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La cocina de inducción permite ahorrar energía. | Foto: BBC Mundo

La nueva era de los utensilios de cocina digitales

La minería colombiana es testigo de una transformación positiva y su más preciado negocio de gemas no está lejos de este cambio. Tanto las compañías locales como las extranjeras confían en este proceso gracias al acuerdo de paz, la llegada de tecnología nueva e investigación en seguridad y legalización.

30 de enero de 2014

Las esmeraldas de Colombia son unos de los tesoros naturales más grandes de un país rico en este tipo de regalos de la naturaleza. Fueron explotadas por los indígenas antes de la conquista española y adornaron los palacios de los aztecas y los incas. La increíble colección de gemas de los persas y los emperadores indios incluían esmeraldas colombianas en el siglo XVI. Hoy, medio milenio después, siguen en la cúspide del mercado de objetos lujosos en Nueva York, París, Hong Kong, Londres y cualquier otro centro de comercialización de gemas.

La industria de las esmeraldas en Colombia está en un periodo de cambio profundo. Hasta hace muy poco este tipo de minería era una actividad estrictamente artesanal. La tecnología y los métodos mineros modernos apenas habían penetrado las zonas esmeralderas, una parte del territorio colombiano caracterizado por la pobreza, aislamiento y tristemente, la violencia e ilegalidad. Este panorama sombrío ha comenzado a cambiar y Las Compañías Muzo (TMC), por sus siglas en inglés, están orgullosas de haber tenido un rol importante en este proceso.

En cuanto a la formación de Las Compañías Muzo (TMC), el proyecto fue el resultado de una cuidadosa investigación de las posibilidades de inversión existentes en la industria de la esmeralda colombiana. Esta investigación comenzó entre 2005 y 2007. Era claro que la industria no podía esperar avanzar sin un cambio fundamental para incluir la modernización de las minas, operaciones profesionales en ventas y marketing, un cambio completo en el sistema laboral y, sobre todo, un espíritu de cooperación entre los intereses mineros, el gobierno colombiano y la comunidad local. Este esfuerzo requeriría una gran inversión de capital e investigación. Las negociaciones sobre el futuro de la mina de Muzo (conocida como Puerto Arturo) comenzaron en 2009 y para noviembre de ese mismo año MTC ya estaba operando la mina en su totalidad.

MTC comenzó sus operaciones con varios principios establecidos. Primero, la mina operaría de acuerdo con todas las leyes colombianas y regulaciones mineras. Segundo, tendríamos una fuerza de trabajo profesional, con salarios y con todos los beneficios exigidos por la ley. Tercero, no habría contacto con elementos por fuera de la ley, dependeríamos de las autoridades legales para lidiar con cualquier amenaza a la seguridad de la mina proveniente de forasteros y visitantes no deseados. Cuarto, estableceríamos equipos y técnicas mineras modernas. Quinto, todas las operaciones mineras serían dirigidas por ingenieros de minas profesionales. Sexto, y lo más importante, participaríamos de forma activa con la comunidad y construiríamos enlaces entre la población local, la compañía y la fuerza de trabajo de la mina.

En 2013 Las Compañías Muzo (TMC) decidieron comprar los derechos de las minas a sus dueños. Más de tres años de operación han demostrado que la mina de Muzo tiene un gran futuro y que Las Compañías Muzo (TMC) querían ser parte de esto.

Dentro de los cambios hechos está el extenso uso de datos geológicos para localizar las zonas productoras de esmeraldas, la introducción de métodos mecanizados de minería y exploración y el uso de rampas largas en vez de ejes verticales y túneles para alcanzar las zonas de esmeraldas.

Proteger el ambiente ha sido una preocupación constante para MTC. A pesar de que la minería de esmeraldas no usa químicos y recurre a túneles subterráneos en vez de usar métodos a cielo abierto, igual tenemos que cuidar y proteger las áreas donde trabajamos, arreglar el material extraído de la mina, proteger los recursos hídricos y reparar el daño ecológico cuando sea posible. Hemos usado tecnologías innovadoras como una máquina sembradora de pasto automática para permitir la siembre en áreas difíciles de alcanzar. Esta ha sido una herramienta importante para prevenir la erosión.

MTC ha recibido un fuerte apoyo del gobierno colombiano, incluyendo la Agencia Nacional de Minería (ANM), el Ministerio de Minas, Corpoboyacá, los gobiernos municipales, la Policía y las Fuerzas Armadas. La Asociación Colombiana de Minería (ACM), bajo el competente liderazgo del señor Santiago Ángel también ha ayudado a liderar el esfuerzo para cambiar la industria. La ANM y el Ministerio de Minas, así como los gobiernos locales deben equilibrar los intereses competentes, interpretar la ley y las regulaciones y ofrecer una audiencia imparcial para todas las partes. Eso es particularmente difícil en una región donde la formalización y la legalización son conceptos nuevos. Algunos desacuerdos aparecen de vez en cuando y, en ocasiones, esto lleva a situaciones delicadas que deben ser manejadas con tacto y cuidado por los oficiales competentes.

Otro asunto crítico para que las autoridades colombianas afronten son las especulaciones de los títulos mineros de esmeraldas. Hay más de 300 títulos mineros de esmeraldas activos en Colombia y menos de una docena están operando. Solo tres o cuatro de las minas que están operando emplean un número significativo de mineros o se han beneficiado de inversiones importantes en equipos y tecnología. Pocas minas de esmeraldas colombianas se han abierto en los últimos 25 años. Los títulos mineros no utilizados se venden y revenden sin que los dueños de las minas inviertan realmente en abrir una mina.

Si la industria fuera a crecer, esta práctica debería terminar. Las tasas de regalías también se deberían mantener razonables. La minería de esmeraldas es totalmente diferente a la de carbón, hierro u oro. Con esos minerales uno puede calcular con un alto grado de certeza cuánto cuesta la operación minera y cuál será el resultado. En la minería de esmeraldas no hay garantía de éxito en lo absoluto. Una gran inversión puede traer una retribución pequeña. Por eso, las iniciativas para invertir deben ser más altas que el riesgo.

MTC está orgulloso de pertenecer a la industria colombiana de esmeraldas y honrado de haber cumplido un papel importante en la nueva era que está surgiendo en Colombia. La paz traerá consigo muchos retos, pero también infinitas oportunidades. Con una inversión adecuada, técnicas mineras modernas, apoyo firme de las autoridades mineras y, sobre todo, del pueblo colombiano, las esmeraldas pueden volver a ser un gran orgullo de la nación. MTC pretende ser parte de la continua historia de la minería de esmeraldas en Colombia por mucho tiempo y creemos que otros se unirán para hacer de esta una industria que sirva como fuente de empleo, salud y desarrollo para toda Colombia.

Participación de la comunidad

Desde el principio, Las Compañías Muzo (TMC) han trabajado con las comunidades locales en el occidente del departamento de Boyacá para construir una relación de cooperación. Era claro que teníamos que retribuir a la comunidad. Además del trabajo dirigido a los problemas sociales inmediatos y apremiantes, la compañía ha buscado sentar las bases para el crecimiento económico y el mejoramiento de la comunidad a gran escala. Ninguna compañía privada puede o debe reemplazar las autoridades gubernamentales en mejorar infraestructura, proveer educación y salud pública u otros servicios. Podemos, sin embargo, contribuir en todas estas áreas y lo hemos venido haciendo.

La región minera, en el occidente de Boyacá, ha estado tradicionalmente aislada, con comunicaciones deficientes (todavía no hay una vía completamente pavimentada hacia Muzo), infraestructura sin desarrollar y poca presencia del Estado. Hasta hace poco, parecía estar detenida en el tiempo. Prácticamente no había otra fuente de empleo que no fuera en las minas. La región tiene un gran potencial en agricultura y turismo, pero las vías precarias y su reputación como una zona de violencia han hecho que sea difícil explotar ese potencial. Hemos trabajado por tratar de diversificar la economía local comprando alimentos de productores locales para usar en la mina, creando una compañía de confecciones para emplear a mujeres cabeza de familia y alentando la industria del cacao, esta región puede producir el mejor cacao del mundo.

Además de estas actividades, la compañía trabaja con escuelas locales y servicios de salud y operamos un gran comedor comunitario para los adultos mayores de la zona. Cerca de 300 comidas se sirven cada día a estos residentes locales, que contribuyen con un jardín que atienden y cuidan ellos mismos. Las actividades para niños de las comunidades locales son organizadas y financiadas por la compañía con el fin de acercar a la comunidad. Donamos con frecuencia el uso de equipo pesado y material de construcción para los municipios y recientemente creamos una alianza con Colombianitos, una ONG que busca mejorar la vida de niños de escasos recursos alrededor del país.

Furatena es el nombre de una cooperativa de cacao creada por MTC para ayudar a los cultivadores de cacao de la región a comercializar su producto a un precio justo. La compañía tiene un almacén en Chiquinquirá que sirve como centro de almacenamiento para 1.100 familias en la región esmeraldera. El cacao producido allí es de la más alta calidad, además de una alternativa de ingreso y un empleo estable en una región donde es difícil encontrar buenos trabajos.

Una de las contribuciones más importantes a la comunidad ha sido el esfuerzo realizado para emplear a las mujeres en la mina de Muzo. Las mujeres han sido tradicionalmente excluidas de la mayoría de trabajos en las minas, pero poco después de que MTC tomará control sobre la operación de la mina, nos dimos cuenta de la necesidad de estas mujeres, muchas de ellas madres solteras, por un trabajo estable. Ahora, las mujeres cumplen un papel importante en todos los aspectos de las operaciones.

Las Compañías Muzo (TMC) continúan explorando formas para fortalecer los lazos con la comunidad local. Estos lazos son parte fundamental de nuestro éxito y ayudan a mejorar tanto el negocio como la vida con nuestros vecinos.