.

Mientras los usuarios comienzan a utilizar herramientas como Uber Pool y otros modelos de economía colaborativa, las regulaciones vigentes datan de 1996. ¿Qué hará el Estado para afrontar estos profundos cambios en la vida cotidiana de los ciudadanos?