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BIENESTAR

Alcohol y bebidas energizantes, combinación adictiva

Un reciente estudio concluyó que los cocteles con bebidas energizantes generan aún más ganas de beber licor.

28 de julio de 2014

Investigadores australianos hicieron una fiesta experimental con el fin de hacer frente a los mitos sobre las bebidas energizantes mezcladas con licor y llegaron a la conclusión de que la combinación alcohol y bebidas energéticas incrementa el deseo de beber más en comparación con el que produce el consumo de alcohol por sí solo. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research.

Los autores del estudio invitaron a 75 participantes (46 mujeres y 29 hombres) de edades comprendidas entre 18 y 30 años a consumir solo alcohol o la combinación de alcohol y bebidas energéticas. Un grupo de participantes recibió un cóctel que contenía 60 mililitros de vodka y Red Bull y, el otro grupo, uno que tenía 60 mililitros de vodka con agua de soda.

Los participantes completaron un cuestionario sobre las ganas de tomar alcohol antes y 20 minutos después de la fiesta. También, al final, realizaron tests sobre los efectos del alcohol, los efectos de drogas y la concentración de alcohol en el aliento.

Los resultados del cuestionario sobre las ganas de seguir tomando alcohol eran la parte más importante de los resultados. Según los investigadores, quienes encontraron que la necesidad de beber aumentó más en los que recibieron tragos con bebidas energizantes.

“Encontramos que cuando la gente combina alcohol y bebidas energéticas tiene un mayor deseo de seguir bebiendo que si bebe alcohol por sí solo”, explica Rebecca McKetin, becaria en el Centro para la Investigación sobre Envejecimiento, Salud y Bienestar de la Universidad Nacional Australiana.

“Una serie de estudios transversales muestran que los adultos jóvenes que mezclan alcohol con bebidas energéticas tienen niveles más altos de consumo de alcohol que aquellos que no mezclan el alcohol con bebidas energéticas, y algunos estudios sugieren que esta práctica aumenta el riesgo de consumo excesivo de alcohol”, resume McKetin.